20+ Entrevistas que fueron tan extrañas que no se sabe si era mejor ponerse a llorar o reír a carcajadas

hace 2 años

Las entrevistas de trabajo pueden ser muy diferentes. En unas te sientes seguro, respondes sin problemas y te ves mejor que nunca. Pero en otras, estás catastróficamente nervioso, dices tonterías y quieres irte lo antes posible. Y si te toca un empleador “con rarezas”, la situación escala al máximo.

Genial.guru no pudo pasar por alto este tema candente y te trajo historias de personas a quienes la palabra “entrevista” ahora las hace reír entre lágrimas.

  • Decidí cambiar de lugar de trabajo. Solicité una vacante que me gustaba. La entrevista duró 5 horas. Prometieron volver a llamar, pero yo ya no estaba tan ansioso por trabajar allí. Después de ir al baño, terminé de arrepentirme de haber ido: me crucé con un conocido que trabajaba en esa oficina y tenía la llave del baño. Resulta que cada empleado tenía su propia llave, los de afuera no podían ir allí. Pero eso no fue lo que más me impactó. En el interior encontré unos 20 rollos de papel higiénico, cada uno de los cuales estaba firmado con el nombre y apellido de un empleado. Me eché a reír y me fui a casa de ese manicomio. © Star4ok / Pikabu
  • Allá por los años 90, buscaba un trabajo como secretaria. Me preguntaron cuál era mi nivel de educación. Dije que el superior. La respuesta me mató: “¡No necesitamos una secretaria tan inteligente!”. © Olga Podkovyrina / Genial.guru
  • Hoy, en una entrevista, me pidieron que mostrara las últimas 10 fotos de mi teléfono. Lo explicaron por el hecho de que era su forma de comprobar si yo no estaba loca. Se las mostré, y entre las imágenes de mi perro, la reclutadora abrió una foto y con toda seriedad preguntó: “¿Le has cortado las orejas al animal? ¿Es por eso por lo que lleva un pañuelo en la cabeza?”. © vishenka18710 / Twitter
  • Sucedió lo inesperado y me vi obligado a ir de entrevista en entrevista en busca de trabajo. Ayer me dijeron: “Sí, trabajamos de 9:00 a 18:00, pero no es costumbre que salgamos a las 18:00. No nos gusta esa clase de holgazanes”. Entendido, hasta luego. © S.Egorov / Pikabu
  • Fui a una entrevista en una pequeña agencia de viajes. La directora, que también era la propietaria, dijo que si me elegía a mí, entonces debía escribirle una solicitud de empleo y una carta de renuncia, pero sin fecha. Y ella misma fijaría la fecha cuando lo considerara oportuno. © Elena Lutskaya / Facebook
  • Estaba aplicando para un puesto como administradora en un salón de tatuajes. En la entrevista, el propietario pidió ver mi Instagram. Durante la siguiente media hora, hojeó mis publicaciones, miró fotos y, atención, la cantidad de “me gusta”. También preguntaba por qué había menos de ellos en algunas fotografías. Además, hacía todas esas acciones desde mi teléfono personal, y cada tanto me miraba y luego bajaba la vista al celular de nuevo. Me sentí como una mercancía en el mercado. Ni siquiera imaginé que sería así cuando le entregué el teléfono para que anotara mi nick© sun_shine_wheat / Twitter
  • Fui a una entrevista. Me pidieron que esperara en el pasillo, en el sofá. Estaba esperando. De pronto, vi que se me acercaba un perro. Lo saludé, le tendí la mano, me la lamió, lo acaricié. Resultó que era el can del director, y una de las preguntas de la entrevista fue: “¿Les tienes miedo a los perros?”. © Nataliya Ostashko / Facebook
  • También tengo un ejemplo de una entrevista bastante extraña. El jefe del departamento me pidió que me sentara más lejos de él, porque “no le gustaba tener gente cerca”. Como resultado, me senté en el otro extremo de la oficina y agucé el oído desesperadamente para distinguir lo que él estaba murmurando. © Pavel Kononenko / Yandex.zen
