19 Personas cuentan qué platillos los llevan de regreso a su infancia con solo una mordida

Historias
hace 1 año

Hay pocas cosas capaces de despertarnos los recuerdos tan rápido como un plato de nuestra receta favorita, justo como le pasó al crítico Anton Ego en Ratatouille. Por eso, nos podríamos atrever a apostar a que las mejores comidas no se encuentran en los restaurantes, sino en casa, al lado de quienes nos llenan los días de cariño.

¿Cuál es el platillo o bebida que te recuerda los mejores momentos de tu infancia?

  • Mi abuela era de Yugoslavia. Ella solía hacer una sopa que llevaba papas, zanahorias y cebada, todos los ingredientes los molía con un machucador hasta que se hiciera una consistencia más espesa. Era deliciosa y quedaba con pedacitos de verdura, además te dejaba lleno. Esa sopa me recuerda a mi hogar. Mi abuela era una mujer maravillosa. © dontakelife4granted / Reddit
  • Mis abuelos hacían unas albóndigas en salsa roja, o a veces les ponían gravy. También les agregaban pedacitos de cerdo y salchicha. Recuerdo observarlos mientras las preparaban. Era una receta algo básica, nunca se mortificaron por encontrar los ingredientes de la mejor calidad. Ahora yo soy un cocinero bastante bueno, puedo hacer varios platillos, incluso uso los mejores ingredientes que pueda encontrar. Aun así, para mí, mi salsa para las albóndigas nunca sabrá tan buena como la de mis abuelos. Nunca me emocionaría tanto por un platillo propio como lo hacía con el de ellos. © carmellomangexp / Reddit
  • La carne a la siciliana de mi papá. Cuando era niño, la llamaban “carne empanizada”, pero cuando le digo a alguien ese platillo, piensan en pollo frito. Mi hermano y yo vivíamos con mi mamá y veíamos a mi papá los fines de semana. Los días festivos estaban divididos, pasábamos la Nochebuena con mi padre y Navidad con mamá. La comida de la Nochebuena era siempre la misma: carne a la siciliana, que llevaba camarones, puré de papa y ensalada. Sentíamos que era una cena elegante. Al crecer, veíamos cada vez menos a mi papá, así que mamá intentaba hacer carne siciliana y, aunque no le quedaba mal, cuando la comíamos con mi padre era dos o tres veces mejor. Finalmente, le pedí la receta a mi papá, y ahora cada que hago ese platillo me siento como en la escena final de Ratatouille, inmediatamente regreso a mi infancia. © BungleSim / Reddit
  • Mi abuela era malísima cocinando, pero había un platillo que siempre le quedaba delicioso y eran los rollos primavera. Cada vez que íbamos a visitarla, le pedía que los hiciera y ella se enorgullecía diciendo que iba a preparar mi comida favorita. Pasaron 20 años y por fin le pregunté por su famosa receta de los rollos primavera. Me dijo: “¿Cuál receta? Los compro congelados”. © PaintsWithS**gma / Reddit
  • Mi abuela le enseñó a mi mamá a hacer arroz español. Pasé toda mi infancia viendo a mi mamá y a la abuela hacerlo por lo menos dos veces a la semana. Cuando me casé, me mudé a otro estado y tenía muchísimo antojo de ese arroz, así que llamé a mi mamá y me dijo cómo hacerlo. Me tomó un par de meses perfeccionar la receta y lo comencé a hacer, por lo menos, una vez a la semana. Mi abuelita falleció hace 4 meses y aún no me he animado a volver a preparar ese arroz, pero sé que pronto podré honrarla cocinándolo. © dannyboy51812 / Reddit
  • No sé si es mi comida favorita, pero los hotdogs con frijoles son un platillo con el que tengo muy buenos recuerdos. Los comía cada año, los 13 de abril, el día antes de mi cumpleaños, porque mi mamá comió hotdogs y frijoles la noche antes de que yo naciera. No es nada extravagante, solo un hotdog con frijoles de lata fritos con cebolla, kétchup, mostaza, miel de maple y salsa picante. Se sirve con un vaso de leche. Sabe a nostalgia© ReginaldStarfire / Reddit
  • Mi mamá no era para nada una buena cocinera. Cuando mi abuelo falleció, ella tuvo que hacerse cargo de la comida, pero no era algo en lo que estuviera muy interesada. Mi papá no era nada amable con lo que decía sobre su comida, así que mi mamá se volvió insegura sobre sus dotes culinarias. Ella y yo solíamos hacer galletas en Navidad; aunque no éramos muy cercanas, esa era una de las actividades madre e hija que nos hacían conectar cada año. Eran cosas muy simples, como las galletas Haystack. Eran más bien como dulces que hacías derritiendo chispas de caramelo y mezclándolas con fideos y nueces. Ahora vivo en Chicago y nadie conoce ese platillo. © hyattisqueen / Reddit
  • Fui a un internado en Inglaterra en los años 80 y 90. El primer día de clases era siempre un domingo, era el día en que tus papás te llevaban y podías aclimatarte a tu dormitorio, etc. Las cenas de esos días siempre eran una variedad extraña de platillos como carnes frías, ensalada de col, cereales y sándwiches de queso fritos. Estos últimos son los que recuerdo con un poquito de asco, pero también con nostalgia. Los he replicado varias veces y sigo sintiendo lo mismo. Básicamente, es un sándwich con queso cheddar y kétchup que se sumerge en una mezcla para después freírlo. Tiene que estar a la temperatura perfecta. Si está muy caliente, se escurrirá el relleno y quema como lava. Si está frío, el queso se solidifica. Desde de que cumplí 40, he evitado estos viajes al pasado por el bien de mis arterias. © rekstout / Reddit
