La historia de un hombre sin hogar que arriesgó su vida para salvar a 25 perros de un incendio

Sebastián Arias se convirtió en la verdadera definición de lo que es ser un “héroe sin capa” al arriesgar su vida para salvar a 25 perritos de un incendio. Coincidentemente, aquel día que pudo tener un terrible desenlace, el joven estaba caminando por la zona y, al ver el peligro en el que se encontraban los caninos, se apresuró al rescate sin pensar en el riesgo que correría él mismo.

Sebastián Arias, se encontraba cerca de un refugio para animales callejeros que fue alcanzado por las llamas de un incendio en un almacén de reciclaje ubicado en Perú, y no tardó en darse cuenta del peligro que corrían los perros. Aunque afortunadamente los habitantes del domicilio lograron salir, los canes se encontraban atrapados esperando un terrible destino.

Sin pensarlo dos veces, el joven se apresuró a trepar el edificio para llegar a la azotea donde se encontraban los perritos, y así comenzó a lanzar uno por uno a una sábana cargada por un grupo de personas en la planta baja.

“Venía pensando en mi esposa y vi el incendio y el perro que estaba arriba en la esquina... Y no quisiera que mi perro se muriera quemado. Escuchar sus llantos, escuchar sus gemidos, no me gustaría que mi perro muriera así”, explicó.

Aunque sea difícil de creer, el chico le tiene miedo a las alturas, pero en ese momento su determinación por salvar 25 vidas fue mayor que su temor a subir tres pisos de altura.

Aquellos peluditos, pertenecían al refugio de César Augusto y su esposa, quienes se dedican a cuidar, alimentar y curar a esos perros rescatados de las calles. Gracias al rápido acto heroico de Sebastián, cada uno de ellos fue salvado, ya que, de haber tardado más en llegar la ayuda, probablemente hubieran inhalado demasiado humo del siniestro.

“Vivo en la calle, pero vivo feliz. Vivo conforme con lo que tengo: Nada. Estoy tranquilo porque tengo mi perro” aseguró el chico al entrevistarlo por su valiente hazaña, “La vida vale. Es la vida de los perros que no hablan. Es algo muy difícil verlos morir así”, dijo.