12 Consejos que todas las embarazadas han escuchado (y solo unos cuantos se pueden tomar en serio)

Mujer
hace 5 años

Nadie en este mundo recibe tantos consejos como una mujer embarazada. Al tan solo mencionar tu embarazo, los consejos de familiares, amigos, colegas e incluso vecinas comienzan a llegar en todas direcciones. Todo el mundo quiere compartir su experiencia, contar “lo sucedido” y, según ellos, qué es “correcto” e “incorrecto”, cuánto se tiene que comer y tomar, la explicación de sufrir un malestar estomacal y con qué frecuencia el bebé tiene que moverse en tu vientre. Hay tanta información que es muy fácil confundirse.

Genial.guru decidió separar el trigo del polvo y averiguar qué consejos vale la pena seguir y cuáles se tienen que ignorar por completo para evitar una neurosis.

1. “El embarazo no es una enfermedad, por eso tienes que llevar el mismo estilo de vida”

  • Tienes que cambiar tu estilo de vida, especialmente en el último trimestre.

Es una mala idea pasar el embarazo en el sillón, sintiéndote un frágil florero de cristal. Pero vivir bajo una jornada habitual durante nueves meses, abrumándote como siempre, definitivamente no es la mejor opción. Las embarazadas tienen diferentes procesos fisicoquímicos en su organismo, se cansan más rápido, necesitan más tiempo para descansar y dormir, es normal.

Al final del embarazo, la cantidad de sangre en el organismo de una mujer aumenta aproximadamente en un 45 por ciento. La presión en los riñones, pulmones y tracto gastrointestinal incrementa, por eso es obligatorio cambiar tu alimentación y estilo de vida. Rechaza ver una película en lugar de dar una vuelta al aire libre y delega una parte de los quehaceres de casa a tus seres queridos, esto será beneficioso tanto para ti como para tu bebé.

2. “No debes comer mucho durante el embarazo, de lo contrario, el bebé será grande y el parto será difícil”

  • No es verdad, pero es perjudicial comer demasiado por otras razones.

El peso que aumenta una mujer durante el embarazo no está relacionado con la velocidad del desarrollo del bebé y el aumento de su peso. Un análisis de 44 investigaciones en las que participación de más de 7 mil mujeres mostró que aquellas madres que siguieron una determinada dieta durante el embarazo, en promedio, subieron 3,84 kilógramos menos en comparación con las mujeres que no se limitaban en nada.

Todo esto no influyó en el peso de los hijos al nacer, sin embargo, lo más importante fue que la ausencia de comer en exceso redujo el riesgo de preeclampsia (el nivel elevado de presión arterial durante el embarazo). Por lo tanto, una alimentación equilibrada y saludable (sin excesos y panecillos por la noche) será la mejor decisión.

3. “¡No viajes en avión, es muy perjudicial y peligroso!”

  • Este es un mito 95 por ciento verdadero. Todo depende de cómo esté el embarazo y del plazo.

En realidad, las compañías aéreas no permiten que las mujeres viajen en avión durante los últimos meses de embarazo. La principal razón consiste en que un parto a bordo del avión no le traerá tanta felicidad a los pasajeros, ni a la tripulación, ni a la mamá. Además, la ausencia de un obstetra en el avión aumentará los riesgos.

En el 2002, obstetras y ginecólogos de EE.UU. publicaron algunas recomendaciones para mujeres embarazadas que habían tomado la decisión de viajar en avión. Las embarazadas con una alta presión, diabetes o altos riesgos de partos prematuros, obligatoriamente tienen que acudir a una visita con el médico antes de volar.

La Sociedad Real de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido aconseja que durante el vuelo se camine regularmente por el avión y se tome más agua para reducir el riesgo de una trombosis venosa profunda. Vale la pena destacar que para una mujer es más cómodo y fácil viajar durante el segundo trimestre del embarazo.

4. “No debes tomar café, de lo contrario, el bebé no podrá dormir”

  • No será perjudicial tomar una taza de café al día.

De acuerdo con la declaración oficial de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), 200 mg de cafeína es la dosis diaria permitida para una mujer embarazada sin que le cause daño a su bebé. Una taza de café contiene de 70 a 90 mg de cafeína, así que esta bebida no es un producto prohibido.

