13 Cosas que todos quisieran cambiar si volvieran al pasado

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hace 3 años

Los científicos aseguran que nuestra memoria reescribe el pasado utilizando la experiencia del presente. Entonces, resulta que cada uno de nuestros recuerdos fue rediseñado repetidamente, ¿o sea que, en realidad, nunca sucedió?

Aparentemente, nuestro cerebro juega con nosotros al "teléfono descompuesto" inventando cada vez más hechos nuevos que luego pueden convertirse en un gran problema y causar insomnio o impedirnos enfocarnos en lo que realmente merece nuestra atención.

¿Tal vez ya sea hora de olvidarnos de nuestros resbalones más lamentables, cuyo recuerdo no nos deja dormir tranquilos desde hace muchos años?

Genial.guru sabe que el pasado no se puede arreglar, pero siempre se puede volver a empezar y, así, afectar nuestro futuro. Te proponemos desmantelar los fantasmas más comunes del pasado para terminar con ellos de una vez por todas. Entonces, si pudieras visitar el pasado, seguramente...

1. Salvarías una relación

Hay personas que no abandonan nuestros recuerdos incluso después de muchos años: un amigo de la infancia, el mejor amigo del jardín de infantes y todos aquellos que alguna vez fueron cercanos para nosotros, pero de quien nos hemos distanciado de alguna extraña forma. Cada vez, al pensar en esas personas, después del sentimiento de culpa, aparece la sensación de que algo está mal, de que la manera de perder a ese ser querido que debimos mantener en nuestra vida fue demasiado tonta.

Qué hacer: entiende que la persona en la que estás pensando lleva mucho tiempo viviendo solo en tus recuerdos. Lo más probable es que, si se cruzaran ahora, ya no sentirían el mismo interés mutuo. Pero si estás seguro de que también se llevarían bien en tiempo presente (por algo sigues revisando el muro de esta persona en las redes sociales), ¿tal vez sea hora de salir de las sombras e intentar reanudar la comunicación, aún si ha pasado más de una? ¿Qué tal si a ti también te han extrañado todos estos años?

2. No habrías rechazado

El sentimiento de culpa a veces agota más que horas de entrenamiento en el gimnasio. Si tienes insomnio, entre los muchos pensamientos en la fila esperará modestamente la persona que alguna vez maltrataste por absolutamente nada. Te había abierto su corazón, pero en ese momento no apreciaste ese regalo del destino. Ahora recuerdas que por alguna razón ofendiste a una buena persona que podía haberse convertido en tu amiga.

Qué hacer: lo que está hecho, hecho está. En ese momento eras una persona diferente y actuabas según tus costumbres de esa época. Pide perdón, aunque sea solo en tu mente pero muy sinceramente, y deja ir tus preocupaciones.

3. No habrías comenzado esa relación

Y a esta otra persona tendrías que haberla expulsado de tu vida tan pronto como apareció en el horizonte. Pero esta persona era más atrevida y más fuerte que la anterior, por lo que sucumbiste y le regalaste "los mejores años de tu vida" a alguien que no era digno de ellos.

Qué hacer: si no te has condenado voluntariamente a años de esclavitud y te has dado cuenta de tu error a tiempo, entonces date crédito por eso. Y si todavía sigues compartiendo tu vida con esta persona, entonces es hora de comprender que no existe tal cosa como "los mejores años" y que esta situación todavía puede arreglarse. Lo principal es no arrinconarse y permitirse comenzar una nueva relación.

4. Habrías elegido una especialización diferente

¿Siempre quisiste ser fotógrafo, pero te convertiste en un economista? Ahora sabes que más adelante sentirías pena por el dinero y tu propio tiempo gastados en una profesión que no necesitabas y que, en su momento, valía la pena arriesgarse por aquella otra especialización.

Qué hacer: si el delgado hilo de este tipo de pensamientos sigue deslizándose por tu mente, no es demasiado tarde para cambiarlo todo. Pero antes de renunciar a todo lo viejo, haz el intento de dedicarte a aquello que tanto te gusta en tu tiempo libre. Mira si no son más que los restos de tus fantasías infantiles y si hace tiempo que, en realidad, ya no es lo que verdaderamente te gusta.

5. No sería indiferente

¿Un cachorro corrió tras de ti hasta la entrada de tu edificio y no te atreviste a recogerlo? ¿Alguien se enfermó en la calle y fingiste no darte cuenta? Solo que es muy fácil "fingir" para los demás, pero es muy difícil engañarse a uno mismo. La única salida es buscar cada vez más justificaciones nuevas, porque esta situación surgirá ante tus ojos muchas veces más.

Qué hacer: prométete ser más humano desde este mismo momento. Puedes darle un hogar de tránsito a un animal que vive en la calle y, con la ayuda de las redes sociales, encontrar unas personas que puedan darle amor permanente. O puedes hacer una buena acción, no solo financiera, sino emocional: habla con quienes lo necesitan, escucha a alguien que está pasando por una situación difícil. Puedes comenzar con tu entorno más cercano. Y recuerda: cuando no sepas qué hacer, actúa de forma humana.

6. No habrías escrito tanto en las redes sociales

Es extremadamente difícil contener las emociones, especialmente a una edad temprana, y es algo que, en el futuro, puede avergonzarnos. Si hace mucho tiempo usas una red social, entonces ella vio todas las etapas de tu crecimiento. Seguramente hubo un momento en que escribiste muchas palabras emocionales después de una pelea o después de tus primeras separaciones. Querías contarles a todos sobre las injusticias que todo el tiempo ocurren en el mundo de los adolescentes. Encima, todo esto se acompañaba con fotografías que esperas que nadie haya tenido tiempo de guardar.