  • Fuimos a una entrevista en una escuela junto con una compañera de clase. Pasé primero. Durante una hora, la directora me torturó con preguntas difíciles. Respondí todo, pero eso pareció molestarla. Con un toque de desesperación, ella preguntó:
    -¿Tienes hijos?
    -No, acabo de graduarme de la universidad, aún no lo tengo planeado.
    -Bueno, ¿cómo vas a trabajar con niños, entonces? No puedes.
    El caso es que mi compañera sí tenía un hijo, pero fue rechazada con el argumento: “Bueno, ¿cómo vas a trabajar con hijos de otras personas, si tienes que dedicarle tiempo al tuyo?”.
  • Estaba buscando trabajo activamente. Fui a todo tipo de entrevistas. Me llamaron de una empresa. Otros 5 candidatos estaban allí conmigo. Fue a comienzos del verano, hacía mucho calor afuera. Estábamos sentados cerca de la recepción y teníamos mucha sed. Había un dispensador de agua en un rincón, pero no había vasos. Yo, ya exhausta por el calor, me acerqué a la chica de la recepción y le pregunté:
    -Disculpa, pero ¿puedo beber agua?
    Ella, sin levantar la vista de la computadora:
    -No, esta agua es para los empleados y los invitados de la oficina.
    -¿No quieres compartir agua?
    La mujer hizo un gesto con la mano hacia el dispensador:
    -Adelante, no me importa compartir. De igual manera, no damos vasos y ni siquiera los tenemos.
    Regresé a mi asiento e inmediatamente recordé algo. Volví a acercarme a la chica:
    -Dame una hoja de papel, por favor.
    -¿Te servirá una para impresora?
    -¡Totalmente!
    Habiendo recibido una hoja de papel, hice un vaso con ella, como me lo habían enseñado en una clase de manualidades. Le eché agua del dispensador, calmé mi sed, tiré el vaso y volví a sentarme en mi lugar. La chica se quedó parpadeando. Dos hombres que estaban esperando conmigo me pidieron que les mostrara cómo había hecho el vaso y, contentos, también fueron a beber agua. © LampaTrampa / Pikabu
  • Durante la entrevista, el entrevistador se estaba haciendo una manicura con un cuchillo de oficina para abrir sobres y admiraba el resultado. Por cierto, sus uñas se veían terribles y estaban todas mordidas. © Anna Sharovatova / Facebook
  • Pasó hace mucho tiempo. Estaba comiendo en el comedor de la fábrica. En la mesa de al lado, el director estaba entrevistando a un sujeto que había ido a solicitar un puesto en distribución. Y de repente, una enorme cucaracha cayó sobre su mano. El chico se levantó de un salto, como picado, y gritó: “¡Ahhh! Maldita sea, ¡¿qué es esta basura?!”. Luego, recuperándose un poco, volvió a sentarse y le dijo al director: “Disculpe, perdí la compostura”. El director: “Bueno, si perdiste la compostura por algo así, lo más probable es que no sirvas para trabajar con nosotros”. © KingHawkins / Pikabu
  • Acababa de graduarme de la universidad y estaba buscando trabajo. En una de las entrevistas, la gerente de recursos humanos me miró las piernas. Y luego dijo que en ese trabajo tenía que usar pantimedias. Lo más interesante es que ya estaba usando unas. Ella continuó insistiendo en la necesidad de adherirse al código de vestimenta, y luego, de repente, me tiró con fuerza de la pierna, al parecer, para demostrar que no tenía puestas medias. Me caí de mi silla. Ella se disculpó, pero después de eso, rechacé ese puesto. © Eileen Donovan / Quora
  • En una entrevista, después de la pregunta estándar de si estaba casada o no, el jefe comenzó a preguntar histéricamente con quién estaba viviendo. Cuando le respondí que vivía con mis familiares, el pobre cambió de expresión y dijo con disgusto: “¿Tienes tan buena relación con tus familiares como para que te toleren?”. “Exacto”, respondí. © Lana / Woman.ru