Es importante recordar que el té también tiene cafeína (de 30 a 50 mg) y una Coca-Cola (40 mg en 355 ml) y chocolate amargo (de 20 a 70 mg en 100 g, dependiendo del tipo). Por lo tanto, en un día puedes permitirte una taza de té, café latte y un poco de chocolate, lo más importante es no exceder los 200 mg.

5. “Si el bebé se mueve de forma activa, darás a luz a un travieso”

  • Es un hecho, pero vale la pena suprimir la hipoxia.

La doctora Janet A. DiPietro realizó una investigación sobre la relación entre la actividad intrauterina del bebé y el comportamiento de este después de su nacimiento hasta los dos años. Resultó que, según los movimientos del feto en el útero, realmente se puede predecir qué tan activo será el bebé cuando nazca e incluso adivinar en qué periodos estará activo al máximo y cuando estará tranquilo.

Sin embargo, si los movimientos del bebé cambiaron drásticamente (se hicieron muy frecuentes o al revés, infrecuentes), es mejor visitar al médico y asegurarte de que el bebé no sufra de hipoxia, falta de oxígeno. Algunos doctores destacan como norma más de 10 movimientos del feto en las últimas 12 horas durante el embarazo.

6. “¿Sufres de acidez estomacal o reflujo? Es porque está creciendo el pelo del bebé”

  • Es un mito, aunque algunos científicos consideran que este fenómeno está interrelacionado.

La acidez estomacal es un síntoma común del embarazo, causado por el reflujo gástrico. Desde un punto de vista científico, no tiene nada que ver con el pelo de tu futuro hijo. El bebé crece rápidamente y presiona los órganos internos de la mamá. Como resultado, el ácido en el estómago se encuentra en la sección inferior del esófago irritando la membrana mucosa.

Lo interesante es que, en una investigación británica realizada en el 2006, se encontró una conexión entre las quejas de acidez estomacal durante el embarazo y la cantidad de pelo del bebé después de su nacimiento. Pero vale la pena notar que muchas mujeres que sufrían de acidez dieron a luz a bebés calvos. Por lo tanto, tal conexión se considera bastante controvertida.

7. “Un hombre no podrá comprender lo que sientes durante este periodo”

  • Es mito. Algunos hombres también se sienten “embarazados”.

No solo las mujeres sufren de cambios hormonales. A veces la vida de los padres también es difícil. Durante el embarazo el nivel de testosterona de la mujer y su pareja se reduce y el nivel de prolactina aumenta. Científicos creen que este proceso ayuda al hombre a interpretar bien el papel de padre en un futuro.

Incluso hay ocasiones en las que el estado físico del hombre es similar a lo que siente la futura mamá. Por ejemplo, también puede sufrir de náuseas matutinas y cambios en el estado de humor. Este fenómeno es llamado el síndrome Couvade o embarazo sintomático de la pareja, y aún no se ha estudiado hasta el final. Después del parto desaparecen todos los síntomas del embarazo ficticio en los hombres.

8. “Durante el embarazo no tienes que vacunarte contra la gripe”

  • Es un mito despejado repetidamente por investigaciones científicas sobre el tema.

Existe la opinión de que la vacunación de una mujer durante el embarazo puede estar relacionada con la posibilidad del desarrollo de autismo de su hijo, pero investigaciones actuales han demostrado que eso no es así. Es poco probable que tu médico te proponga una vacunación contra hepatitis B, tétanos o difteria y menos contra la gripe. Sin embargo, los riesgos en la salud de la madre y su futuro hijo aumentan si una mujer embarazada está enferma de gripe.

A las mujeres se les recomienda ponerse vacunas durante el segundo y en tercer trimestre del embarazo, pero solo se pueden utilizar vacunas con un virus no activo, es decir, “muerto”. Todas las vacunas tienen que ser aprobadas por la Asociación Internacional de Farmacólogos y Farmacéuticos Clínicos. Lo que significa que se han llevado a cabo una multitud de pruebas que demuestran su seguridad para la mujer y el feto.

