10 Leyes despiadadas de la vida que las personas entienden solo después de cumplir 30 años

Crianza
hace 4 años

En la escuela, a los niños se les enseñan las tablas de multiplicar, las leyes de la física y un montón de cosas indudablemente útiles. Sin embargo, por alguna razón, los adultos no hablan de lo que es importante para la vida ordinaria. Y, al madurar, nos sentimos decepcionados porque la realidad no es como se la muestra en las páginas de los libros de texto: el bien no siempre vence al mal, las personas ricas gobiernan el mundo y la fidelidad en una familia es una rareza.

Genial.guru recopiló algunas crueles verdades que la mayoría de nosotros comprende solo después de cometer muchos errores.

1. La riqueza y el poder generalmente se heredan

Cada año, la revista Forbes publica una lista de las personas más ricas e influyentes del mundo. Como regla, la mitad de los multimillonarios que aparecen en ella heredó su fortuna de sus padres o contrajo un matrimonio exitoso. Otro 20 % de las personas millonarias proviene de familias ricas y nobles.

Por ejemplo, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, se hizo rico gracias a 300 000 USD que le prestó su padrastro. Bill Gates (Microsoft) proviene de una influyente familia de banqueros y políticos.

La idea de que todos pueden alcanzar el éxito es solo un hermoso sueño. Es cierto que, con el desarrollo de Internet, tenemos más oportunidades de enriquecernos gracias a la creación de empresas que desarrollan productos o servicios de gran innovación. Sin embargo, los hijos de padres ricos lo hacen más rápido y más fácil.

2. Hombres y mujeres entienden la amistad de manera diferente

Según algunos estudios, un hombre percibe a una amiga como una amante potencial. Y, en consecuencia, considera todas sus muestras de amistad (colocar un estante, ayudarla con el auto) como una inversión sexual que algún día puede concretarse.

Una mujer considera a un amigo como un asistente y recibe más beneficios materiales de la amistad. Sin embargo, no considera a un hombre como una pareja romántica. Debido a esto existe el efecto de “zona de amigos”, el cual ocurre cuando un chico espera avanzar en una relación, mientras que, para la muchacha, es “solo un amigo”.

3. Es mejor ser pesimista que optimista

En la década de 1950, científicos de Estados Unidos idearon una psicología positiva. De acuerdo con sus principios, debes percibir todo a través del prisma del buen humor, enfrentar las dificultades con una sonrisa y no quejarte. Sin embargo, es cierto que los psicólogos modernos creen que este enfoque es un terreno resbaladizo.

La visualización del éxito y el optimismo reduce la probabilidad de un resultado exitoso. Cuando una persona ya ha fantaseado con que todo estará bien, en realidad puede darse por vencida y ponerse a esperar un final feliz.

Pero a las personas con una perspectiva pragmática o incluso un poco deprimente del mundo les va mejor: los pesimistas y los llorones saben prever posibles desenlaceselaboran un plan detallado para actuar ante un fracaso.

4. Los padres jóvenes se sienten inútiles más a menudo que las parejas sin hijos

Después del nacimiento del primogénito, los padres jóvenes tienen 2 veces más probabilidades de sentirse infelices e inútiles que las parejas sin hijos. Además, si el embarazo no es planeado, el bienestar psicológico de las parejas empeora aún más.

Sin embargo, las probabilidades de divorcio, por extraño que parezca, disminuyen. En otras palabras, al tener hijos sufrirás, pero no solo, sino junto con tu pareja. A pesar de estas dificultades, la mayoría de los padres considera a los niños la mayor alegría de la vida. ¿Qué piensas tú?

5. A veces hay que ser egoísta en las relaciones

De vez en cuando, la pareja debe comprometerse e invertir emocionalmente en la relación. Pero a veces solo tienes que pensar en ti para que tu autoestima no se derrumbe.

Los psicólogos aconsejan dejar de vivir con intereses de tu pareja y pasar más tiempo con tus amigos, de vez en cuando estar a solas, cuidar tu cuerpo, y, en general, cuidar y apreciar no solo a tu amante, sino a ti mismo. No intentes ganarte la aprobación y los elogios de tu pareja, de este modo podrás mantener tu autoestima alta y evitar el estrés.