Qué hacer: para tu propia comodidad psicológica, comienza todo de nuevo, crea un perfil nuevo y elimina el anterior. De paso podrás ver cuántos amigos verdaderos tienes y a quién realmente necesitas en tu vida.

7. Le prestarías más atención a tu propio estilo

Y continuando con el tema de las fotografías viejas. Quizás nadie más que tú tenga fotografías de los tiempos de tu turbulenta juventud. Pero aquí el problema es otro: tú tienes esas fotos. Y no importa qué tan lejos trates de guardarlas, de alguna manera mágica siguen apareciendo ante tus ojos, como si se burlaran. Y tu cerebro comienza a emitir recuerdos coloridos de cuando te sentías seguro e irresistible, mientras que ahora, viéndote desde afuera, intentas comprender qué tipo de reacción causabas en los demás.

Qué hacer: no volver a lo viejo, aunque la moda sea cíclica, y aprender a mirarse desde afuera. Y no olvidarse de cambiar el estilo periódicamente, sin quedarse en una sola imagen durante muchas décadas.

8. Habrías llevado un estilo de vida saludable

Hace poco recordabas nostálgicamente cómo comías cualquier cosa, en cualquier momento del día, y los números en la balanza seguían siendo los mismos. Ahora te culpas por haber tratado tan negligentemente ese regalo de la naturaleza. Si pudieras regresar al pasado, probablemente te prohibirías ese pedazo de pastel o de pizza extra.

Qué hacer: hacer deporte y comer bien son hábitos que tardan en desarrollarse. Y cuanto más tarde comiences a pensar en los deportes y en dejar de consumir comida rápida, tanto más difícil te resultará cambiar tu forma de vida habitual. No persigas las tendencias deportivas del momento, no comiences una dieta estricta, mejor intenta combinar lo bueno con lo placentero: alimentos sabrosos pero saludables y una actividad física que te resulte agradable.

9. Habrías terminado esa conversación de otra manera

Todos tenemos recuerdos de ese diálogo, que mentalmente cada vez se construye de una manera diferente. Este tipo de cosas no tiene fecha de vencimiento, y siempre parece que ha pasado ayer.

Qué hacer: evaluar la importancia de este problema en tu vida actual. Es una tontería presentar una queja mental al jefe si hace varios años que renunciaste a ese trabajo. Es extraño decir las palabras más importantes a tu compañero de clase si ya está cuidando a sus nietos. Deja en paz a las personas de tu cabeza y concéntrate en el presente.

10. Habrías valorado el tiempo

Imagina que has viajado 3 años atrás en el tiempo: aquí estás, tirado en el sofá, junto a un paquete de snacks. Y es tan difícil saber que, de haberte obligado a levantarte del sofá en aquel entonces, hoy ya serías un ejemplo a seguir en el gimnasio local...

Qué hacer: es hora de ponerse a pensar en los objetivos y no tener miedo de que falte mucho para que llegue la fecha de su implementación. El tiempo no espera a nadie, no notarás cómo envejecerás en un par de años más, y solo depende de ti si te beneficiarán o no.

11. Habrías hecho lo que querías, y no lo que debías

Sólo cuando se cumplen los "tantos y pico", uno de repente se da cuenta de que desde hace mucho tiempo está viviendo la vida de alguien más. Nunca había tiempo para uno mismo: había que cuidar a la hermana pequeña, graduarse de la universidad que otra persona eligió por ti, seguir los pasos de tus padres, y luego cuidar de tu abuela anciana y, a la vez, ayudar a todos los parientes lejanos. Todo esto, sin dudas, es algo muy bueno, pero solo cuando no se hace en perjuicio de tu propia existencia.

Qué hacer: No olvidarse de los seres queridos, llamarlos regularmente, visitarlos si se puede y se quiere, hacer regalos que solo nazcan del corazón y ayudar monetariamente solo cuando tus fondos te lo permitan. Empezar a ocuparse de tu propia vida privada y aprender a practicar el egoísmo saludable.

12. No habrías comprado tantas tonterías innecesarias

En este caso no hace falta viajar lejos en el pasado, será suficiente con volver una semana atrás. Aquí estás tú, frente a la caja registradora del supermercado, y tus manos se mueven solas hacia distintas baratijas.

Qué hacer: respeta tu trabajo y no gasta lo que has ganado honestamente en algo de dudoso valor. Ve a la tienda de comestibles con una lista de productos y descarga un programa que te ayude a realizar un seguimiento de tus gastos.

13. Pero sí habrías comprado bitcoins

A muchos les gustaría regresar al pasado solo para cambiar dólares, luego avanzar un poco hacia el futuro y gastar todo el dinero en bitcoins. Los seres humanos somos así: nuestra organización emocional siempre recibe un gran estrés al darse cuenta de que hemos dejado pasar una oportunidad fácil de enriquecimiento.

Qué hacer: alegrarse de que el curso esté bajando. Hablando en serio, en la vida habrá lugar para nuevas oportunidades y nuevas divisas criptográficas. Lo importante es comenzar a vivir y valorar el aquí y ahora.

¿Y tú estás listo para dejar atrás tus recuerdos y comenzar a vivir en el presente?

Imagen de portada Fox Searchlight Pictures, HBO

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