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La orina puede ofrecer información sorprendente sobre tu salud. Todo, desde su color y olor hasta su textura, puede reflejar tu estado de hidratación e incluso señalar problemas de salud subyacentes. No se trata solo de la frecuencia: cada vez que vas al baño, tu cuerpo se comunica contigo. A continuación te explicamos lo que tu orina puede estar diciendo sobre tu bienestar.
LOS CONTENIDOS SE FACILITAN ÚNICAMENTE CON FINES INFORMATIVOS Y NO PRETENDEN SUSTITUIR EL ASESORAMIENTO MÉDICO. CONSULTA A TU MÉDICO EN RELACIÓN CON TU ESTADO DE SALUD.
Ver un tinte azul o verde en la orina puede sorprender, pero suele estar relacionado con causas inofensivas como los colorantes alimentarios o determinados medicamentos. Los fármacos recetados para afecciones como la depresión, el reflujo ácido, el dolor, la artritis o los trastornos del sueño contienen a veces ingredientes que pueden alterar el color de la orina hasta darle una tonalidad azulada o verdosa.
Aunque en general no hay de qué preocuparse, hay casos raros, como una enfermedad genética llamada síndrome del pañal azul (BDS, por sus siglas en inglés) en los recién nacidos, que también puede dar lugar a una orina azul. Si la coloración aparece sin un motivo claro o persiste, es una buena idea consultar a un profesional sanitario para asegurarte de que no hay ningún problema subyacente.
Un olor dulce o afrutado en la orina puede ser señal de que el cuerpo está intentando eliminar el exceso de azúcar a través de la orina, lo que suele ser un indicador precoz de un nivel elevado de azúcar en sangre o de diabetes. Esto puede ocurrir cuando la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo y pasa a la orina. En estos casos, la orina puede tener un color entre amarillo pálido y amarillo oscuro, dependiendo de los niveles de hidratación, ya que el organismo pierde más líquidos al eliminar el azúcar sobrante.
Notar este tipo de olor no debe pasarse por alto. Si te ocurre más de una vez, es aconsejable que consultes a un profesional sanitario para detectar posibles enfermedades, como la diabetes, u otros problemas subyacentes.
Notar que tu orina es más oscura de lo habitual y que vas al baño con menos frecuencia puede apuntar a una deshidratación. También puede ir acompañada de otros signos como cansancio, náuseas o sensación de confusión mental. Un profesional médico puede analizar la concentración de tu orina para determinar si estás bien hidratado.
Aunque la deshidratación es una causa común de la orina anaranjada y suele mejorar con el aumento de la ingesta de agua, la orina anaranjada unida a heces de color pálido podría indicar un problema de las vías biliares. En ese caso, es importante consultar a un médico para una evaluación más exhaustiva.
La orina de color marrón oscuro suele ser un signo de deshidratación, pero también puede deberse a ciertos alimentos, como las habas o el ruibarbo, y a medicamentos como la cloroquina o el metronidazol. En algunos casos, puede estar relacionada con afecciones médicas como trastornos hepáticos, porfiria o rabdomiólisis, una enfermedad que provoca la degradación muscular.
La actividad física extenuante, especialmente las carreras de larga distancia, puede provocar una afección temporal denominada hematuria de esfuerzo, que causa orina oscura y suele mejorar con el reposo. Si el cambio de color persiste o va acompañado de otros síntomas, lo mejor es consultar a un profesional sanitario para descartar cualquier problema de salud grave.
Un fuerte olor a amoniaco en la orina puede ser un signo de deshidratación o una infección del tracto urinario (ITU). Cuando las bacterias infectan las vías urinarias, pueden provocar un olor inusualmente fuerte en la orina. Otros posibles signos de una ITU son una orina turbia o teñida de rosa, sensación de quemazón al orinar, ganas de orinar con frecuencia, fiebre o incluso confusión, sobre todo en los adultos mayores.
Las ITU son bastante frecuentes, sobre todo entre las mujeres y las personas mayores. Si experimentas varios de estos síntomas a la vez, es importante que consultes a un profesional sanitario para evitar que la infección empeore.
Una orina muy clara o completamente transparente suele indicar que estás bebiendo mucha agua, posiblemente más de la que tu cuerpo realmente necesita. Aunque una buena hidratación es esencial, excederse puede diluir electrolitos importantes, que ayudan a mantener el equilibrio del organismo.
De vez en cuando, ver la orina clara no es un problema, pero si ocurre con frecuencia y no estás consumiendo intencionadamente grandes cantidades de agua, podría ser señal de algo más grave, como afecciones hepáticas (por ejemplo, la cirrosis o la hepatitis). Si esto continúa sin una causa clara, es aconsejable consultar a un profesional sanitario.
La orina de aspecto turbio o lechoso, en lugar de transparente y de color amarillo pálido, suele estar relacionada con un aumento de la alcalinidad en el organismo. No suele ser motivo de preocupación y a menudo puede mejorarse hidratándose y siguiendo una dieta equilibrada.
Sin embargo, si la turbidez se produce con regularidad o persiste en el tiempo, puede indicar un problema de salud subyacente. En estos casos, es conveniente acudir al médico para determinar la causa y recibir la atención adecuada.
La orina puede revelar muchas cosas sobre tu salud, desde los niveles de hidratación hasta posibles problemas médicos. Notar cambios de color, olor o frecuencia es la forma que tiene el cuerpo de indicarnos que algo necesita atención. Aunque algunos cambios son inofensivos, es importante no pasar por alto las señales y hablar con un profesional sanitario si estás preocupado.
Consejo extra: no ignores las ganas de ir al baño. Aguantarse las ganas de orinar puede tener efectos negativos sobre la vejiga y la salud en general. Más información sobre por qué es mejor no retrasar las ganas de ir al baño en este artículo.