6. Incentivarte a comprar regalos costosos para Navidad y Año Nuevo es un truco de las tiendas

Según las estadísticas, cada año gastamos más dinero en obsequios y delicias. Mientras tanto, los vendedores reciben billones de ganancias. Desde hace mucho tiempo, Navidad y Año Nuevo se han convertido en una herramienta para sacarte dinero. Los minoristas decoran las tiendas en noviembre y crean un ambiente festivo para que puedas relajarte y desembolsar más.

Las vacaciones modernas se han convertido en una ocasión para ir de compras y comprar un montón de bagatelas innecesarias. Puedes abstenerte de participar en esta carrera de compras compulsivas con la conciencia tranquila. En cambio, deberías hacer regalos con tus propias manos y recordar que Navidad y Año Nuevo son principalmente fiestas familiares.

7. Casi nadie compadece a las víctimas de violencia y a las mujeres maltratadas por sus maridos

En psicología existe el término culpabilización de la víctima, cuando la víctima es acusada por provocar lo que le sucedió. Esta es una trampa tendida por nuestro cerebro, y, lamentablemente, solemos caer en ella.

El cerebro humano anhela patrones y cree que el mal debe ser castigado, y que el bien siempre triunfa. Por lo tanto, buscamos explicaciones lógicas de los problemas que le sucedieron a la víctima (ponerse una falda corta, pasear por una calle oscura, insultar al agresor). La verdad es que no existen tales razones, pero a nuestro cerebro no le importa. Por eso la gente no compadece a las víctimas.

8. Es poco probable que el veganismo, los autos eléctricos y el reciclaje de plástico salven el planeta

Desde el momento de la invención del plástico, las personas han producido 8 mil millones de toneladas de productos de este material dañino, y solo una décima parte de ello ha sido reciclada. Sin embargo, el reciclaje tampoco es una panacea: la ropa, los platos y los zapatos hechos de PET reciclado no se descomponen y envenenan la Tierra.

Se suponía que el veganismo ayudaría a reducir las emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, al final, todo se redujo al hecho de que se gasta mucha agua en regar las plantas, los campos se fumigan con productos químicos y los bosques se talan para ampliar las tierras de cultivo.

Es verdad que los autos eléctricos no contaminan la atmósfera, pero son peligrosos por otra razón: la producción de baterías de litio no es nada ecológica. Y, en caso de incendio, para extinguir, por ejemplo, un Tesla, hacen falta varias decenas de toneladas de agua y reactivos especiales.

La mayoría de las iniciativas ecológicas son beneficiosas para alguien (principalmente para los vendedores de productos ecológicos), pero no para el planeta en general.

9. Malgastamos las 8 horas diarias del trabajo

A la gente le parece que existe una correlación directa entre la cantidad de horas dedicadas al trabajo y el salario. Sin embargo, no es así. Lo único que se puede obtener debido al exceso de trabajo es agotamiento profesional y una crisis nerviosa.

Los científicos han calculado que, de las 8 horas de una jornada laboral estándar, solo tenemos una efectividad de 3 a 4 horas, y malgastamos el resto del tiempo: leemos el correo, comemos y hablamos con colegas. Y todo porque el cerebro humano tiene límites de concentración: los científicos aseguran que somos capaces de concentrarnos no más de 2,5 horas al día.

10. Los hombres engañan a sus parejas con más frecuencia que las mujeres, pero solo a cierta edad

Se cree que los hombres engañan a sus parejas con mayor frecuencia y que la lealtad entre ellos es una cualidad rara. Es cierto, pero solo en parte. Las mujeres menores de 30 años pueden compararse con los hombres, e incluso engañan a sus parejas con más frecuencia.

Sin embargo, con la edad, los hombres “se vuelven locos” y superan en un 20 % a las mujeres. Al mismo tiempo, el porcentaje más alto de adulterio se encuentra entre aquellos en quienes ni siquiera solemos pensar: con mayor frecuencia, la infidelidad ocurre en el 20 % de las familias donde los cónyuges tienen más de 60 años de edad.

¿Crees que estas verdades son ciertas? ¿Tienes tus propias ideas sobre los patrones de vida desagradables? Cuéntanos en la sección de comentarios.

Ilustrado por Alena Tsarkova para Genial.guru

Comentarios

Recibir notificaciones

Lecturas relacionadas