La inquietante razón por la que las luces de la cabina se atenúan al despegar y aterrizar
Cuando se trata de viajar en avión, la seguridad tiene la máxima prioridad. Si algunos aspectos de la experiencia a bordo nos parecen extraños, es probable que haya una razón bien pensada detrás de ellos. Uno de esos procedimientos que la gente suele malinterpretar es la atenuación de las luces de la cabina cuando el avión despega o aterriza. Y no, no se hace para ayudarte a dormir mejor en la acogedora oscuridad. Sigue leyendo para descubrir la sorprendente y aterradora razón de esta acción. Y en el bono, encontrarás la explicación de otras 2 acciones comunes de la tripulación de cabina, que la gente suele malinterpretar.
La tripulación del avión no lo hace por tu comodidad
Atenuar las luces durante el despegue y el aterrizaje en vuelos nocturnos puede parecer una forma sencilla de ayudar a dormir a los pasajeros. Sin embargo, este protocolo aparentemente menor tiene una función de seguridad fundamental.
Esta práctica no se lleva a cabo en todos los vuelos, solo cuando está oscuro. “Las luces de la cabina se atenúan al anochecer y cuando está oscuro, para que la vista pueda adaptarse y sea más fácil evacuar el avión”, explica Sue Fogwell, antigua azafata de United Airlines.
Al pasar de un entorno luminoso a otro oscuro, nuestros ojos pueden tardar entre 20 y 30 minutos en adaptarse por completo, lo que permite mejorar la visión con poca luz. En caso de aterrizaje de emergencia que requiera evacuación, tener los ojos adaptados a la oscuridad puede mejorar considerablemente la capacidad de actuar con rapidez. Sue Fogwell explica que una visión adaptada facilita “ver las luces del suelo que conducen a las salidas”, lo que aumenta las posibilidades de una salida rápida y segura.
La seguridad está por encima de todo, y los miembros de la tripulación se ocupan de ella en todo momento
Del mismo modo, si hay mucha luz en el exterior, los auxiliares de vuelo encenderán las luces de la cabina para evitar que te quedes ciego al salir del avión. Estos ajustes aparentemente menores están cuidadosamente diseñados para optimizar las condiciones para una evacuación segura y eficiente.
Así pues, una cabina poco iluminada básicamente ayuda a tu cuerpo a poner en marcha sus mecanismos de supervivencia. Permite que tus ojos se adapten para que puedan ver no solo lo que hay dentro del avión, sino también lo que hay fuera. Si la cabina está demasiado iluminada, la tripulación y los pasajeros no podrán ver a través de las ventanillas.
Estas medidas aparentemente menores pueden llegar a ser cruciales durante una emergencia, en la que los miembros de la tripulación deben evacuar un vuelo en 90 segundos o menos, como exige la Administración Federal de Aviación (FAA).
Bono: otros 2 pequeños requisitos están pensados para salvar la vida de los pasajeros
Los pasajeros frecuentes ya conocen el procedimiento. Mientras el avión se prepara para su aproximación final, los auxiliares de vuelo recorren los pasillos para asegurarse de que los asientos están en posición vertical, aunque estés profundamente dormido. Pero, ¿por qué es necesario? Técnicamente, es la ley.
Según la parte 121 del Código de Reglamentos Federales de EE.UU., “ninguna compañía aérea puede despegar o aterrizar un avión a menos que el respaldo de cada asiento de los pasajeros esté en posición vertical”.
Esta tarea aparentemente menor está consagrada en la ley federal por una razón clara: la seguridad. “En posición vertical, el asiento está bloqueado y es más robusto para soportar cualquier fuerza de un posible impacto”, explica Hans Mast, antiguo piloto y actual agente de viajes de Golden Rule Travel. Un asiento reclinado no está bloqueado, lo que significa que una parada repentina podría hacer que se tambaleara hacia delante, catapultando a su ocupante. A la inversa, una aceleración rápida podría hacer que el asiento retrocediera de golpe. “La inercia del avión puede cambiar el ángulo del respaldo, lo que podría aplastar las rodillas del pasajero sentado detrás”, añade Dan Bubb, antiguo piloto y profesor de la Universidad de Nevada en Las Vegas.
Si te gusta sentarte en la ventanilla de un avión, es probable que te hayas encontrado con el debate permanente sobre si debes mantener la persiana abierta o cerrada durante el vuelo. Aunque es una cuestión que debes resolver con tu compañero de asiento, hay dos momentos en los que la persiana debe estar levantada: durante el despegue y el aterrizaje. Muchas compañías aéreas exigen que las persianas permanezcan abiertas durante estas fases críticas del vuelo.
“Levantar la persiana durante el despegue y el aterrizaje facilita a los auxiliares de vuelo la evaluación de cualquier peligro exterior, como el fuego o los escombros, que pueda interferir con una evacuación de emergencia”, explica el piloto Patrick Smith. “También te ayuda a mantenerte orientado si se produce un impacto repentino con balanceo o vuelco”.
Pero, ¿por qué durante el despegue y el aterrizaje, concretamente? “Las persianas de las ventanas deben estar siempre levantadas durante el despegue y el aterrizaje porque son los momentos en los que es más probable que se produzcan incidentes o accidentes”, explicó Lisa, antigua azafata de American Airlines.