Los investigadores hallaron evidencia de un noveno planeta en nuestro sistema solar
¡Nuestro sistema solar podría tener algunos planetas más bajo la manga! Sabemos de la existencia oficial de 8 planetas, pero no son los únicos que han sobrevivido a la formación caótica del sistema solar hace 4500 millones de años. Los astrónomos afirman que existen tres categorías de planetas en él. Nosotros pertenecemos a la primera: los cuatro planetas rocosos interiores (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte), que orbitan pacíficamente alrededor del Sol. Se encuentran dentro del principal cinturón de asteroides, que separa a Marte de Júpiter. De ahí en adelante entramos a la segunda categoría: un grupo de planetas en el sistema solar exterior, los gigantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Tienen enormes cantidades de gas alrededor de sus hipotéticos núcleos rocosos.
El tercer grupo se encuentra más allá de la zona de nuestros planetas “locales”. Pasando a Neptuno, llegarás al reino de los planetas enanos, como Plutón, Eris y Sedna, así como otros cuerpos celestes pequeños, como los cometas. Pero unos nuevos hallazgos afirman que podría haber algo más acechando en la oscuridad, además de los planetas enanos y los pequeños cuerpos celestes. Puede que hasta sea un nuevo planeta. Los modelos de los científicos sostienen que nuestro sistema solar exterior solía tener uno o más planetas rocosos del tamaño de Marte o la Tierra. Con el tiempo, estos vagabundos rocosos interactuaron con los amplios campos gravitacionales de nuestros gigantes gaseosos, lo que los expulsó hacia una órbita lejana, lejos del “vecindario”. La pregunta es si uno de estos planetas del tamaño de Marte ha sobrevivido y si realmente podría estar allí afuera.
Los científicos han creado simulaciones para averiguar qué es lo que podría haber sucedido. Estos revelaron que, en la mitad de los casos en que los planetas interactuaron con la gravedad de los gigantes gaseosos, fueron eyectados hacia el espacio interestelar. En la mitad restante aparece un planeta errante en una órbita similar a la que siguen los objetos del Cinturón de Kuiper. Solo queda una cosa por hacer: buscarlo. Los astrónomos han hallado al planeta más solitario del universo. Intentaban dar con enanas marrones distantes, también llamadas “estrellas fallidas”. Se trata de estrellas que nunca se vuelven lo suficientemente grandes como para comenzar a brillar. Las estrellas nacen a partir de masas enormes, así que también tienen una poderosa gravedad. Por eso, se comprimen sobre sí mismas, lo que produce altas temperaturas internas y las lleva a brillar.
En lugar de eso, hallaron un viajero solitario: CFBDSIR2149. Este planeta tiene entre 50 y 120 millones de años y una temperatura de 400 °C en la superficie. En comparación con una estrella, eso es frío. Al principio, los científicos pensaban que podía tratarse de una enana marrón. Pero, para eso, tendría que ser mucho más vieja. Este planeta sin estrella flota por el espacio y pasa a solo 130 años luz de la Tierra. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene un ancho de 100 000 años luz, así que eso es relativamente cerca. El viajero solitario es un gigante gaseoso entre 4 y 7 veces más grande que Júpiter. Tal vez fue expulsado de su propio sistema solar como efecto de las fuerzas gravitatorias, o porque interfirió en la órbita de otro planeta. O tal vez fue alejado de su estrella.
Más allá de Plutón, en el límite de nuestro sistema solar, existe un cuerpo celeste más o menos del mismo tamaño, pero un poco más frío y mucho más denso. Es probable que se trate de un gran cuerpo rocoso cubierto con una delgada capa de hielo. Se trata del planeta enano Eris. Tanto él como Plutón se encuentran en el Cinturón de Kuiper, un anillo distante de cuerpos helados más allá de Neptuno. Un día allí dura 25,9 horas, algo bastante similar a la Tierra. Pero Eris tarda tres veces más que Plutón en darle la vuelta al Sol, lo que significa que su año es bastante largo: 557 años terrestres. Eris tiene una superficie brillante y helada, se trata de uno de los cuerpos más reflexivos del sistema solar. Refleja más del 95 % de la luz que impacta contra él.
En algún lugar aún más lejano, existe un super-Saturno: J1407b, un planeta mucho más grande que Júpiter o el mismo Saturno. Se trata de un exoplaneta, un planeta que gira alrededor de una estrella diferente a nuestro Sol. Super-Saturno se encuentra a 434 años luz de la Tierra, en la constelación de Centaurus. Es el único exoplaneta que conocemos con anillos similares a los de Saturno. De hecho, tiene un enorme sistema, 200 veces más grande que los anillos de Saturno. Se compone de más de 30 anillos, cada uno con decenas de millones de kilómetros de diámetro. También hay espacios entre los anillos, lo que significa que podría haber algunos satélites interesantes a su alrededor, también conocidos como exolunas.
