3 Problemas que puede sufrir tu bebé si usa el biberón durante mucho tiempo

Crianza
hace 2 años

Es un hecho que la mayoría de los padres quieren lo mejor para sus hijos. Siempre buscan que estén sanos, seguros y felices, y la alimentación es uno de los pilares básicos para lograrlo.

De acuerdo con lo establecido por la OMS, es recomendable que los bebés se alimenten de lactancia materna exclusiva durante seis meses y, de ser posible, hasta los dos años. Sabemos que por diversas razones algunas madres no pueden hacerlo, y si este es tu caso y tu bebé se alimenta con biberón, conocer hasta cuándo es conveniente que lo haga puede ser de gran utilidad.

La Academia Americana de Pediatría recomienda comenzar a retirar el biberón entre los 12 y los 24 meses y comenzar a ofrecer en su lugar leche en vasotaza. En Genial.guru encontramos algunas razones por las que puede ser conveniente que suspendas el uso de biberón en tu hijo y queremos compartirlas contigo. Además, como sabemos que este es un proceso complicado para los padres y el bebé, al final encontrarás consejos para apoyarte en caso de que desees comenzar con esta nueva etapa.

1. El uso de biberón por tiempo prolongado puede ocasionar caries

Esta es la consecuencia más conocida del uso prolongado del biberón, y es totalmente cierta. La caries se produce cuando los dientes del niño son expuestos a bebidas que contienen azúcar por un período amplio. En este caso, puede desarrollarse cuando el bebé se va a la cama con un biberón y pasa toda la noche con él en la boca.

2. Tomar el biberón más tiempo del necesario puede influir en que los niños desarrollen obesidad

De acuerdo con un estudio realizado en Estados Unidos, el uso prolongado del biberón puede estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar obesidad. Según lo encontrado, la prevalencia de esta condición a los cinco años y medio fue de 22,9 % en niños que a los 24 meses aún usaban un biberón y del 16,1 % en los que no lo utilizaban.

3. Puede generar problemas de mordida

El uso prolongado de los hábitos de succión, en este caso, por el biberón, puede ocasionar que los dientes centrales inferiores se desvíen hacia dentro al mismo tiempo que los de arriba se dirigen hacia fuera, ocasionando que choquen entre sí y no cierren correctamente. Este problema dental es conocido como mordida abierta.

Otro riesgo a largo plazo puede ser la mordida cruzada, que ocurre debido a que la succión pone a trabajar diferentes músculos de la cara, los cuales, junto a la postura de la lengua, ocasionan que las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo. Este padecimiento dificulta cortar correctamente los alimentos y puede desencadenar complicaciones digestivas y funcionales.

Cómo comenzar a quitarle el biberón al niño

Te compartimos una serie de recomendaciones que pueden ayudarte a comenzar con el proceso de abandonar el biberón.

  • Hazlo poco a poco

Para que el proceso de adaptación sea más sencillo, disminuye la cantidad de tomas de manera gradual. Es decir, si habitualmente le das a tu hijo tres biberones al día, elimina primero el de la mañana y en su lugar ofrécele leche en una taza o vaso. Es bien sabido que los pequeños aprenden mejor cuando les explicamos los procesos, así que puedes decirle algo como: “Ya eres un niño grande, puedes usar un vaso como mamá”.

Mientras eliminas el biberón de la mañana, sigue ofreciéndole los de la tarde y noche durante aproximadamente una semana. De esta manera, cuando quiera biberón, podrás calmarlo y mencionarle que se lo darás más tarde.

A la semana siguiente, elimina el biberón de la comida con el mismo proceso. Lo ideal es dejar al último la toma de la noche, ya que suele acompañar la rutina para dormir y brindarles tranquilidad a los bebés. Dale una taza de leche con la cena y continúa con el resto de las actividades para ir a dormir.

  • Intenta que el biberón parezca menos atractivo para tu hijo

Cuando comiences el proceso para abandonar el biberón, prueba diluyendo la leche en una mayor cantidad de agua. Los primeros días, agrega la mitad de leche y la mitad de agua. Después, poco a poco ve agregando menos leche hasta que el biberón tenga solamente agua. Con un poco de suerte, para ese momento, a tu hijo ya no le gustará el sabor del biberón y perderá el interés.

  • Reconoce sus logros y avances

Felicítalo cuando veas que está utilizando su vaso o taza, y elógialo con palabras que lo motiven a continuar así. Si hay alguien más presente, puedes decir: “¡Mira, Elena ya es tan grande que bebe sola en su vaso!”.

  • Si insiste en pedirte el biberón, piensa en qué otra cosa puede estar necesitando realmente

Si el niño sigue insistiendo, asegúrate de descubrir qué es lo que realmente necesita o quiere. Por ejemplo, si tiene sed o hambre, dale comida o agua. Si necesita contención, abrázalo. Y si está aburrido, acompáñalo a jugar un rato.

Recuerda que esta información es únicamente informativa. Para recibir una orientación personalizada siempre debes consultar a tu médico de cabecera.

Y tú, ¿ya has pasado por el proceso de quitar el biberón a un bebé? ¿Tienes algún consejo que no esté aquí y crees que pueda ayudar a otros padres? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!

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