12 Enredos de oficina tan absurdos que son oro puro

En el calor de una relación, discutir de dinero y deudas puede parecer un acto de traición. ¿Pero qué sucede cuando la buena voluntad se topa con la ley de herencias y la dura realidad de las finanzas? La responsabilidad patrimonial y la confianza ciega tienen una línea muy delgada entre ellas y, por lo que parece, habrá que pensarlo dos veces antes de tomar una decisión al respecto.
Acabo de leer un post de un chico al que su novia lo dejó luego de que él pusiera un terreno a su nombre. No puede evitar recordar uno de los motivos por lo que terminé con mi ex. Su abuela nos dijo: “Quiero que construyan y hagan un apartamento encima de la casa donde vivo, no quiero que sigan arrimados.”
Aunque seguramente sus intenciones eran buenas, yo dije dentro de mí: “¡Ni loco!”. Mi ex se enojó muchísimo y me acusó de apostar a que se terminara nuestra relación. Me reclamó: “Tenemos la oportunidad de tener algo propio, pero tú te niegas”. Ok, vivíamos con mi madre mientras nos estabilizamos y reuníamos para construir, pero ya teníamos un terreno con proyecto y todo.
Traté de explicarle lo poco conveniente del asunto, pero ella no escuchaba razones. Su hermana escuchó del ofrecimiento y le dijo a la abuela que si nosotros no queríamos, ella sí. A partir de ahí, mi pareja comenzó a distanciarse y ponerse fría conmigo. Pero el tiempo, me dio la razón...
La hermana y su pareja invirtieron todos sus ahorros en comprar materiales. Acondicionaron la estructura, pusieron techo y comenzaron a echar paredes. En esa época la abuela enfermó y la llevaron a dónde una de las hijas para cuidarla. Mientras tanto, dinero que le entraba a mi entonces cuñada y a su pareja, dinero que invertían. Plomería, electricidad y los marcos de las ventanas y puertas.
Pero, ¡la abuela falleció!
Casi que al día siguiente, cuando la cuñada fue a la construcción: ¡Sorpresa! Uno de los tíos, hijo de la abuela, había tomado la casa y había cambiado todos los cilindros de la cerradura y había puesto candados nuevos en los portones. Por varios días la cuñada fue a ver si podía acceder y no lo logró. Hasta que, un día, encontró a dos de los tíos en la puerta. Le dijeron que estaban haciendo planes para vender la casa para repartir el dinero como herencia. Ella alegó que había invertido una fuerte suma, que la abuela le había ofrecido en vida... ¡No quisieron escucharla!
Al no haber ningún documento que comprobará, los tíos continuaron con la venta. La cuñada y su pareja perdieron todo lo que invirtieron. El rollo entre ellos fue tan grande que terminaron separándose. Con el tiempo yo también me separé. Fue muy duro, pero con el tiempo lo superé.
Es fundamental mencionar que abogados de familia sostienen que toda inversión de capital debe tener un respaldo legal.
Según la abogada Carmen Caro Romero, el mejor instrumento para manejar el patrimonio en pareja es la separación de bienes, ya sea por medio de acuerdos de convivencia o Capitulaciones Matrimoniales. Este sistema brinda certeza y transparencia legal, dado que determina qué bienes son individuales, protege el patrimonio anterior y previene que las deudas de uno perjudiquen al otro. La firma de un acuerdo preventivo, incluso en el mejor momento de la relación, disminuye la posibilidad de conflictos y facilita cualquier futura repartición.
Es crucial que, en caso de que dos individuos hagan una inversión en un bien compartido (por ejemplo, una vivienda), la escritura de propiedad muestre explícitamente el porcentaje de contribución de cada uno. Esta formalización legal asegura que el socio que invirtió más dinero tenga un derecho de propiedad proporcionalmente superior.
¿Por qué crees que es mejor separar los bienes o compartirlos? ¿Cómo crees que las deudas y el dinero pueden afectar a una pareja?
El contenido aquí proporcionado es únicamente con fines informativos y no debe interpretarse como asesoría legal, fiscal, de inversión, financiera u otro tipo de asesoría. Siempre consulte con un profesional calificado respecto a sus circunstancias específicas antes de tomar cualquier decisión de inversión, financiera o legal.