Mi mejor amiga cree que soy su niñera, pero ya me harté de cuidar a su bebé

Negarse a hacer un favor a un amigo puede parecer difícil. A veces, decir “no” se siente como una traición o una falta de apoyo, y eso nos lleva a aceptar peticiones que realmente no queremos o no podemos cumplir. Sin embargo, el no saber poner límites puede tener consecuencias negativas tanto para nuestra salud mental como para la propia amistad. Muestra de ello, es la historia de esta mujer, cuya amiga parece haberse aprovechado de su bondad, para imponerle obligaciones que no le corresponden.

“Mi mejor amiga es como mi hermana y siempre nos hemos ayudado cuando lo necesitamos. Ella tiene un bebé de 10 meses y hasta ahora la he ayudado con él en todo lo que he podido, pero últimamente empezó a volverse algo de todos los días. Vivimos en el mismo piso, una al lado de la otra, y me llama por teléfono para que cuide a su bebé por cualquier motivo: ’Necesito ducharme, ¿puedes cargarlo?’ ’Está muy aburrido, ¿puedes cargarlo?’.

Se la pasa llamándome varias veces al día para pedirme favores y ahora, cuando no le respondo, viene a mi casa con su bebé y me pregunta si puedo sostenerlo. Ayer, tenía algo de trabajo que hacer en mi computadora portátil y me pidió que lo sostuviera durante 10 minutos porque quería darse una ducha rápida. Acepté hacerlo por 10 minutos y eso se convirtió en una hora y media”.

“Eso sí, su hijo no es realmente un bebé ’fácil’. Llora incontrolablemente en el momento en que no lo cargas y tratas de jugar con él, así que me vi obligada a caminar como una hora y media con él en mis brazos, mientras tenía otras cosas que hacer.

En todo caso, ayer me sentí mareada mientras caminaba con el bebé, así que lo bajé mientras intentaba distraerlo con algunos juguetes, pero él seguía llorando muy fuerte y yo no me atrevía a levantarlo porque me preocupaba que se me cayera”.

“Ella escuchó el llanto y golpeó mi puerta con una furia descontrolada, diciéndome ’¿por qué lo dejas llorar?’. Le expliqué la situación y también le dije que era su culpa por no acostumbrarlo a no estar cargado y dejarlo jugar solo. Yo he cuidado a muchos bebés en el pasado y ninguno era así. No es culpa del bebé, definitivamente es de ella.

Entonces, ella me dijo: ’No me gusta escuchar llorar a mi bebé y tampoco acepto que lo dejes llorar’. Eso me molestó mucho, así que le respondí: ’Entonces deberías contratar a una niñera que cumpla con todos tus requisitos’. No me importa en absoluto ayudarla y amo a su bebé, pero no me gusta cuando eso se convierte en una obligación y encima, se enoja cuando no lo hago a su manera”.

Consejos para aprender a poner límites a los amigos

• Reconoce tus propias necesidades: Antes de decir “sí” a cualquier favor, pregúntate si realmente puedes o quieres hacerlo. Reconocer tus propias limitaciones es el primer paso para establecer límites claros.
• Sé honesto y directo: Cuando tengas que decir “no”, hazlo de manera clara y directa. No necesitas dar largas explicaciones o disculpas excesivas. Un simple “No puedo hacerlo en este momento” es suficiente.
• Ofrece alternativas: Si te sientes incómodo diciendo “no”, puedes ofrecer una solución alternativa que se ajuste mejor a tus posibilidades. Por ejemplo, “No puedo cuidar a tu bebé esta tarde, pero podría hacerlo el sábado por la mañana”.
• Evalúa la relación: Si un amigo no respeta tus límites, es momento de reconsiderar la dinámica de la relación. Las amistades saludables deben ser recíprocas y basadas en el respeto mutuo.
• Aprende a gestionar la culpa: Sentirse culpable por decir “no” es común, pero es importante recordar que cuidar de ti mismo no es egoísta. Estás permitiendo que la amistad sea más equilibrada y respetuosa.