13 Pruebas de que cada generación aprecia sus valores y todos tienen su encanto

Psicología
hace 2 años

Normalmente, los representantes de diferentes generaciones tienen una opinión divergente con respecto a la felicidad y a la suerte. Lo que nuestros abuelos y padres consideraban genial, para los niños modernos ya es una norma de vida. Pero esto no significa en absoluto que los jóvenes de hoy estén creciendo en condiciones perfectas.

Genial.guru decidió averiguar y comparar cómo las generaciones anteriores y modernas perciben el éxito y la suerte. Y a pesar del progreso tecnológico, se dio cuenta de que en algunos ámbitos de la vida solo podemos envidiar a nuestros abuelos.

1. Desarrollo infantil

Tales juguetes de actividad infantil como cubos y tarjetas de aprendizaje cognitivo rodean a los bebés modernos casi desde el nacimiento. Al tener miedo a quedarse cortos en algo importante, muchos padres tratan de desarrollar a sus hijos en todos los ámbitos posibles. Pero tan solo hace 30 o 40 años, muchos niños preescolares curiosos aprendían el abecedario por su cuenta y luego iban a la biblioteca y elegían sus primeros libros para leer. Y después de eso, se inscribían en clases de diferentes tipos de actividades a las que asistían con sus amigos. ¡Qué tiempos!

2. Vida cotidiana

Por suerte, los tiempos en los que el trabajo se medía con el cansancio quedaron atrás. Si antes, para ganar la aprobación de la sociedad, una persona tenía que trabajar hasta el agotamiento, entonces ahora mucha gente apoya a quienes logran facilitar su vida. El progreso tecnológico y la invención de electrodomésticos como el lavavajillas, robot aspirador, entre otros, también han ayudado a lograr ese objetivo.

3. Amistad

Antes era difícil imaginar la vida de un niño sin amigos, los cuales por la mañana le gritaban debajo de su ventana: “Mari, sal a jugar”. Los juegos al aire libre, los escondites y los sándwiches formaban parte de la vida de todos los pequeños y adolescentes. Ahora, muchos niños tienen amigos en las redes sociales. Hoy en día, el más popular es el que tiene muchos “me gusta” debajo de sus fotos y videos, y no aquel que tiene amistades para jugar a la pelota.

4. Su propia vivienda

Cuando nuestros padres eran jóvenes, los empleados de las grandes empresas podían tener la esperanza de obtener su propia vivienda. Sí, muchos tuvieron que esperar demasiado para conseguir un departamento, pero valió la pena. Ahora parece que es más fácil solucionar el tema de la vivienda, porque puedes pedir una hipoteca en cualquier momento. Sin embargo, la joven familia tendrá que pagarla durante muchos años por su cuenta.

5. Felicidad femenina

Para las chicas de generaciones anteriores era importante casarse a tiempo y no quedarse solteras. Actualmente no sorprenderás a nadie con una boda a los 20, 30 o 50 años. Las chicas prefieren hacer una carrera, ganar dinero para comprar su propia vivienda, viajar por el mundo y solo después conocer el universo de los pañales y la alimentación complementaria. Por lo tanto, en el mundo moderno, una propuesta de un buen trabajo se valora de igual forma que una de matrimonio.

6. Adolescentes

Antes, cualquier adolescente asistía al menos a una actividad, y la gran parte de ellos iban a varias a la vez. Los niños hacían deporte, estudiaban modelado científico, cosían, tejían y aumentaban la credibilidad entre sus compañeros con sus victorias en concursos genéricos. Ahora todo es más simple, ya que solo puede bastar con publicar un video en las redes sociales para volverte famoso en un santiamén. Y tal logro se aprecia más entre los adolescentes que las victorias en competencias escolares.

7. Trabajo

Para nuestros padres y abuelos era prestigioso trabajar durante muchos años en una sola empresa. Las personas estaban orgullosas de poder crear relaciones a largo plazo en el empleo y eran valoradas por su equipo. Por lo tanto, creían que no era necesario cambiar de trabajo. Actualmente parece algo anacrónico permanecer fiel a tu primer empleo. Porque si existen propuestas aún más lucrativas, entonces está bien aprovecharlas, ¿cierto?

8. Compras

Antes, en algunos países, la gente tenía que pasar horas en una fila para comprar un producto escaso, lo cual se consideraba “un éxito”. Hoy en día, todo está disponible, y cualquier cosa puede pedirse en unos pocos minutos a través de Internet. En muchos casos, esto no solo resulta ser más rápido, sino también más económico.

9. Moda

Para estar a la moda, tenías que ponerte lo mismo que las demás personas. Si todos usaban un pantalón acampanado, entonces tú también tenías que coser unos similares. Si todos se ponían un traje deportivo con rayas llamativas, entonces tú también tenías que conseguir uno de manera urgente. En la actualidad, la moda ofrece muchas opciones, por lo que puedes lucir elegante y conservar tu individualidad al mismo tiempo.

10. Fiestas

Antes, las fiestas eran realmente especiales. Para esos días se compraban productos difíciles de conseguir y se preparaban manjares. Un pastel era para el cumpleaños de alguien y las 12 uvas para el Año Nuevo. Ahora puedes comer pavo horneado y lanzar fuegos artificiales a diario, pero la sensación de fiesta es cada vez menor.

11. Regalos

Las generaciones anteriores disfrutaban más de las cosas sencillas. ¿Te regalaron un reloj para tu cumpleaños? ¡Genial! ¿Aretes baratos? ¡Todas las chicas te tendrían envidia! Es difícil sorprender a los adolescentes modernos con regalos, porque desde la infancia tienen juguetes de todo tipo. E incluso los teléfonos demasiado costosos no pueden darles tanta felicidad como lo hacía un accesorio barato con nuestros padres a la misma edad.

12. Dieta adecuada

Nuestros antepasados creían que una “buena mujer” debía darle de comer muy bien a su esposo, y cuanto más, mejor. Si después de casarse el hombre no subía unos kilos de más, entonces todo el mundo estaba seguro de que no había tenido suerte con su esposa. Ahora, las personas cuidan más de su salud, por lo que saber cocinar platillos deliciosos y saludables es un talento cada vez más apreciado en los cocineros.

13. Parto

Antes se creía que era mejor no posponer tener hijos hasta después de casarse. Y lo mejor era tenerlos hasta los “25 años”, ya que luego de pasar el umbral de esta edad le decían a una mujer que era vieja para ser mamá. Hoy en día, muchas mujeres prefieren obtener una educación, hacer una carrera y solo después tener hijos. Por lo tanto, año tras año, las damas se convierten cada vez más tarde en madres primerizas.

¿Te consideras una persona exitosa con respecto a los criterios pasados? ¿O piensas que eres genial según los estándares actuales?

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