20+ Mascotas que decidieron: “Eres buena gente, me quedo contigo”

Historias
hace 3 años

La decisión de adoptar a una mascota es, por supuesto, un asunto de mucha responsabilidad. Analizamos todo tipo de fuentes sobre el mantenimiento y la crianza, preparándonos emocionalmente. Pero a veces las cosas salen al revés y el propio animal nos elige entre miles de personas, como si dijera: “Humano, eres mío”.

En Genial.guru leímos muchas historias sobre cómo algunas mascotas dejaron de lado todos los estereotipos y eligieron a nuestros lectores como dueños.

  • Un par de días antes de Año Nuevo, en las escaleras de mi casa, corrió hacia mí maullando. Obviamente domesticado, adulto, un increíblemente hermoso gato de color naranja. Le di algo de comida y unos trapos de lana. Luego le construí una caja, la subí a mi piso y la dejé en el pasillo común. Le compré una bandeja. El gato estuvo de acuerdo y se quedó muy contento. Y no exigió nada. Todo el tiempo estuve esperando a que lo encontraran. Coloqué varios anuncios. Nunca quise tener un felino, especialmente uno adulto. Pero nadie vino a buscarlo.
    Vivió con nosotros unos 17 años. Era muy delicado e inteligente. Ahora me resulta extraño pensar que no lo adopté de inmediato y no lo llevé a mi casa, sino que lo dejé afuera durante varios días. © Anna Maryanova / Facebook

  • Una perra vino a nuestro departamento, a pesar de que vivimos en el quinto piso, y cuando abrimos la puerta, entró como si estuviera en su propia casa. Por supuesto, la adoptamos. Un día después dio a luz. Hasta ahora no puedo entender por qué eligió nuestro departamento en lugar de alguno en la planta baja. © Lida Katalkina / Facebook

  • Resultó que la gata de la madre de mi amiga dio a luz, y una de las crías era blanca y muy hermosa. Cuando fuimos, salió toda la familia gatuna, y una gatita rayada se metió en mi bolsa abierta que estaba en el suelo. Además, se negó a salir de allí. Ella se fue conmigo. Llevamos 14 años juntas. © Natali Kuzmina / Facebook

  • Un gatito se acercó a mi madre en el jardín y se puso a maullar a todo pulmón. ¿De dónde vino? Todavía no lo sabemos. Pero él mismo eligió su lugar bajo el sol y ya lleva 3 años viviendo con mi mamá. © Alla Vasilyevna / Facebook

  • Una vez estaba caminando por la calle y de repente vi a un gatito pequeño. Lo acaricié, y luego me resultó difícil alejarme de él. Una anciana se detuvo a mi lado y me preguntó: “¿Te gusta? Llévalo a tu casa”. Entonces me quedé con Nice. Es muy inteligente y guapo. Llevamos un año juntos. © Liudmila Plavinskaya / Facebook

  • Ocurrió cuando todavía era un niño. Aquel invierno fue muy frío. Detrás de la puerta, un gato no dejaba de maullar tristemente. Mi mamá le abrió. Una gata adulta estaba sentada en la entrada, y junto a ella había un gatito recién nacido. Los dejamos entrar. Pero la mamá felina pidió salir y un minuto después apareció con otra cría, y volvió a hacerlo 3 veces más. Les pusimos una manta debajo de los radiadores y alimentamos a la madre completamente exhausta y congelada. © Ina Kram / Facebook

  • Otro día, cuando llevamos al perro a la clínica veterinaria, vimos una jaula con un gatito pelirrojo maullando. Mientras estábamos en la recepción, él sacaba la pata entre los barrotes, tocándome el hombro. El veterinario dijo que no tenía hogar: unos voluntarios lo encontraron en un sótano con una pata lesionada. Como resultado, cuando el gatito fue curado, lo llevamos a casa. Ahora solo se oye de él un seco “¡Mia!”. Como dice mi madre, gastó todos sus maullidos cuando quería que nos fijáramos en él. © Nataly G-va / Facebook

  • Hace muchos años, un gato adulto solía encontrarme y despedirme en la parada del autobús todas las mañanas. Luego dejé que “visitara” mi departamento, y un día se quedó allí para siempre. © ליאל אידל / Facebook

  • A la casa de mi novio, quien tenía perros, llegó una gata, se abrió paso entre los labradores y se acostó entre ellos. Resultó estar embarazada, así que mi pareja asistió al parto. Una gatita tuvo que ser reanimada y ahora es su niña amada. Los demás viven con nuestros familiares y vecinos. © Elena Gilman / Facebook

  • Mi gata también me eligió. Pasó 2 días sentada en mi auto, y al tercer día decidí llevarla a la casa de campo. Saqué el transportín, ella se metió adentro y se mantuvo callada todo el camino. Estando en la casa no se fue a ningún lado, y ya lleva 2 años con nosotros. © Irina Skuratova / Facebook

  • Mi gato actual venía persistentemente a nuestra casa como si fuera suya. A veces lo encontraba durmiendo tranquilamente en el sofá: se infiltraba sin que nadie se diera cuenta y se comportaba como si fuera mi gato de toda la vida. Durante aproximadamente un mes, lo eché a la calle. Pero luego me resigné, y ahora es nuestra mascota. © Elena Furtatova / Facebook

