Habitación secreta dentro de una roca donde vivía gente prehistórica

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hace 10 meses

“Una morada cómoda con una hermosa vista del mar Mediterráneo, un refugio perfecto contra la lluvia”: así podría haber sido un anuncio de bienes raíces para los neandertales hace 100 000 años. Bienvenido a extrañas y maravillosas cuevas en las que podrías vivir... o no. Por supuesto, en ese entonces, ni los bienes raíces ni la publicidad se habían inventado todavía, sin mencionar que los neandertales no podían construir casas y, a menudo, vivían en cuevas. Sin embargo, una de esas cuevas se parece mucho a un edificio residencial. Está situada dentro de un alto cabo de piedra caliza llamado peñón de Gibraltar. Si los neandertales hubieran tenido una economía, las cuevas dentro de esta roca habrían costado un montón.

Los navegantes la descubrieron en 1907. Solo vieron un gran agujero dentro de la roca fortificada. Durante muchos años, los científicos han estudiado este lugar y han encontrado algunos rastros de neandertales. Descubrieron herramientas antiguas y huesos de animales viejos en la cueva. Pero lo mejor fue que encontraron cuatro cuevas dentro de la roca. Era como un complejo residencial. Los neandertales vivían junto a sus vecinos y se ayudaban mutuamente a cazar y a pescar. Crearon adornos de plumas y pintaron dibujos abstractos en las paredes. Imagina a nuestros antiguos predecesores pasando el rato en estas cuevas hace 100 000 años. Y ahora, pasan el rato allí los científicos, estudiando en detalle el pasado primitivo de los neandertales.

A fines de 2021, los arqueólogos descubrieron una brecha dentro de una de las cuevas que conducía a un túnel desconocido. Se arrastraron por este agujero y descubrieron un nuevo espacio bajo el techo de la cueva. Este lugar ha estado aislado del mundo exterior durante más de 40 000 años. Y parece que era uno de los departamentos más prestigiosos de todo el complejo montañoso. Tiene techos altos con estalactitas antiguas. Las cortinas de piedra en ruinas dividían el departamento en varias habitaciones. Los científicos también encontraron restos de animales antiguos y rasguños en las paredes. Parece que los neandertales nunca vivieron allí. Pero solían visitar este lugar. Los arqueólogos encontraron el caparazón de un caracol marino llamado perro buccino. Uno de los neandertales lo trajo aquí por alguna razón. Pero los principales dueños de este lugar eran las hienas. Estas cuevas muestran que los neandertales estaban más cerca de los humanos que de los monos. Tenían un estilo de vida e incluso algunas costumbres. Todavía queda mucho trabajo por delante y los científicos esperan encontrar nuevas habitaciones dentro de esta roca.

Mientras tanto, en 2003, los arqueólogos descubrieron otra vivienda antigua en la isla de Flores, en Indonesia. Entre la selva verde, encontraron una cueva con herramientas antiguas. Al principio, todos pensaron que allí vivieron ancestros humanos. Pero luego los científicos descubrieron un esqueleto inusual de un adulto. Un análisis exhaustivo mostró que el esqueleto pertenecía a una mujer de 30 años, de 1 metro de altura, justo por encima de la cintura de un adulto promedio. El peso de la mujer era igual al de un perro pastor adulto. El esqueleto no pertenecía a los neandertales ni a los australopitecos. Era una nueva especie desconocida, a la que los científicos llamaron homo floresiensis o simplemente los Hobbits.

Además, había restos de animales antiguos inusuales en la cueva. Era un elefante del tamaño de una vaca, unas cigüeñas grandes y ratas gigantes. Los arqueólogos han descubierto que los Hobbits no eran los dueños de este lugar. Los principales habitantes eran ratas del tamaño de un gato. Tal vez luchaban contra los Hobbits. Algunos análisis mostraron que el homo floresiensis no era nuestro antepasado directo. Estaban en una rama separada de la evolución. El esqueleto de un Hobbit se parece más al de un mono que al de los humanos modernos.

En 2009, en la densa jungla de Vietnam, los arqueólogos descubrieron la Gruta de Sơn Đoòng, ¡la cueva más grande del mundo! Si entras en la cueva y gritas, escucharás tu eco durante muuucho tiempo. En algunos lugares, la altura de esta cueva alcanza la mitad del Empire State Building. Y el área total es más grande que una cuadra del centro de Nueva York. Sơn Đoòng es una de las tres cuevas de la jungla vietnamita. Muchos laberintos intrincados conectan estas cuevas. En el interior, puedes encontrar plantas y árboles únicos que viven separados del mundo exterior. Es una verdadera jungla subterránea.

