El día que mi novio pensó que era romántico, pero quizá nos separó para siempre

Pareja
hace 1 año

Imagínate querer llevarte el premio al mejor novio o novia y resulta que casi haces que toda tu relación se vaya por un tubo. Sabemos que no existe el manual para convertirnos en la “pareja perfecta” y que aunque creamos que tenemos la mejor salud emocional; todo es cuestión de perspectiva y lo que para uno puede ser “el mayor acto de amor”, para el otro puede significar todo lo contrario. Justo lo que sufrió la protagonista de nuestra historia.

La semana pasada, fui invitada por mi novio Mark a una fiesta elegante. Hemos salido por cinco años y aunque hemos hablado del matrimonio, jamás hicimos planes para una boda.
Estaba muy emocionada por el evento, así que me arreglé, me puse mi mejor vestido de fiesta y salí con rumbo al salón de eventos.

Quedé en shock cuando al llegar me encontré con toda nuestra familia, amigos y conocidos reunidos, esperándome emocionados. Resulta que mi novio había organizado una muy elegante boda sorpresa para nosotros y sin mi conocimiento.

Todo el mundo estalló en aplausos, mientras que yo, conmocionada y abrumada, me quedé ahí, estática. Fue una abrumadora mezcla de emociones. Obviamente, amo a mi novio y he soñado con nuestro futuro juntos, pero la idea de que nos casaríamos sin que él me hubiera preguntado primero, sin ninguna discusión o consentimiento previo, se sintió como un abuso de confianza.

Así que discretamente me llevé a Mark a otro lado para hablar en privado. Traté de explicarle mis preocupaciones y escepticismo ante la boda sorpresa. Le expliqué que me habría gustado participar en el proceso de planeación, tomar decisiones y tener el tiempo para prepararme mental y emocionalmente para ese gran paso en nuestras vidas.
Sin embargo, él desestimó todas mis preocupaciones y me dijo que pensó sería un gesto romántico y que yo estaría encantada.

Ahora, estamos peleados. Nuestras familias e incluso algunos de nuestros amigos creen que reaccioné de forma exagerada y arruiné un momento hermoso. Sin embargo, creo firmemente que un matrimonio debe ser una decisión conjunta, con comunicación abierta y sueños compartidos.

La excusa de todos para esto es que siempre he hablado de casarme con Mark. Y de nuevo el problema no es casarme con él, el problema es no tener nada que decir en mi boda. Mark pensó que lo agradecería, porque siempre hablaba de lo estresante que debe ser planificar una boda. Sí, creo que es estresante, lo es, ¡pero aun así me gustaría planear una! Elegir la fecha perfecta, mis damas de honor, incluso el pastel.

Después de todo este calvario, todos me preguntaron si pienso terminar con Mark, a lo que respondí que no. Les enfaticé a ellos y a mi pareja que todavía quería casarme con él, la mayoría siente que esto me hace ver como un monstruo y que además desperdicié una boda perfecta.

Entonces, ¿Estuve mal al negarme a asistir a mi propia boda sorpresa, a pesar de que fue un gesto romántico?

Pero la protagonista de nuestra historia no es la única que ha pasado por este tipo de situaciones incómodas e inoportunas. Al parecer estas historias están a la vuelta de la esquina, pues nos han compartido otra anécdota similar.

Si tú como nosotros te quedaste con ganas de más, te compartimos algunas otras historias que podrían gustarte; en donde las bodas se convirtieron en el escenario perfecto para las situaciones más surrealistas que puedas imaginar, desde una novia que hizo arrestaran a su suegra, un novio que hizo a su novia elegir el vestido que deseaba su mamá o una chica que hizo que arrestaran a su compañero de trabajo en plena boda.

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