Antes de abandonar este mundo, la mamá de Romy le dijo a ella: "cada vez que veas una mariposa, sabrás que soy yo volando para ir a verte". Esto sucedió unos cuantos años atrás, la mamá de Romy fue diagnosticada con cáncer. Después de esto, la chica decidió tratar de hacer que existiera la mayor cantidad de mariposas como fuera posible.

Cuando en su jardín encontraba orugas, ella las llevaba dentro de una pecera especial para que estas pudieran crecer y se convirtieran en mariposas. Romy, sin duda, estaba feliz de dejarlas ir. Pero una vez, ella notó que una de sus mariposas había llegado a este mundo con un ala dañada.

Al principio, ella quería quedársela para que ésta no muriera en el exterior. Pero después, una amiga le envió un instructivo sobre cómo reparar el ala de una mariposa, cuenta Romy.

Esto parecía difícil, pero la chica consiguió reparar el ala para que la mariposa pudiera volar: "en algún momento pensé que no había funcionado, la mariposa simplemente estaba tirada en el césped. Pero, tan pronto como me acerqué, la mariposa voló".

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