20+ Historias de vida sobre situaciones que marcaron un antes y un después

Que todo quede en familia no siempre es buena señal, y menos cuando tu cuñada empieza a comportarse como si fuera la madre de tu propio bebé. Esto fue lo que le pasó a la joven mamá que compartió su historia, quien, confiando en las aparentes buenas intenciones de la hermana de su esposo, terminó envuelta en una situación tan incómoda como preocupante. Su entorno empezó a minimizar lo ocurrido, llevándola a cuestionarse si estaba exagerando.
Sigue leyendo, porque a continuación te contamos la historia completa, compartimos las reacciones de otras lectoras y explicamos cómo identificar el gaslighting (o manipulación psicológica) antes de que sea demasiado tarde y evitar caer en una realidad como la de esta chica.
"Nunca pensé que tendría que escribir algo así, pero últimamente me siento tan confundida y sola que necesito sacarlo. Soy mamá primeriza, mi bebé tiene casi 11 meses y, como se imaginarán, todo es nuevo para mí. Cada pequeño logro, cada gesto, cada avance me emociona muchísimo. Lo vivo todo con el corazón en la mano.
Desde el principio, mi cuñada (hermana de mi esposo) estuvo muy presente. Siempre dispuesta a ayudar, muy cariñosa con el bebé, y yo, sinceramente, lo agradecí muchísimo. Pero con el tiempo esa ayuda empezó a sentirse rara. Como si se quisiera adueñar de cosas que no le corresponden.
Primero fueron detalles pequeños: subía fotos del bebé a sus redes antes que yo, lo llamaba “mi niño”, decía frases como “soy casi su segunda mamá”. Pero lo que me rompió fue cuando mi hijo dio sus primeros pasos.
Lo grabó ella (yo no estaba en ese momento), y no solo no me esperó para compartirlo, sino que lo mandó a todo el grupo de la familia antes de decírmelo a mí. Ni siquiera me dio chance de vivir ese momento. Cuando hablé con ella, me dijo que estaba siendo exagerada, que no era para tanto.
Mi esposo también me pidió que no lo hiciera un drama, que su hermana solo está encariñada. Pero yo me siento invadida. Me cuestiono si estoy viendo fantasmas o si realmente están cruzando un límite que no debería cruzarse.
No quiero armar un problema familiar, pero también siento que nadie me valida como mamá. Me duele muchísimo y ya no sé si estoy exagerando o si tengo razón en sentirme así.
¿A alguien más le ha pasado algo parecido?"
El gaslighting es una técnica donde alguien intenta hacerte dudar de tu propia realidad, convenciéndote de que tus pensamientos, recuerdos o emociones no son ciertos. Es una herramienta común en personas con tendencias narcisistas que buscan controlar a su víctima. ¿Cómo lo hacen? Con frases que minimizan tus sentimientos, niegan lo que dices o te hacen sentir que estás exagerando o loca. Por ejemplo: “No sé qué escuchaste, pero yo nunca dije eso”, o “Estás siendo demasiado sensible, no fue para tanto”.
El término viene de una película de 1944 llamada Gaslight, donde un hombre intenta convencer a su esposa de que está perdiendo la cabeza, manipulándola con cosas extrañas en la casa mientras él actúa como si nada pasara. Por ejemplo, baja las luces de gas y finge que todo está normal. Esta historia inspiró el nombre de esta forma de manipulación psicológica que, lamentablemente, ocurre mucho más de lo que imaginamos.
Las consecuencias van desde ansiedad, depresión, aislamiento y dificultad para confiar en los demás, hasta sentimientos de culpa, tristeza profunda y trauma emocional. Lo peor es que muchas veces quienes están cerca de la víctima no detectan el problema y pueden, sin querer, minimizar la situación con comentarios como “Pero ella parece tan amable” o “No creo que sea así”. Esto sólo hace que la persona dude aún más de sí misma y se sienta atrapada.
Lo bueno es que hay formas de protegerse y salir de esa situación: limitar el contacto con quien manipula, no caer en discusiones emocionales, mantener la calma y buscar apoyo en personas confiables o profesionales. También es útil recordar tus fortalezas, confiar en tu percepción y, si puedes, llevar un registro de lo que pasa para reafirmarte.
Esta manipulación doloross y frustrante, pero con consciencia y apoyo puedes recuperar tu poder y bienestar. Si te sientes identificada con el relato de la mamá de la historia de arriba o con el concepto de gaslighting no dudes en buscar ayuda profesional, porque sanar es un acto de amor propio.