Por qué las camas no están en el suelo y 10+ datos aleatorios más

Curiosidades
hace 1 año

Odio tener que decirte esto, pero el dinero no está hecho de papel, lo que también demuestra que este no crece en los árboles. La mayoría de los billetes están compuestos por un 25 % de lino y un 75 % de algodón, por eso tienen tal aspecto y tacto característicos. En el siglo XIX, el dinero estaba hecho de papel de pergamino. Por eso la gente podía falsificarlo muy fácilmente, a diferencia de lo que ocurre ahora. La torre Eiffel es casi 15 centímetros más alta durante el verano. Cuando calientas una sustancia, sus partículas comienzan a moverse más activamente y ocupan un mayor volumen. Eso es algo llamado expansión térmica. Cuando la temperatura baja, la sustancia vuelve a contraerse. Este efecto es más evidente en los gases, pero también puede observarse en los líquidos y los sólidos, incluido el hierro.

Por eso se construyen grandes estructuras, como los puentes, con juntas de dilatación. Permiten que una estructura tenga cierto margen de maniobra para expandirse y contraerse, y esos cambios no causan ningún daño. Guau. Tengo unos pantalones así. La miel puede durar miles de años sin echarse a perder. Las abejas se posan en las flores para recoger el néctar azucarado. Luego lo transportan de vuelta a su colmena y lo transfieren a otras abejas obreras. Estas reducen el contenido de agua del néctar bebiendo y regurgitando repetidamente el líquido. Mmm. Vómito de abeja. Unas enzimas especiales en sus estómagos descomponen la glucosa del néctar y este se vuelve más ácido. Las abejas depositan este néctar en el panal y comienzan a abanicarlo con sus alas para que el agua se evapore más rápidamente. La miel es ahora muy ácida y tiene poco contenido de agua, lo que evita que se pudra. Las bacterias que provocan el deterioro del resto de los alimentos no pueden sobrevivir en esas condiciones.

Hace mucho tiempo, la gente no elevaba sus colchones del suelo. Esta práctica comenzó en el Antiguo Egipto y continuó en muchas otras culturas. La gente se dio cuenta de que hacía frío en el suelo, y que podían calentar sus camas más fácilmente si estaban lejos de él. Las casas solían tener más corrientes de aire. El viento frío entraba por debajo de las puertas. No había calefacción central, así que la gente tenía que encontrar otras formas de mantenerse abrigada. El aire caliente tiende a subir. Y si estás situado más alto, no tendrás tanto frío como en el suelo. Además, de esta forma, la gente podía mantener sus camas limpias con más facilidad. En las casas sencillas, los suelos solían estar mucho más sucios que ahora, y toda esa suciedad solía migrar a las camas. Siguiendo con el tema de la suciedad, ¿crees que la gente es limpia y ordenada por naturaleza? Al fin y al cabo, nuestros antepasados, que vivieron hace miles de años, ya usaban letrinas y se arreglaban el pelo con peines. Y mantenían sus casas y a ellos mismos limpios.

La necesidad natural de higiene y limpieza está impulsada por nuestro sentido del asco. Es el mismo mecanismo que ayuda al cuerpo a mantenerse a salvo y lo protege de diferentes infecciones. Por eso somos más sensibles a ciertos olores y cosas. Pero seguimos teniendo algunos hábitos bastante descuidados. Por ejemplo, comer botanas sobre el teclado. ¡Aj! Yo desde luego nunca lo hago. Pero hay animales que son aún más pulcros que nosotros los humanos. Por ejemplo, a las serpientes de cascabel les gusta mantener su entorno ordenado. Algunas incluso usan sus cuellos musculosos y sus cabezas triangulares para barrer la hierba desordenada cuando cazan. A muchos animales les gusta despejar su camino cuando van en busca de su futura comida, también a los reptiles. Menos vegetación aumenta sus posibilidades de atrapar la comida. Los pájaros cantores también prefieren mantener el orden y deshacerse de la comida no consumida, las cáscaras de los huevos u otros desperdicios en sus nidos. De este modo, también hacen que sus hogares sean menos visibles para sus enemigos.

Mientras tanto, en el espacio, las sombras son más oscuras en la Luna que en nuestro planeta. Esto se debe a que la atmósfera de la Tierra dispersa más la luz solar. Pero si pudieras visitar la Luna, observarías sombras tan oscuras que no podrías ver por dónde vas. Además, notarías huellas frescas en la superficie lunar. La gente no ha puesto el pie ahí desde hace varias décadas, pero las huellas parecen haber sido dejadas justo ayer. Como no hay agua ni viento en la Luna, nada puede borrar estas huellas. Así que pueden permanecer ahí en su forma original durante millones de años. Así que cuidado con lo que pisas, ¿eh? El núcleo de la Tierra contiene suficiente oro para recubrir todo el planeta. Y si se decidiera hacerlo, el nivel de este metal precioso llegaría a la altura de las rodillas. Durante miles de años, la gente ha estado extrayendo oro y platino, junto con un montón de otros minerales preciosos, por debajo de la superficie de nuestro planeta. Por eso es posible que hayamos agotado algunos de los minerales en ciertas zonas. Pero la Tierra sigue teniendo un gran número de depósitos de este tipo, especialmente si nos acercamos a su núcleo.

