El iceberg más grande del mundo se desprende de la Antártida y viaja por los océanos

Curiosidades
hace 9 meses

Un colosal iceberg, más grande que una ciudad, se desprendió de la Antártida a mediados de 2021. Es 40 veces más grande que París ¡y 73 veces más grande que Manhattan! Imagina que sales de tu pequeña cabaña de verano en la costa de Sudáfrica, cerca de la ciudad de Puerto Elizabeth. Tienes una taza de té en la mano, acabas de despertarte. Te encuentras cerca del borde de tu mirador, con el vasto océano Índico ante ti. Algo te llama la atención. A la derecha, hay algo tan monumental que no logras comprenderlo: una gigantesca placa de hielo de 100 m de altura que se extiende varios kilómetros hasta donde alcanza la vista.

Avanza lenta pero implacablemente, adentrándose en las profundidades del mar. Si se aleja lo suficiente, podría llegar a la costa occidental de Australia. Hay una manada de delfines jugando delante de él, como a veces lo hacen frente a la proa de un barco. Sin embargo, no son más que puntos en comparación con el imponente iceberg. Te quedas tan sorprendido que se te cae la taza. Tus ojos son tan grandes como platos. Es como algo sacado de una película de ciencia ficción. ¿Acaso estás soñando? ¿Estás viendo cosas? No, se trata de A-76. Es real, y actualmente está en movimiento. Lo que pueda llegar a pasarle... es una incógnita. Bueno, los científicos tienen algunas teorías, pero primero analicemos su tamaño.

Este iceberg mide 177 km de largo y 25 km de ancho. Tiene básicamente la forma de un dedo gigantesco. Si estuvieras en la costa de Dover, mirando a través del canal de la Mancha hacia Francia, el iceberg sería casi igual de ancho. El canal tiene 33 km de ancho en la sección más estrecha. Eso significa que aproximadamente dos tercios estarían llenos del iceberg, y eso si estuviera a la deriva con el “dedo” apuntando hacia abajo, por así decirlo. Si estuviera orientado hacia el otro lado, también podría entrar en el canal de la Mancha. Pero, al acercarse a los puntos más estrechos, se estrellaría contra las costas de Inglaterra y Francia. Subiría a suelo firme y se deslizaría sobre los verdes campos de Inglaterra. El blanco del hielo en contraste con el verde intenso.

Pasaría por los viñedos de Francia, disminuyendo temporalmente la temperatura de todo lo que lo rodea. ¡Esas uvas serían como cristales de gelatina! Se arrastraría por encima de las autopistas, y los autos se detendrían para observar esta montaña colosal como si fuera un visitante de otra galaxia. Podrías arrancarle trozos para tu bebida mientras pasa. Y si no, podrías treparlo y practicar alpinismo sobre hielo en las afueras de Londres. Vendría muy bien durante el verano. Regresemos a lo que realmente pasó y a lo que los científicos creen que pasará.

Actualmente, a principios del 2022, A-76 es el iceberg flotante más grande del mundo. Se desprendió de la plataforma de hielo Filchner-Ronne en la Antártida a mediados de mayo de 2021. El desprendimiento de hielo, también conocido como desprendimiento de glaciares, es la ruptura de trozos de hielo del borde de un glaciar. Estos trozos se separan de la masa de hielo y se convierten en una entidad aparte. Si estuvieras cerca, oirías un gran crujido y una enorme explosión. Unos bloques de hielo de hasta 60 metros se desprenderían y caerían al agua, lo que produciría olas enormes. Ni siquiera los surfistas más aventureros querrían enfrentarse a ellas.

El desprendimiento de hielo es un acontecimiento natural. La zona en la que se desprendió A-76 ha sufrido pocos cambios en las últimas décadas. Ha habido trozos de hielo aún más grandes que él, pero actualmente es el más grande del mundo. Fue detectado por científicos del Relevamiento Antártico Británico. Tenemos imágenes de su desprendimiento, captadas por el satélite Sentinel 1A, de la Agencia Espacial Europea. Se estima que su tamaño al momento del desprendimiento era de 4320 kilómetros cuadrados.