En algunos lugares, puedes ver techos colapsados que dejan entrar la luz del sol. Además de árboles y plantas inusuales, aquí cuelgan estalactitas antiguas. ¡Algunos depósitos de piedra caliza tienen más de 450 millones de años! ¡Estaban aquí incluso antes de que aparecieran los dinosaurios! También hay muchos ríos en la cueva. Los ha formado el agua de lluvia que baja de los agujeros en el techo. Las corrientes rápidas se asemejan a los toboganes de un parque acuático. Conducen a laberintos subterráneos desconocidos. Los científicos han estudiado solo una pequeña parte de todas estas cuevas.

La próxima cueva inusual está en Nueva Zelanda. Cientos de miles de luciérnagas viven en su interior. Cada una de ellas brilla con una luz azul. Juntas, iluminan la cueva. Puede parecerte que estás en otro planeta. Pero no puedes quedarte allí por mucho tiempo. En todas partes hay dispositivos especiales de medición de aire. Los científicos controlan el nivel de dióxido de carbono necesario para la existencia normal de las luciérnagas. Estos insectos son sensibles al medio ambiente. Si hay mucha gente en la cueva o se queda demasiado tiempo en ella, el personal del parque le pedirá que abandone el lugar. Es como si estuvieras literalmente robando oxígeno a las luciérnagas.

Hemos visto algunas cuevas bastante asombrosas hasta ahora. Pero ¿qué tal una que da miedo? Vamos al desierto de la provincia de Al Mahrah, en Yemen. Lo que estamos buscando no es una cueva. Es solo un agujero negro en el suelo, justo en medio del desierto. Es grande, del tamaño de una cancha de baloncesto. Pero no es su tamaño lo que te puede asustar, sino lo que hay dentro. Los científicos aún no están seguros de qué exactamente es. De las profundidades de este abismo negro, sale constantemente un repugnante olor a huevos podridos. Y a veces puedes escuchar unos sonidos extraños y aterradores.

La negrura del Agujero Gigante de Yemen absorbe todos los rayos del sol, por lo que no verás lo que hay allí, ni siquiera con una potente linterna. La gente sobrevoló este lugar en helicóptero. Lo filmaron usando drones y las lentes más poderosas, pero no captaron nada más que oscuridad. Parece una gran mancha de tinta en medio de la arena dorada. Los lugareños tienen miedo de acercarse a este lugar. Creen que la cueva conduce a otra dimensión donde viven criaturas malvadas. Por el momento, el Agujero Gigante de Yemen es uno de los fenómenos naturales menos estudiados y más misteriosos. ¿Cómo apareció? ¿Qué antigüedad tiene? ¿Adónde conduce? Los científicos están tratando de encontrar respuestas a estas preguntas. Hay teorías de que el agujero apareció debido a los trabajos de construcción. Los geólogos perforaron el suelo cerca en busca de minerales. Eso podría haber causado fluctuaciones en la corteza terrestre y colapsar la superficie. Pero nadie puede probar esta teoría. Aún.

Y ahora imagina un lugar donde la luz del sol no ha penetrado durante más de 5 millones de años. Hay poco oxígeno, y es frío y húmedo. Aún así, la vida nace en este sitio, no solo microbios y bacterias, sino también algo más grande. Las condiciones de vida en esta cueva son muy diferentes a las habituales, por lo que, en cierto sentido, es como otro planeta. Es la Cueva de Movile, en el sureste de Rumania, cerca del Mar Negro. La entrada es un pequeño agujero en el suelo. En el interior, un túnel conduce hasta muy profundo bajo la superficie. Los niveles de sulfuro de hidrógeno y dióxido de carbono están por encima de lo normal dentro de la cueva. El aire aquí tiene la mitad de oxígeno que en la superficie. La gente no puede entrar sin una máscara de oxígeno. Pero otras criaturas que viven allí sí pueden.

Esta cueva alberga 48 especies de organismos vivos. 33 de ellos son desconocidos. Aquí, puedes encontrar algunos insectos inusuales: caracoles y arañas blancas, milpiés con enormes bigotes, camarones transparentes y especies únicas de sanguijuelas. Todos ellos viven aquí gracias a las pequeñas bacterias autótrofas. Absorben dióxido de carbono y liberan partículas de alimentos. Las bacterias se alimentan de eso. Otros organismos más grandes se alimentan de estas bacterias. Y algunos organismos más grandes se comen a esos pequeños. Al final, todos obtienen comida. En esta cueva, la evolución ha creado un sistema biológico separado del resto del mundo.

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