Esto se debe a los innumerables meteoritos que chocaron con nuestro planeta durante el periodo de su formación. Esos contenían diferentes minerales, entre ellos el oro. Por aquel entonces, la Tierra aún estaba en estado fundido, así que la mayor parte del oro, un elemento pesado, se hundió en las profundidades de su núcleo. Y el manto de silicato colocado sobre el núcleo atrapó cantidades realmente enormes de oro y algunos otros minerales. Por desgracia, la mayoría de ellos están un poco fuera de alcance ahora, ya que hablamos de 2900 kilómetros por debajo de la superficie y de temperaturas de miles de grados. Demasiado caliente, en otras palabras. Seguro que, si estuvieras a punto de ir al espacio, una de las primeras cosas en las que pensarías sería en el traje espacial. Pero ¿sabes que es posible sobrevivir en el espacio, aunque no lleves ninguna protección? Bueno, no te hagas ilusiones todavía: no durarías más de 15 segundos. Ese es el tiempo que tardarías en perder el conocimiento, porque el oxígeno dejaría de llegar a tu cerebro.

En 1965, un técnico despresurizó accidentalmente su traje dentro de una cámara de vacío. Perdió el conocimiento después de 12 a 15 segundos. 27 segundos después, su traje, por suerte, se presurizó de nuevo. El hombre dijo después que recordaba que la humedad de su lengua empezaba a hervir. También perdió el sentido del gusto, y no lo recuperó hasta cuatro días luego del accidente. Tampoco puedes aguantar la respiración en el espacio, así que eso no te salvará. Tus pulmones se romperán en un momento dado porque el aire de su interior se expandirá. El oxígeno de otras partes de tu cuerpo también empezará a expandirse, lo que significa que te inflarás hasta el doble de tu tamaño habitual. Casi como la tía Marge de Dudley Dursley de Harry Potter. Bueno, no del todo. No vas a explotar solo gracias a la elasticidad de tu piel, que seguirá manteniéndote unido. Y los líquidos de tu cuerpo también empezarán a vaporizarse rápidamente. ¿No suena agradable? ¡No! El océano tiene su icónico color azul gracias a la luz del sol. Cuando el sol brilla, el agua absorbe las longitudes de onda naranja y roja más largas y refleja las ondas de luz azul más cortas. Esto solo es posible cuando hay una gran cantidad de agua. Por eso, cuanta más agua haya en un lugar, más azul será. Por eso, el agua que echas en tu vaso no tiene nada que ver con este hermoso color azul del océano.

El océano cumple muchas funciones importantes. Por un lado, produce entre el 50 y el 80 por ciento de todo el oxígeno de nuestro planeta, lo que significa que nos mantiene vivos. ¡Pero también ayuda al funcionamiento de Internet! Así que, cuando te rías con un video gracioso de un perro o veas tu serie favorita, dale las gracias al océano. La mayoría de los cables que alimentan Internet, y, por tanto, permiten que personas de todo el mundo lo utilicen, operan bajo el agua. Se trata de “cables submarinos”: kilómetros y kilómetros de cableado que se entrecruzan en el fondo del océano. Hay barcos especiales para colocar todo eso: están diseñados específicamente para eso. Para asegurarse de que nada dañe los cables, y tu Internet, hay que colocarlos en tramos relativamente planos del fondo del océano. Los cables también deben estar alejados de viejos naufragios o de grandes ecosistemas oceánicos.

Algunos de estos cables tienen un revestimiento especial que los protege de los daños. De este modo, ningún tiburón hambriento o pez curioso tiene la oportunidad de mordisquear el cableado. Los árboles hablan. Bueno, no exactamente como las personas, pero tienen su propia forma de comunicarse. Sus raíces están conectadas a través de una red subterránea de hongos. Esa red recibió el apodo de The Wood Wide Web. Ja. Gracias a esta, los árboles pueden compartir recursos entre sí. Así es como “hablan”. Usan estos hongos para transmitir nutrientes y agua de un árbol a otro. Por ejemplo, hay un árbol madre o uno que es más fuerte y viejo que otros en el bosque. Entonces comparte algunos de sus nutrientes y azúcares con los árboles pequeños que crecen cerca. Gracias, mamá.

Mira todos estos insectos volando en un bonito día soleado. ¿Crees que se queman con el sol? Bueno, los que pasan la mayor parte del tiempo al aire libre no lo hacen. Tienen exoesqueletos oscuros que contienen melanina, así es como bloquean la radiación UV. Pero los que viven bajo tierra y en el agua o las criaturas nocturnas tienen una piel más pálida y fina. Si pasan demasiado tiempo al aire libre durante el día, pueden sufrir quemaduras solares o, lo que es peor, ser devorados. Podrían ser devorados.

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