En este momento se encuentra en el mar de Weddell, alrededor de la Antártida. El mar de Weddell forma parte del océano Austral, y debe su nombre al marinero escocés James Weddell, que ingresó en la zona en 1823. Los científicos han determinado que tiene el agua más clara de todos los mares. Imagina asomar a sus profundidades desde un barco, debe ser una vista fantástica. La zona está llena de ballenas y focas. Si miras hacia abajo, podrás ver orcas, ballenas jorobadas, rorcuales aliblancos, focas leopardo y focas cangrejeras. Y si miras hacia la tierra, es probable que veas una colonia de pingüinos de Adelia. Son la especie de pingüino dominante en esta zona, ya que se han adaptado al duro entorno. De hecho, este es el único lugar del mundo donde viven. ¡Qué increíble variedad de fauna! Y todo esto desde la comodidad de la cubierta del barco, mientras tomas otra taza de té caliente. Hace bastante frío por esta zona. Además, la primera taza se te cayó.

Para hacerse una idea de lo que podría pasarle a A-76, los científicos recurren a otros datos, como el de un iceberg aún más enorme, llamado A-68. Se desprendió de la plataforma de hielo conocida como Larsen, en la región de la Antártida, en 2017. Si bien puede ser emocionante (aunque un poco perturbador) imaginarlo navegando por el canal de la Mancha, A-68 flotó hacia mares más cálidos y, a principios de 2021, prácticamente ya se había disipado. Fue una desaparición relativamente rápida: se han observado algunos icebergs flotando hasta dieciocho años cuando permanecen en aguas relativamente frías. Todo depende de dónde decida ir A-76. Los satélites han ayudado a los científicos a seguir el rastro de estos monstruosos movimientos, mientras que en el pasado habría pasado desapercibido. Así es como saben que, en el día ciento cuarenta y ocho, este iceberg se dividió en tres fragmentos, bautizados con mucha imaginación A-76a, A-76b y A-76c. Los números pueden ser aburridos, pero se basan en el cuadrante antártico donde fueron vistos por primera vez.

Si estos enormes trozos se rompen por completo, no contribuirán al aumento del nivel del mar, debido a que ya formaban parte de la plataforma de hielo flotante. Imagina estos trozos de hielo en tu vaso: ya ocupan espacio, simplemente se convertirán en agua. Los icebergs como este son diferentes de los glaciares o las capas de hielo que se encuentran en tierra firme. Son esos los que ayudan a elevar el nivel del mar cuando se desprenden y se derriten. Por ejemplo, si toda la capa de hielo de la Antártida se derritiera, podría elevar el nivel del mar casi 58 metros. Si crees que A-76 es enorme, y claramente lo es, ha habido caso otro que lo hace parecer pequeño en comparación. El iceberg más grande que se haya registrado fue avistado en noviembre de 1956, a 240 kilómetros al oeste de la isla Scott, en el océano Pacífico Sur. Irónicamente, fue visto por un barco conocido como el USS Glacier. Tenía un tamaño de más de 31 000 kilómetros cuadrados; ¡eso quiere decir que era más grande que Bélgica!

Lo que pueda ocurrir con los trozos de A-76 dependerá de varios factores. Las corrientes oceánicas pueden tener un impacto significativo, así como la dirección y la velocidad del viento. Es posible que se acerquen a las costas, donde podrían congelarse y convertirse en hielo compacto. También podrían derivar hacia aguas poco profundas y golpear el fondo, lo que se conoce como perforación del lecho marino por hielo. La parte más profunda del iceberg puede actuar como la quilla de un barco. Se hunde en el fondo del océano, pero el gran tamaño del iceberg lo mantiene en movimiento. Poco después desgarra el suelo, creando un largo y estrecho surco. Los peces se dispersarían, la Tierra temblaría. El ruido sería terrible. Se trata de un fenómeno bastante común en las zonas de alta mar, cerca de donde se encuentra el hielo. No te gustaría estar buceando por ahí cuando una de estas perforaciones tenga lugar. Sin embargo, sería una vista espectacular. Por lo general, los icebergs se deterioran al derretirse y fracturarse, lo que, como imaginarás, altera su masa y su superficie. Esto, combinado con el viento y las corrientes marinas, puede dificultar las predicciones del destino de los icebergs. En cuanto a A-76, tendremos que esperar y ver.

Antes de irnos, regresemos a nuestro viaje imaginario por el canal de la Mancha: la isla de hielo, setenta y tres veces más grande que Manhattan, con su gigantesco dedo helado apuntando hacia el mar Céltico, avanza sin cesar, sin poder detenerse. Cientos de miles de personas han viajado a las costas de Inglaterra y Francia para contemplar este extraordinario espectáculo a medida que pasa. En la cima de hielo hay miles de pingüinos jugando alegremente. Parece que devuelven el saludo a la multitud de espectadores, que les toman fotos antes de que se alejen. Los niños saltan de alegría ante el espectáculo más fascinante que jamás hayan presenciado.

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