9. “¡Es muy doloroso dar a luz!”

  • Este proceso es individual en cada mujer.

Durante el parto se liberan sustancias analgésicas: endorfinas para que la mujer no tenga un shock. Por eso, el dolor del parto siempre es posible de soportar para una mujer.

Además, existen diferentes trucos para tratamiento del dolor: la respiración correcta, posiciones, metodologías para relajarse, masaje de acupresión, anestesia médica, entre otros, que le permiten a una mujer controlar el dolor durante el proceso de parto. Se puede dar a luz sin todo esto, pero cuán doloroso será, en muchas ocasiones depende del comportamiento de la mujer y el profesionalismo de los médicos.

10. “Las glándulas mamarias pierden la forma debido a la lactancia”

  • Es un mito, pero la excepción existe en caso de que seas una madre fumadora con muchos hijos.

Muchas mujeres rechazan la lactancia teniendo miedo de que esto influya negativamente en la forma y la elasticidad de sus glándulas mamarias. En vano. La lactancia del bebé mediante pecho no trae consigo cambios a largo plazo en su elasticidad y no contribuye a la pérdida de su forma.

El peligro más serio proviene por el tabaquismo, la mala alimentación, los cambios de la edad y una gran cantidad de embarazos, debido a lo cual el pecho frecuentemente y drásticamente cambia su tamaño. Además, vale la pena tomar en cuenta el factor genético, que en muchos casos determina la presencia de estrías después de dar a luz y el estado del pecho después del periodo de lactancia. Si es el primero o el segundo embarazo y la mujer lleva un estilo de vida saludable, entonces no habrá ninguna catástrofe.

11. “¿Qué es la depresión posparto? Todas las mujeres dan a luz y no pasa nada”

  • Depende mucho de la mujer y las personas de su alrededor.

La depresión posparto no es un mito, pero tampoco un terror inminente para las futuras mamás. De acuerdo con una investigación, entre un 14 y 23 por ciento de las mujeres embarazadas se enfrentan a tal depresión durante el embarazo y un 25 por ciento después del parto. Por esta razón, después del nacimiento de un bebé, la mujer necesita apoyo por parte de sus seres queridos y un buen descanso. En este riesgo caen incluso las madres perfeccionistas que quieren llevar todo a la perfección y controlar absolutamente cada detalle.

También es importante la información para la preparación de una mamá joven. Si ella de antemano se prepara para tal cambio, si entiende por qué razones un bebé puede gritar y cómo se debe reaccionar, entonces posiblemente la mujer no se deprima. Algunos investigadores relacionan la depresión posparto con la anemia ferropénica, por eso aconsejan a las mujeres, después de una consulta con su médico, tomar medicamentos que contengan hierro, si es necesario.

12. “¿Sufres de dolores durante la menstruación? ¡Debes parir y todo se arreglará!”

  • Es verdad, pero a medias.

Científicos de Taiwán durante 8 años observaron a más de 3,5 mil mujeres. Durante este periodo, algunas mujeres dieron a luz, y la mayoría no tuvo fuertes dolores menstruales como antes después del parto. Pero esto no ocurrió en todas. Entre las que tuvieron una cesárea, un 51 por ciento continuó sufriendo de estos cólicos, y de las que dieron a luz naturalmente, un 35 por ciento siguió experimentando cólicos como antes.

Otro factor importante resultó la continuación de embarazo. El 77 por ciento de las madres que tuvo hijos prematuros, continuó sintiendo dolores durante la menstruación. Además, la investigación con aplicación de la tecnología de un examen médico del genoma completo en 2016 mostró que la razón de los cólicos menstruales puede ser un factor genético.

Y tú, ¿qué consejos absurdos para mujeres embarazadas has escuchado?

Comentarios

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Lo mejor es confiar en los consejos de tu médico y ginecólogo, no confiar en lo que dice todo el mundo

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Siempre me contaron que tras un embarazo los dolores de la menstruación disminuían, pero acabe de ver que no...

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Está claro que cada embarazo y cada embarazada son un mundo. Mejor fiarse de lo que diga el ginecólogo.

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Yo he viajado estando embarazada, pero antes de hacerlo consulté a mi médico.

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