Una madre con 800 tatuajes revela la desgarradora razón por la que no puede celebrar la Navidad con sus 7 hijos
Una madre de 47 años se ha convertido en una sensación viral por su llamativo aspecto. Conocida como la mujer más tatuada del Reino Unido, presume de tener más de 800 tatuajes que cubren su cuerpo de la cabeza a los pies. Aunque su amor por la tinta es innegable, la realidad de vivir con un aspecto tan singular le ha planteado trágicos retos, especialmente durante las Navidades.
Una identidad entintada que divide opiniones
Melissa Sloan es una cariñosa madre de 7 hijos de Kidderminster, Reino Unido. Es aficionada a hacerse tatuajes, muchos. Más de 800 diseños abstractos y personalizados cubren todo su cuerpo. Aunque sus tatuajes son motivo de orgullo personal, a menudo provocan fuertes reacciones en los demás. Admite que le complican la vida durante las fiestas.
"Se supone que es un momento de alegría y celebración", dice Melissa. Añade que, debido a las miradas críticas de la gente, puede que su cena de Navidad con niños no llegue a celebrarse.
A pesar de sus esperanzas festivas, las reacciones que recibe del público le han hecho la tarea casi imposible. Sobre todo por parte del personal de los supermercados. Según Melissa, el personal suele mirarla con miedo, lo que la hace reacia a comprar productos esenciales como salsa de arándanos y pavo.
Melissa siente que no encaja
Las dificultades de Melissa van más allá de las miradas. Siente que sus tatuajes la han aislado de las actividades cotidianas, especialmente en Navidad. Las salidas sencillas se han vuelto incómodas.
"Siento que asusto a los trabajadores del supermercado", explica Melissa. "Me han mirado aterrorizados al pasar". Para salir del paso, piensa enviar a su esposo y a sus hijos a hacer las compras de Navidad. Pero esta solución no le parece ideal.
Estar muy tatuada ha influido en su vida de muchas maneras
Las dificultades de estar completamente tatuada se extienden a otros aspectos de la vida de Melissa. Recuerda que le prohibieron asistir a la obra de teatro de sus hijos. Tuvo que verla a través de una ventana. También le resulta casi imposible asistir a actos festivos, como cantos de villancicos o cenas navideñas en bares.
"Ir al pub es imposible", revela Melissa. Un reciente intento de disfrutar de una copa navideña terminó abruptamente cuando las tensiones aumentaron.
Encontrar trabajo es una tarea de enormes proporciones
La búsqueda de empleo también es un gran problema para Melissa. Solía trabajar limpiando retretes, pero afirma que ahora los empresarios la juzgan por sus tatuajes y se niegan a contratarla. Según Melissa, hace poco solicitó un trabajo de limpieza, pero la rechazaron por su aspecto tatuado. Explicó que sus tatuajes parecen eclipsar su voluntad de trabajar. En este momento, está dispuesta a aceptar cualquier oferta de trabajo que se le presente.
También le costó encontrar un profesor de autoescuela. O la rechazaban o le tenían un miedo visible. Estas experiencias la han dejado anhelando una sociedad más tolerante.
Melissa desearía que la gente fuera más amable con ella
Melissa quiere que la acepten por lo que es. “Solo porque esté cubierta de tatuajes de la cabeza a los pies no significa que no merezca respeto y amabilidad”, añade.
Sus tatuajes, aunque poco convencionales, no definen su valor como persona. Melissa espera que al compartir sus luchas, otros reconsideren sus juicios y acepten la diversidad. “Debería poder ir a Tesco con mis hijos y comprar lo esencial para Navidad. Pero, por desgracia, no es posible”. La historia de Melissa arroja luz sobre la discriminación que sufren las personas que no se ajustan a las normas sociales.