Un viaje asombroso a exoplanetas de verdad || Mundos más allá del sistema solar
Un exoplaneta es cualquier planeta que se encuentra fuera del sistema solar. Algunos flotan libremente y se los conoce como planetas errantes; se mueven por el centro galáctico. Otros orbitan en torno a su estrella anfitriona... ¡o estrellas! Los astrónomos descubrieron exoplanetas por primera vez en la década de 1990. Desde entonces, han hallado miles de ellos, y ahora tú también puedes echarles un vistazo. Spoiler: ¡algunos son muy extraños! Otros se parecen a nuestro hogar, ¡y es posible que sean aptos para la vida! El exoplaneta más cercano a la Tierra es Próxima Centauri b. Se encuentra a unos meros 4,2 años luz de nosotros. Recientemente, los astrónomos han descubierto que podría parecerse a la Tierra aún más de lo que pensábamos.
Es solo un 17 % más grande que nuestro planeta. Orbita en torno a una estrella menos intensa y más pequeña que el Sol. Próxima Centauri b se encuentra en medio de la zona de habitabilidad de la estrella. ¡Eso significa que hay posibilidades de que haya agua (y vida) en él! Parece que este exoplaneta está acoplado por marea a su estrella anfitriona. En otras palabras, una de sus caras apunta a la estrella en todo momento, y la otra siempre está a oscuras. Los científicos aún no han averiguado si tiene una atmósfera. Viaja demasiado cerca de su estrella y completa una vuelta en 11 días terrestres. La radiación de la estrella podría estar removiendo el aire del planeta. Si es así, no es probable que Próxima Centauri b tenga agua líquida en su superficie.
Gliese 832 c se encuentra a 16 años luz de la Tierra; en el esquema cósmico de las cosas, está a la vuelta de la esquina. Este exoplaneta es 5 veces más grande que la Tierra y viaja mucho más cerca de su estrella madre. Por eso, un año aquí dura apenas 36 días. Pero, dado que esta estrella es una enana roja mucho más fría y tenue que el Sol, Gliese 832 c recibe tanta luz y calor como nuestro planeta. Dicho eso, aún no queda claro si es similar a la Tierra. Es probable que tenga una atmósfera mucho más espesa que crea un efecto invernadero desbocado. Este fenómeno ocurre cuando un planeta absorbe más calor de su estrella anfitriona del que puede liberar al espacio. En conclusión, es más probable que Gliese 832 c se parezca al ardiente Venus que a la Tierra, que es relativamente fría.
Otro planeta similar a la Tierra, TOI 700 d, se encuentra a 100 años luz de nosotros, en la constelación Dorado. Orbita en torno a una estrella enana pequeña y bastante fría que tiene aproximadamente el 40% de la masa y el tamaño del Sol. Su temperatura en la superficie alcanza la mitad de los valores que presenta nuestra estrella. El planeta más lejano (que es el mismísimo TOI 700 d) es casi del tamaño de la Tierra. Además, se encuentra en la zona de habitabilidad. No hay fulguraciones de TOI 700 que alcancen el planeta, lo que aumenta las probabilidades de que sea habitable. En otras palabras, podría desarrollar y mantener la vida. Los científicos no conocen con certeza las condiciones exactas de su superficie, pero una de las simulaciones por computadora que han creado revela un planeta cubierto por un océano. Tiene una atmósfera muy densa, dominada por dióxido de carbono. Los astrónomos creen que una atmósfera similar rodeaba a Marte cuando era un planeta joven.
Pero otro modelo 3D muestra a TOI 700 d como un mundo lleno de tierra y sin nubes. Así es como probablemente se vería nuestra Tierra si no estuviera cubierta de océanos. Los vientos en TOI 700 d se alejan del lado nocturno del planeta y se encuentran en el área que mira directamente hacia la estrella. Hay un exoplaneta que destaca entre los demás por su impresionante color magenta. Puedes encontrarlo en la constelación de Virgo. Se llama Gliese 504 b. ¡La distancia entre este planeta y su estrella madre es nueve veces la distancia entre el Sol y Júpiter! Se formó hace relativamente poco y todavía brilla por el calor. Por eso, su superficie se ve rosada.
A solo 20 años luz de distancia del Sol (que no es una gran distancia cuando hablamos del espacio), un extraño planeta errante deambula por nuestra galaxia, la Vía Láctea. Pero, a pesar de que no orbita en torno a ninguna estrella, tiene un campo magnético increíblemente poderoso. ¡Es 4 millones de veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra! El exoplaneta también produce unas auroras asombrosas. Cuando fue descubierto en 2016, los astrónomos estaban casi seguros de haber detectado una enana marrón, un objeto demasiado grande para ser un planeta y demasiado pequeño para ser una estrella. Pero, más tarde, obtuvieron pruebas de que el objeto espacial no era lo suficientemente grande como para ser una enana marrón. El planeta es como un mamut entre sus pares. Es 1,2 veces más ancho que el planeta más grande del Sistema Solar, Júpiter, y más de 12 veces más pesado.
