Cómo deshacerte de las manchas más difíciles según el estado y temperatura del agua

Consejos
hace 3 años

Aunque el agua es fundamental para realizar cualquier tipo de limpieza en casa, dependiendo de su estado podemos sacarle un mayor provecho a este oro líquido y, de paso, ahorrarnos mucho más tiempo. Su temperatura también influye en su capacidad de desinfección y eliminación de residuos acumulados. Por esta razón, es aconsejable emplearla sabiamente dependiendo del tipo de superficie o mancha que necesitemos limpiar.

En Genial.guru te mostraremos en qué estado y temperatura es aconsejable emplear el agua según el tipo de mancha y superficie que desees limpiar.

1. Agua hirviendo

Uno de los métodos más efectivos para esterilizar y librarnos de los gérmenes de casi cualquier objeto es mediante el uso de agua que haya sido hervida por 5 minutos. En las tareas de limpieza puede ayudarnos a esterilizar biberones y cualquier objeto que necesite una desinfección completa. Los metales, telas y plásticos son aptos para este método, siempre y cuando la información de cada producto no advierta sobre someterlos a temperaturas altas.

2. Agua caliente

La misma temperatura que disfrutamos en nuestros baños de agua espumosa puede emplearse en las limpiezas diarias para eliminar las manchas grasientas. Por ejemplo, en los platos, la grasa comienza a derretirse cuando entra en contacto con el agua tibia. También puede ayudarnos a deshacernos de manchas con aceites, como las ocasionadas por el tomate frito.

3. Agua con gas

El agua con gas también puede hacerse cargo de las manchas adheridas a nuestras prendas, sobre todo cuando se trata de café, un producto que cuesta hacer desaparecer. Aplica el líquido gaseoso de manera abundante directamente en la mancha para conseguir que se reblandezca y vaya aclarándose.

4. Agua destilada

El agua destilada puede ayudarnos con la limpieza de nuestro hogar y para evitar que distintos electrodomésticos acumulen sedimentos. Sus usos son múltiples, ya que en aquellas tareas en las que necesitamos una limpieza impecable, como la de espejos y cristales, con el agua destilada evitaremos dejar rastros nada favorecedores. También es aconsejable emplearla en cafeteras o planchas, ya que estos aparatos tienen circuitos en los que pueden acumularse residuos del agua corriente.

5. Agua fría

A casi todos nos ha ocurrido que, por accidente, estropeamos nuestra ropa con una mancha indeseada de chocolate. Sin embargo, podemos eliminarla por completo aplicando agua por debajo de los 40 °C. Este alimento tiene una composición grasa y, en ocasiones, contiene proteínas de leche que también son complicadas de eliminar. Para ello, antes de comenzar un ciclo de limpieza en la lavadora, hay que retirar la mayor parte de la mancha enjuagando la prenda con agua fría y un poco de jabón.

6. Hielo

Es bien sabido que el hielo puede ayudar a retirar chicles pegados a la ropa o el pelo. Sin embargo, también puede servirnos con una de las manchas más complicadas de eliminar de los tejidos: la cera de vela. Antes que nada, es importante que la cera esté completamente sólida para evitar que quede fijada. Después hay que frotar la mancha con cubos de hielo y retirar la acumulación con la ayuda de una espátula.

7. Vapor

El calor húmedo que emite el vapor es capaz de eliminar los microorganismos que se encuentran en las superficies de nuestro hogar. Es una buena opción para los materiales delicados como uniformes o prendas que toleran la humedad, pero no una desinfección con agua hirviendo. Cuando el vapor alcanza una temperatura de 121 °C, comienza la esterilización, la cual debe prolongarse un mínimo de 15 minutos.

Bono: Trucos para no desperdiciar agua

Cada año, utilizamos y consumimos cuatro billones de litros de agua potable que son necesarios para la vida y también para cosechar alimentos. Sin embargo, este valioso e importante líquido no da abasto, y debemos cuidarlo para no derrocharlo sin darnos cuenta. Con algunos hábitos podemos aportar nuestro granito de arena para que no se desaproveche ni una sola gota.

  • Aprovecha la limpieza de las verduras: al limpiar tus verduras desperdicias litros de agua potable que pueden ser utilizados para regar las plantas. Añade un recipiente cuando las limpies para recolectar todo el líquido que pueda perderse.

  • Evita derrochar el agua fría de la ducha: es normal que antes de darnos una ducha esperemos pacientemente a que el agua salga caliente para no congelarnos. Sin embargo, en este proceso se pierde mucho líquido que podríamos reutilizar en la limpieza del hogar si colocáramos una tina o recipiente en el suelo antes de ducharnos.

  • Haz sopas con el agua de cocción: comúnmente, después de cocer pasta y arroz, desperdiciamos el agua tirándola por el desagüe. Sin embargo, podemos ahorrar un poco más y ayudar a nuestro ecosistema reutilizándola para hacer guisos y sopas.

¿Pones atención a la temperatura del agua a la hora de realizar las tareas del hogar? ¡Comparte alguno de tus trucos!

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