Razones por las que tienes papada y 4 trucos para deshacerte de ella de una vez por todas

Salud
hace 8 horas

Existen ejercicios específicos que pueden ayudar a reducir la grasa bajo la barbilla y el cuello. Además, otros tratamientos pueden complementar el proceso. Aunque la papada suele asociarse con el aumento de peso, esta no siempre es la causa principal. Vamos a descubrir más en este artículo.

ESTE CONTENIDO ES SOLO INFORMATIVO Y NO SUSTITUYE EL CONSEJO MÉDICO. CONSULTA A TU MÉDICO PARA OBTENER ORIENTACIÓN SOBRE TU SALUD Y CONDICIONES MÉDICAS.

Causas de la papada

La papada se forma cuando se acumula una capa extra de grasa bajo la barbilla. Hay varios factores que pueden contribuir a su aparición, y conocerlos puede ayudar a encontrar formas de reducirla.

1. Edad
Con el envejecimiento, la piel pierde elasticidad, lo que puede provocar flacidez y hacer que la papada sea más notoria.

2. Dieta y peso
Aunque no siempre es la causa, el aumento de peso puede influir. Consumir demasiadas calorías, alimentos procesados o grasas poco saludables puede contribuir tanto al aumento de peso general como a la aparición de papada.

3. Genética
Si en tu familia hay antecedentes de papada o tu piel tiene menor elasticidad de forma natural, es más probable que desarrolles una, incluso si no tienes sobrepeso.

4. Postura
Una mala postura debilita los músculos del cuello y la barbilla. Con el tiempo, esto puede provocar flacidez y hacer que la papada se vea más pronunciada.

Ejercicios sencillos para reducir la papada

Existen varios ejercicios fáciles que pueden ayudar a tonificar la zona del cuello y la barbilla. Aunque no hay suficiente evidencia científica, estos movimientos fortalecen los músculos faciales y del cuello, lo que podría contribuir a reducir la grasa en esas áreas.

Calentamiento previo

Al igual que en cualquier rutina de ejercicios, es importante calentar los músculos para evitar lesiones.

  1. Rota la cabeza en círculos lentamente: hacia delante, abajo, atrás y arriba. Hazlo varias veces y luego cambia de dirección.
  2. Mueve suavemente la mandíbula hacia la izquierda, adelante, derecha y atrás. Mantén cada posición durante uno o dos segundos.

Silbar hacia el techo

Este ejercicio fortalece los músculos del cuello y es ideal para hacer una pausa si trabajas sentado.

  • Siéntate derecho y relaja los hombros.
  • Inclina la cabeza hacia atrás y mira al techo.
  • Frunce los labios como si fueras a silbar. Sentirás un ligero estiramiento en el cuello.
  • Mantén la posición entre 10 y 20 segundos, según tu comodidad.
  • Repite 10 veces.

Incorpora este ejercicio en tu rutina diaria para fortalecer y tonificar el cuello.

Ejercicio del puchero

Este estiramiento trabaja los músculos de la barbilla y el cuello.

  1. Siéntate o párate cómodamente.
  2. Saca el labio inferior lo más que puedas, formando un puchero. Mantén la posición durante 3 segundos.
  3. Sin relajar el puchero, usa los músculos del cuello para bajar la barbilla hacia el pecho (sin mover la parte superior de la espalda).
  4. Mantén la posición durante otros 3 segundos y relaja.
  5. Repite entre 10 y 20 veces, hasta sentir que los músculos trabajan.

Masticar chicle

Aunque no lo parezca, masticar chicle puede ayudar de dos maneras:

  • Activa los músculos del rostro y la mandíbula, proporcionándoles un ligero ejercicio.
  • Puede ayudar a reducir el consumo de snacks al generar una sensación de saciedad, útil para el control del peso.

Si bien masticar chicle por sí solo no eliminará la papada, puede ser un complemento en una rutina integral.

El bostezo del león

Este ejercicio ayuda a fortalecer los músculos del rostro, la barbilla y el cuello.

  1. Siéntate o párate con una postura relajada.
  2. Abre la boca lo más grande posible.
  3. Saca la lengua tanto como puedas, imitando el bostezo de un león.
  4. Sentirás cómo se tensan los músculos de la barbilla, el cuello y la mandíbula.
  5. Mantén la posición durante 10 segundos y relaja.
  6. Repite 10 veces.

No olvides revisar nuestro otro artículo sobre 4 señales sutiles en tu rostro que podrían indicar problemas de salud. ¡Tu cara podría estar diciéndote más de lo que crees!

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