  • Cenamos en la casa de campo en el verano cuando una gata con un gatito entre los dientes saltó por la ventana, escondió al cachorro en el armario y se fue. Era muy pequeño, acababa de abrir los ojos. Se quedó con nosotros. © Svetlana Yu / Facebook

  • Mi amiguito negro ha estado viviendo con nosotros unos 12 años. Vino a las 12 de la noche a la puerta de nuestro departamento y se puso a gritar salvajemente, exigiendo abrirla. La abrí para ver quién estaba maullando, y él (era del tamaño de la palma de mi mano) entró corriendo a la casa y se dirigió hacia la nevera. © Irina Frau Ishutina / Facebook

  • A nuestro hogar también vino un gatito. No se sabe de dónde. En ese momento vivíamos solos en una casa de campo. La vivienda más cercana estaba a medio kilómetro de nosotros. Mi marido, que estaba en contra de los felinos en general, lo trajo metido debajo de la chaqueta. Ahora tenemos un gato bellísimo llamado Barsik. © Zulfia Izhanova / Facebook

  • Sonó el timbre, la mamá de mi esposo estaba en casa. Abrió la puerta... no había nadie. Siguió viendo la tele. De repente oyó un sonido extraño, algo parecido a un “miau”. Al principio pensó que no era nada más que su imaginación. Pero de nuevo sonó un “miau”. Entonces, una bola esponjosa apareció en medio de la habitación: como resultó más tarde, tenía 2 meses y medio. Este año, Masyanya, una adorable gatita, cumplirá 9 años con nosotros. © Natalya Saburova / Facebook

  • Ella se metió en mi auto. Es una belleza sobrenatural. Se llama Purra. Y antes de ella, hace un par de años, un gato irrumpió corriendo en nuestra casa. © Yuliya Lazovik / Facebook

  • Encontré a mi belleza negra superinteligente llamada Naomi en una cafetería. De regreso de la playa pasamos por ese lugar. Mi amiga vio a un gatito durmiendo en el alféizar de la ventana. Lo tomé en mis brazos y se echó a llorar como si fuera un humano... De inmediato la metí (el gatito resultó ser una gatita) en mi bolsa de playa, y con las palabras “Ahora vivirás conmigo” me la llevé. Naomi resultó ser muy inteligente. Lleva 10 años viviendo conmigo y nunca me he arrepentido de adoptarla. © Liliya Timoshenko / Facebook

  • Un gato vino a nuestra casa. Luego trajo a su esposa con sus hijos, y así es como comenzaron a vivir con nosotros. © Bellis Dudaeva / Facebook

  • La gata Monya estuvo 15 años con nosotros. Se subió a mi regazo cuando estaba en la casa de mi amiga. 2 años después de su partida, estando de vacaciones, un gatito negro se metió en mi bolso y se quedó dormido allí. Lo llevé a mi casa. Estaba muy enfermo y débil. Ya llevamos un año juntos, y se convirtió en un felino muy cariñoso. ¿Quizá fue Monya quien se reencarnó en Musik? © Liliya Barnatovich / Facebook

  • Dije: “Adoptaré a un gato solo si él mismo viene a pedírmelo”. Pues vino y se puso a maullar en la puerta. © Olga Tsipliayeva/ Facebook

  • Lo vi entre la multitud de transeúntes en la entrada del metro. Estábamos en invierno, llovía y hacía frío. Él estaba tan limpio y asustado, con los ojos adoloridos. Sin pensarlo siquiera, lo tomé en mis brazos; él me abrazó y nos dirigimos al metro. Pero no querían dejarlo entrar sin el transportín, así que tuve que quitarme la chaqueta y envolverlo. Llegamos a casa, y el gatito estaba caliente y seco, mientras que yo estaba mojada y congelada. No me arrepiento ni por un minuto de haberlo adoptado. © Gyunay Medzhidova / Facebook

  • Encontré a un perro en la puerta de mi casa el 8 de marzo. Abrí y me topé con él. Pensamos que era de alguien, pero hacía tanto frío en la calle que era imposible dejarlo. Le permitimos entrar y empezamos a buscar a sus dueños, pero no los encontramos. Al final, nos quedamos con él. Es muy hermoso e inteligente. © Irina Korotkova / Facebook

  • Una vez que mi esposo y yo abrimos la puerta, un gatito de unos 4 meses entró corriendo al departamento. Sin dudarlo un momento, se metió en la cocina, encontró la bolsa de basura, sacó algunas cáscaras de papa, comió y se acercó a mi esposo. Se subió a su pierna enyesada y se puso a curarla. De esta manera, nuestra gata consiguió que la adoptáramos. © Marina Moiseeva / Facebook

¿Cómo llegó tu mascota a tu casa?

Imagen de portada Natali Kuzmina / facebook

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Entrábamos a la casa, paso mi mamá y mi hermana y vieron una piedra, pasé yo y vi una tortuga, era y una de agua, ahora se llama gumi. En otra ocasión una gallina era perseguida por perros se escondió en el auto y la atrape, se llama nagoya y vive con mi papá pero viene de vicitas anuales.

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