15+ Veces que la suerte llegó sin previo aviso

Enhorabuena, parece que has pasado el corte final, si te han llamado para una entrevista final durante una comida, que suele ser el almuerzo, pero a veces puede ser el desayuno. Pero antes de que empieces a celebrarlo, recuerda que hay algunos trucos que el entrevistador puede estar utilizando para ponerte a prueba, y todo tiene que ver con lo que pides y cómo comes. Aquí tienes algunos consejos para triunfar en la entrevista y conseguir el trabajo de tus sueños sin cometer ningún error que pueda alterar tu carrera.
Si conoces el lugar al que te han llamado, bien. Si no, investiga un poco cómo llegar en coche y dónde aparcar, y asegúrate de llegar con tiempo de sobra. No te apresures a entrar en la entrevista, llega con confianza unos minutos antes de la hora.
Puede que el entrevistador haya hecho parecer que se trata de una entrevista informal para almorzar, pero tienes que vestirte para la ocasión, dado que sigue siendo una entrevista. Vístete de acuerdo con el tiempo que haga, pero asegúrate de que llevas ropa formal.
Ten en cuenta que, al tratarse de una entrevista en la que te sientas a comer, tu ropa no debe estorbar. Evita las mangas largas o acampanadas, o las chaquetas y pantalones ajustados. Un consultor de RRHH dice que siempre es mejor ir demasiado arreglado que mal vestido.
Lleva contigo tu CV, por si el entrevistador se olvida de traerlo o te está examinando sobre tu preparación para la entrevista. Un pequeño bloc de notas y un bolígrafo también pueden ser útiles en caso de que necesites tomar notas o tengas que explicar algo durante la entrevista.
Básicamente, prepárate para una entrevista formal, en la que la comida será simplemente algo para acompañar.
La mejor comida para pedir durante una entrevista es la que se puede comer con tenedor y cuchillo, y no se pega a los dientes. Descarta cosas como las hamburguesas o los cruasanes, opta por un sándwich o una sopa si es una cafetería donde estás haciendo la entrevista.
Los fideos y los espaguetis también son un problema, pero la pasta, como los penne, debería estar bien, al igual que una ensalada sencilla, menos la romana o las espinacas, por favor, ya que son imanes para los dientes. En caso de duda, opta por algo sencillo y déjate guiar por el entrevistador. Además, recuerda no pedir lo más caro del menú y evita el alcohol para mantener la cabeza fría.
Normalmente, es mejor evitar la comida que te lleva tiempo masticar, como el sushi. Dicho esto, en caso de que la entrevista sea en un lugar especializado en sushi, o en otro tipo de comida exótica, asegúrate de leer el menú y saber de antemano en qué te estás metiendo.
Puede que el entrevistador te esté poniendo a prueba para ver cómo reaccionas ante situaciones desconocidas, y desconocer una comida que es más o menos un fenómeno mundial, o no estar seguro de lo que quieres, puede restar puntos a tu candidatura. Aunque no quieras sushi, ten confianza en ti mismo y pide otra cosa que sirvan en el restaurante.
Este es el momento en que deben entrar en juego todos tus modales en la mesa. Toma pequeños bocados, te interesa más responder a las preguntas que atiborrarte de comida. Acuérdate de ser educado con los meseros, aunque esto es algo que deberías hacer siempre, en cualquier caso.
Si tienes algún tipo de mal hábito alimenticio, como dar bocados demasiado grandes, sorber el agua, golpear los cubiertos, etc., asegúrate de refrenar tus instintos naturales y compórtate lo mejor que puedas.
Justo cuando llega tu comida, el entrevistador puede acercarte el salero y el pimentero, es un truco muy conocido. Al parecer, si sazonas la comida sin probarla antes, automáticamente te consideran impulsivo, y puede que al final no te ofrezcan el puesto.
La idea es utilizar el salero y el pimentero, o incluso la salsa picante, solo después de haber probado la comida: esto indica un candidato reflexivo, que toma decisiones solo después de conocer toda la situación. ¿Escurridizo? Por supuesto.
Una vez terminada la comida (recuerda que debes evitar desperdiciarla a menos que haya algún problema con ella), es posible que te pregunten si quieres postre o un café. Te sugerimos que evites el postre, ya que se trata de una entrevista y un subidón de azúcar podría ralentizarte mentalmente e insinuar glotonería.
Puedes optar por un café o un té, pero fíjate en lo que te dice el entrevistador: si crees que tiene prisa, descarta por completo la oferta. Por supuesto, si insiste en el postre y te recomienda algo especial, no dudes en pedirlo.
Dado que esta es una entrevista de trabajo formal, se supone que el entrevistador debe pagar la cuenta, desde la cuenta de gastos de la empresa. Tú, como entrevistado, no deberías ofrecerte a pagar, ya que esto podría dar la impresión de que te sientes demasiado confiado. Dicho esto, si parece dudoso, puedes sacar tu billetera como cortesía, aunque probablemente te rechacen.
Deja que el entrevistador pague, agradécele la comida y el tiempo. Acompáñale hasta la puerta, dale la mano con firmeza y sigue tu camino, a menos que ellos también vayan en la misma dirección.
Si crees que la entrevista ha ido bien y quieres el puesto que te ofrecen, envíales un correo electrónico o una nota manuscrita agradeciéndoles su tiempo, la conversación y la comida. También puede ser el momento oportuno para reiterar por qué encajas bien en el puesto.
Esperamos que con estos consejos consigas el puesto definitivo gracias a una buena entrevista. Mientras tanto, aquí van algunos candidatos que se quedaron atónitos con las preguntas que les hicieron los entrevistadores.