Si este super-Saturno pudiera intercambiar su lugar con el Saturno “normal”, sus anillos dominarían completamente nuestro cielo. Podrías mirar hacia arriba y verlos sin problemas. La vista sería asombrosa, ya que parecerían mucho más grandes que una luna llena. Los científicos han hallado miles de planetas fuera de nuestro sistema solar. Algunos son tan densos como el acero, mientras que otros son ligeros y están llenos de aire. Y también tenemos el planeta de agua, Gj 1214b, un mundo lleno de vapor, más grande que la Tierra pero más pequeño que Urano, a 40 años luz de nosotros, en la constelación de Ofiuco. Se trata de un planeta acuoso, rodeado de una atmósfera gruesa. Su diámetro es 2,7 veces más grande que el de la Tierra, y es casi 7 veces más pesado. Es probable que haya nacido lejos de su estrella, en un lugar donde había mucho hielo, y que haya migrado más tarde adonde se encuentra hoy.
La temperatura de su superficie es de 230 °C, demasiado caliente como para recibir la vida de la Tierra. También tiene mucha menos roca y mucha más agua que nosotros. Imagina un planeta sin tierra y con océanos interminables por toda su superficie. Las presiones y temperaturas altas formarían cosas como superfluidos o hielo caliente, materias exóticas que no podemos hallar en nuestro planeta. Gliese 436b es un exoplaneta del tamaño de Neptuno a 30 años luz de la Tierra, en la constelación de Leo. Da la vuelta alrededor de su estrella en poco más de 2 días. Este planeta desafía las leyes de la física: orbita en torno a su estrella (Gliese 436, que es más pequeña, más fría y menos luminosa que el Sol) a una distancia 15 veces más corta que la de Mercurio y el Sol.
Cuando pensamos en hielo, solemos imaginar un cubo congelado, tal vez en un vaso de jugo. Pero este planeta tiene una superficie de hielo, a pesar de que su temperatura es de 526 °C, muy superior al punto de derretimiento. Sin embargo, el hielo permanece sólido... y ardiente. Esto ocurre debido a una gravedad muy fuerte, que comprime el vapor de agua de la atmósfera y lo transforma en hielo sólido. La presión no permite que el hielo se derrita, por más caliente que sea la superficie. Ahora, imagina que te encuentras en un planeta misterioso y que de pronto comienza a llover... zafiros y rubíes. En la constelación de Cygnus, Hat-P-7b, un giganros aparecen por todo el planeta cuando llueve.
En la atmósfera de la cara nocturna del planeta, se encuentra una elevada cantidad de corindón. El corindón es la materia prima de ciertas piedras preciosas, como los zafiros y los rubíes. Las nubes de corindón ofrecen una vista asombrosa. El planeta está plagado de vientos severos que a menudo se transforman en tormentas poderosas y empujan enormes masas de estas nubes por todo el planeta. Si bien es inhabitable, sería genial viajar allí y recoger unas cuantas gemas. De todas maneras, el clima es bastante violento, y las temperaturas superan los 2500 °C. En comparación, Venus, el planeta más caliente de nuestro sistema solar, “solo” llega a los 500 °C.
Si observas la inmensidad del espacio, podrás ver un hermoso punto azul en medio de la oscuridad infinita. Se trata de Hd 189733b, un exoplaneta a 63 años luz de nosotros, en la constelación de Vulpecula. Pero es mucho más grande y caliente que la Tierra: tiene un tamaño cercano al de Júpiter y completa una vuelta alrededor de su estrella en solo 2,2 días terrestres. Esa órbita es tan corta que es probable que este planeta esté acoplado por mareas; eso significa que siempre le muestra la misma cara a su estrella, así como la luna solo le muestra una cara a la Tierra. El clima es de locos: los vientos alcanzan los 8700 km/h, siete veces la velocidad del sonido. El viento más rápido de la Tierra solo ha alcanzado la marca de 370 km/h.
Y las cosas se ponen más interesantes: la lluvia no se compone de agua, sino de vidrio fundido. Las nubes están hechas de átomos y partículas de silicato. Se trata de un elemento clave que le da al planeta su color azul cobalto, a diferencia de la Tierra, que obtiene su color gracias a los océanos. La Tierra solía ser púrpura. Actualmente, si la observas desde el espacio, podrás ver mucho verde. Este verde que hallamos en la naturaleza es el producto de la fotosíntesis, el proceso en el que las plantas transforman la energía proveniente del sol en la energía que necesitan para vivir y producir el oxígeno que necesitamos. El componente principal de este proceso, y lo que les da a las plantas su color, es un pigmento llamado clorofila. Hace mucho tiempo, en lugar de ella, existía una molécula llamada retinol. Sus pigmentos absorben las luces amarillas y verdes y la transforman en luces rojas y azules, así que la Tierra era más púrpura.
También tenemos un planeta rosado mucho más lejos de nosotros: Gj-504b, en la constelación de Virgo. Se trata de un exoplaneta cuatro veces más grande que Júpiter y formado recientemente, hace unos 160 millones de años. Para que puedas comparar, la Tierra tiene 4500 millones de años. Si pudieras viajar allí, verías un planeta increíble que brilla debido al calor de su formación. Todo a tu alrededor estaría cubierto de magenta.te gaseoso 16 veces más grande que la Tierra y a 1000 años luz de distancia, tiene un clima bastante específico y tormentas violentas. Los rubíes y los zafi