  • Envié mi currículum a una revista conocida y me invitaron a una entrevista. Llevé ejemplos de mis trabajos escritos. La entrevistadora abrió un paquete de sushi frente a mí y dijo: “Necesito almorzar, esa es mi prioridad en este momento”. Luego me preguntó para qué vacante había enviado mi currículum y dijo que no tenía tiempo para eso, porque estaban por llegar Boyz II Men. Yo los había visto, había subido en el mismo elevador con ellos. Y me di cuenta de que no quería trabajar para esa señora. © Warm-Thanks4059 / Reddit
  • Mi mejor amiga falló en su entrevista. Descubrió por qué. Vio accidentalmente el papel en que el reclutador hacía notas sobre los candidatos. Había escrito sobre ella: “Puedes ver por sus manos que ella misma lava los platos”. Dios, sus manos eran normales, bien arregladas, con una cuidada manicura. Sí, ella misma lava los platos. También limpia, hace la cama y se peina sin ninguna ayuda adicional. Todavía me pregunto a quién buscaban. Tal vez necesitaban una princesa que no se acercara a esa vil vida cotidiana. © Elena Marchuk / Genial.guru
  • Recuerdo que una vez fui a una entrevista a una institución gubernamental. Y allí me preguntaron quiénes eran mis padres, de dónde sacaba el dinero para vivir, si era casada o no, por qué no, etc. Al final me dijeron que tal vez era hora de dejar de saltar de un lugar a otro a mis 30 años. © Elefany / Genial.guru
  • Me invitaron a una entrevista en otra ciudad. Fui, haciendo 2 transbordos. El clima era encantador: nieve con lluvia. Estaba hablando con el director. Me dijo que pensaba que sería interesante para él trabajar conmigo y me preguntó cuándo podía comenzar. Yo, sorprendida: “Me alegra escuchar esto, por supuesto, pero hablemos sobre el pago de mi trabajo”. Todavía recuerdo su respuesta: “Todavía no pensé en eso”. © Aline Dichka / Genial.guru
  • Estaban entrevistándome para un puesto de liderazgo. Además de mí y de la entrevistadora, en la habitación también estaba su hijo. Era muy ruidoso y exigente. Durante nuestra conversación, la mujer tomó al bebé en sus brazos y comenzó a amamantarlo. Actué como si todo estuviera bien y no pasara nada. Terminé consiguiendo el trabajo, pero después de seis meses lo dejé porque la toma de decisiones en la empresa era un poco extraña.
    Moraleja de la historia: cuando estés en una entrevista, no ignores las señales. © unknown author / Quora
  • Fue hace mucho tiempo. Estaba buscando trabajo como programador. La última entrevista era con el director: él quería conocer a las personas que estaba contratando. Pasé, lo saludé, pausa. Me miró. Se notaba que, según la etiqueta, tenía que preguntarme algo sobre el trabajo.
    -¿De qué signo del zodíaco eres? -dijo al fin.
    Ahora la pausa ya vino de mi parte. Un comienzo inusual.
    -Cáncer...
    -Mmm -dijo. Otra pausa. -Un programador de Cáncer probablemente sea algo bueno. Dame los documentos. © kastec / Reddit
  • En mi primer año de universidad, estaba buscando un trabajo a tiempo parcial. Encontré una vacante para asistente de jardinero. Llamé por teléfono, concerté una entrevista. Llegué a la dirección especificada. Un señor de unos 50 años abrió la puerta. Inmediatamente me puso en las manos un paquete, un papel con una dirección y ordenó:
    -Entrégalo aquí, pero rápido.
    -¿Y qué es esto?
    -Dientes.
    — ¡¿Cómo que dientes?!
    -Bueno, prótesis. Las hago por encargo. Hay que llevarlas a un cliente, es urgente.
    No entendí por qué no había indicado desde el vamos que necesitaba un mensajero, pero el señor se veía tan enojado que me fui de allí rápidamente.

¿Cuál es tu trabajo? ¿Recuerdas tu entrevista para ese puesto?

Imagen de portada Pixabay

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Si mi entrevistador se está haciendo la manicura mientras me hace la entrevista yo me voy

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