Los astrónomos creen que el campo magnético excepcionalmente fuerte lo ayuda producir las auroras. Pero lo más curioso es que se generan de forma diferente a las de la Tierra. Podría deberse a que su luna lo ayuda a crear estos espectáculos de luces. Si viajaras a 20 000 años luz de la Tierra, te acercarías a una enana roja en la constelación de Sagitario. Las estrellas de este tipo son muy frías y pequeñas. Muy lejos de esta estrella fría, existe un planeta. La distancia entre él y su estrella anfitriona es tan grande que el planeta recibe muy poco calor. De hecho, es uno de los planetas más fríos jamás detectados. La temperatura media en su superficie es inferior a los −218 ˚C.
Por eso, todo el planeta está cubierto por una gruesa capa de hielo. Si pisaras su superficie, no verías más que glaciares, llanuras y montañas de hielo. Y, sin embargo, los astrónomos afirman que podría existir vida en las profundidades de la superficie helada, ya que es probable que el núcleo genere suficiente calor como para derretir parte de su hielo interno. En ese caso, podría haber un enorme océano subterráneo en el planeta, acaso plagado de formas de vida extrañas. Uno de los exoplanetas más antiguos que conocemos es PSR B1620-26 b. Tiene aproximadamente 12,7 mil millones de años. Es casi tres veces más antiguo que la Tierra, que apareció hace 4.500 millones de años. Eso también significa que el “planeta Génesis” se formó solo mil millones de años después del Big Bang.
Es tan viejo que sus dos estrellas anfitrionas han tenido tiempo de transformarse en una enana blanca y un púlsar que realiza casi 100 revoluciones por segundo. Los amaneceres en este planeta deben verse asombrosos. Apuesto a que el próximo exoplaneta no es como ningún otro que hayas visto antes. A menudo se lo llama super-Saturno o “Saturno en esteroides”. Eso es porque J1407b tiene un sistema de anillos colosal. Son 640 veces más grandes que los de nuestro Saturno. Este extraño planeta se encuentra a 434 años luz de la Tierra, y es el único que conocemos con anillos similares a los de Saturno. Si trajeras a J1407b a nuestro sistema solar y reemplazaras a Saturno con él, sus anillos se verían varias veces más grandes que una luna llena. Los astrónomos han notado una brecha en el punto medio de los anillos del planeta. Hay buenas posibilidades de que una exoluna del tamaño de Marte orbite alrededor de él en algún lugar de esta brecha. Si vivieras en esta luna, tendrías una vista increíble con solo mirar al cielo.
El siguiente exoplaneta, llamado WASP-12b, devora la luz proveniente de su estrella. Es uno de los planetas más oscuros que conocemos, todo porque su lado diurno consume luz en lugar de reflejarla hacia el espacio. Se trata de un planeta gigante, dos veces más grande que Júpiter, y atrapa más del 94 % de la luz que llega a su atmósfera. Es probable que esta sea la razón principal de las increíbles temperaturas de su superficie: ¡pueden alcanzar los 2500 ˚C! Eso es casi la mitad de los valores del Sol. WASP-12b viaja tan cerca de su estrella anfitriona que solo necesita un día para completar una órbita. Su lado nocturno no es tan caluroso como el lado diurno, “solo” alcanza los 1200 ˚C. Debido a esta diferencia de temperatura, el vapor de agua y las nubes se acumulan sobre su superficie. De vez en cuando, unos remolinos de materia de la atmósfera sobrecalentada del planeta llegan hasta su estrella.
A unos 4000 años luz de distancia de la Tierra, existe un exoplaneta que podría ser un diamante enorme. Tiene cinco veces el tamaño de nuestro planeta, pero solo necesita dos horas y diez minutos para orbitar en torno a su estrella madre, un púlsar que gira a una velocidad de 10 000 revoluciones por minuto. El planeta es más denso que cualquier otro que hayamos descubierto hasta ahora. Se compone principalmente de un carbono tan denso que los astrónomos creen que podría ser cristalino. Si fuera cierto, podría significar que al menos una parte del planeta es un diamante. En el lado nocturno de WASP-76b llueve hierro, ¡y la temperatura alcanza los 2400 ˚C durante el día! Eso es suficiente para evaporar la mayoría de los metales.
Este exoplaneta es un poco más pequeño que Júpiter y se encuentra a 640 años luz de la Tierra. Sus condiciones climáticas tan aterradoras son causadas por su órbita inusual. ¡La distancia entre WASP-76b y su estrella madre es 10 veces más corta que la distancia entre Mercurio y el Sol! Por esa razón, el enorme planeta está acoplado por mareas a su estrella. Una cara de WASP-76b siempre mira hacia su estrella, y la otra siempre está a oscuras. Este exoplaneta de color azul brillante se encuentra a 62 años luz de la Tierra.
Es un poco más grande que Júpiter y parece tranquilo y pacífico. Es posible que su color azul te recuerde a nuestro planeta de origen, pero su apariencia familiar oculta su horrible naturaleza. El hermoso tono proviene de los átomos y partículas de silicato que conforman la atmósfera, pero la velocidad de los vientos puede alcanzar los 8700 km/h, 7 veces la velocidad del sonido. La temperatura puede alcanzar los 870 ˚C, y eso no es lo peor. En este extraño mundo llueve vidrio... hacia los costados. Es probable que no quieras pasar tus vacaciones aquí.