  • Cuando era chica, mi mamá me daba de desayunar café con leche y pan. A mí realmente me encantaba ese desayuno, y ya de adulta, nunca pude prepararme un café similar. Hasta que un día, mi sobrino empezó a pedir tomar café con leche porque veía a su mamá beberlo. Dado que tenía 2 o 3 años, para evitar berrinches, se me ocurrió comprarle un frasco de malta y decirle que era un café especial para bebés. ¡Funcionó! La verdad, nunca había probado la malta en ese entonces, así que me preparé para mí también. En el primer sorbo, descubrí que tenía el mismo sabor que el café de mi mamá. Ese día me enteré de que ella usaba la misma mentira conmigo. Después de ese momento, me gusta tomar malta con leche de vez en cuando, me trae buenos recuerdos. Mi sobrino ya se enteró de la mentira, pero sabe que tiene prohibido el café hasta que sea grande.
  • Soy de nacionalidad mexicana, pero toda mi vida me la he pasado de aquí para allá. Durante mi infancia, pasé gran parte en Estados Unidos, por lo que estudié el kínder y parte de la primaria allá. Recuerdo mucho que, en la escuela, siempre en las mañanas, nos daban de desayunar algo diferente, pero fuera lo fuera, siempre había lo que hasta ahora sé que se llama pan francés. En la escuela fue la última vez que lo probé, hasta que hace un año fui de vacaciones con mi novio a Guanajuato y había desayuno bufé. Se me ocurrió probar el dichoso pan francés y, para mi buena suerte, era el mismo que comía todas las mañanas durante mi infancia. Y tal cual, sentí que me había pasado como Ego, todos los momentos felices de mi infancia pasaron por mi mente. De hecho, he de confesar que muchos sabores y olores de mi infancia se han quedado bien grabados, y cada vez que me encuentro nuevamente con ellos, me hacen recordar esos bellos momentos.
  • Yo nací en Ciudad de México, pero toda mi familia es de Yucatán, donde vivo actualmente. De pequeña, mi mamá siempre nos hacía frijol con puerco todos los lunes, esa es la costumbre en Yucatán. Pero cuando mi abuelita iba a Ciudad de México a visitarnos, ella lo preparaba a su modo, y comerlo era como un abrazo al corazón. Tenía casi la misma receta de mi mamá, pero el hecho de que fuera hecho por mi abuelita le daba otra sazón. Aquí se sigue acostumbrando comer frijol con puerco todos los lunes y, para mí, eso es un perfecto flashback a mi niñez.
  • Hay platos de mi familia que cada tanto intento recrear, pero hay uno que no volví a comer jamás y, solo de pensar en saborearlo, evoco múltiples recuerdos. Pimientos rellenos con puré. Con la misma preparación que se hacen las albóndigas (carne picada, cebolla, ajo, perejil y condimentos), se rellenan los pimientos rojos cortados por la mitad, y se echan a freír. Se acompañan con puré de papas y aderezos, es un plato especial para un mediodía frío y lluvioso. Luego, por supuesto, sigue una buena siesta.
  • Mi mamá hacía un guisado de atún de un libro de recetas que le regalaron en 1976, cuando se casó. La ha cambiado un poquito, pero es una comida reconfortante para mí. Hace unos años me fui de casa y me mudé con mi ahora esposa, y una noche intenté recrear esa receta. No soy tan malo en la cocina y recuerdo la receta bastante bien, pero hice algo mal y no sabía exactamente igual. Después hablé con mi mamá y me dijo qué había hecho mal y cómo ella preparaba la comida. Lo intenté de nuevo y quedó perfecto. © Unknown author / Reddit
  • La sopa de pollo de mi mamá era rosa y deliciosa, la mía nunca ha sido tan buena. Soy bastante bueno en la cocina, pero no tengo 40 años de experiencia siendo mamá, así que aún no puedo ponerle la cantidad de amor que requiere. En un tiempo, mi capacidad de amar será la suficiente para hacer una buena sopa. © a-r-c / Reddit
  • Yo era el niño que terminaba en la casa de algún vecino a la hora de la cena, así fue casi todas las noches por varios años. Había una niña con la que era muy cercano y que vivía en mi complejo departamental, sus papás me dejaban quedarme con ellos, bañarme, me daban de comer y básicamente cualquier cosa que necesitara. Ellos no estaban muy bien económicamente, pero me recibían con los brazos abiertos. El papá de mi amiga hacía un platillo que llamó “cena de un hombre pobre”. Era puré de papa instantáneo con arroz, carne molida y gravy. A veces ese era el único platillo caliente que comía en la semana y era fantástico. He recreado ese platillo con mejores ingredientes y es delicioso, pero nada sabrá mejor que esa comida de cuando era un niño con mucha hambre. © Roselight- / Reddit
Imagen de portada PaintsWithS**gma / Reddit

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