Por qué a veces tus recuerdos sobre un evento no coinciden con los de otras personas y un bono para saber manejar esas discrepancias

Psicología
hace 2 años

No es raro que, al momento de recordar algún evento que hemos vivido con otra persona, cada una de ellas tenga una versión distinta de este. Por ejemplo, si una pareja de esposos cuenta cómo se conocieron, es probable que ambas versiones no sean completamente iguales. En la mayoría de los casos, lo que cambia son pequeños detalles, los cuales pueden no tener mucha importancia. Sin embargo, en otros, puede haber contradicciones más profundas capaces de generar un conflicto entre las personas.

En Genial.guru decidimos investigar un poco más sobre esto para presentarte a continuación por qué, a pesar de haber vivido exactamente la misma situación, a veces parece que estamos viendo una película distinta a la de la otra persona.

1. La memoria domina las relaciones

La memoria implícita consiste en recuerdos que se dan de forma inconsciente, como tocar un instrumento, conducir de camino a casa sin prestar demasiada atención a las direcciones que tomamos o al dar la ubicación del lugar en el que vivimos. En cambio, la memoria explícita, relacionada con la información o experiencia adquirida previamente, se da cuando el cerebro empareja las experiencias o sentimientos del presente con el pasado, lo que se acentúa dependiendo de la intensidad de las emociones. Es así como, cuando estamos molestos con alguien, recordamos cosas o momentos negativos que hemos tenido con esa persona y, cuando estamos bien, lo contrario.

2. El sesgo negativo

Las emociones y los pensamientos negativos tienen un lugar prioritario en nuestro cerebro por una cuestión de supervivencia, por lo que es mucho más probable que recordemos aspectos negativos que positivos. Esto puede llevar a que tengamos cierto prejuicio sobre las acciones o experiencias del futuro.

3. La distorsión del enfoque

La perspectiva que tenemos sobre un recuerdo puede amplificar o magnificar las emociones relacionadas con este. Así, el sesgo emocional que les pongamos a nuestros recuerdos puede hacer que los prioricemos sobre otros que, en realidad, son más importantes. Por ejemplo, si al ver ropa tirada en el suelo nos ponemos de mal humor y nos molestamos con nuestros hijos por no levantarla, estaremos priorizando este hecho sobre el bienestar emocional de los niños, que es más importante.

4. La distorsión del tiempo

Cuando recordamos cosas agradables, el tiempo suele correr más rápido, en comparación con cuando tenemos momentos desagradables en la mente, haciendo que parezca que ha durado una eternidad, debido a las distorsiones de la memoria que se producen al rellenar aquellos espacios vacíos que tenemos al recordar un hecho en específico. A pesar de que esto es solo una sensación, esto puede jugarnos una mala pasada, haciéndonos sentir que son más los recuerdos negativos que tenemos que los positivos.

5. La viga en nuestros ojos

Las personas solemos recordar las cosas malas que dijeron o hicieron los demás, especialmente en una discusión, borrando por completo de nuestra memoria la forma en que nosotros también podemos habernos equivocado. Esto es porque nuestro cerebro ha ido evolucionando de tal manera que, como una forma de supervivencia, registra las lesiones que sufrimos para evitar volver a tenerlas en el futuro.

6. Cerebro masculino vs. femenino

Existen diversos estudios científicos que demuestran que el cerebro masculino y el femenino tienen grandes diferencias a nivel anatómico, químico, hormonal y fisiológico. Esto crea un impacto en las emociones, la manera de pensar y de comportarnos, desde que somos niños hasta que nos convertimos en adultos. Por ejemplo, los hombres son capaces de separar la temática de sus pensamientos, mientras que, para las mujeres, todo está interrelacionado.

7. Escuchar vs. oír

A veces las personas recordamos las cosas de forma distinta porque no prestamos toda nuestra atención a lo que está sucediendo. Esto suele pasar con las conversaciones o coordinaciones, que luego pueden convertirse en malentendidos y generar un conflicto entre los responsables.

Bono: ¿qué hacer cuando se tienen estas discrepancias?

  • Supón siempre la buena intención de la otra persona, dejando de lado la idea de que está mintiendo o equivocada.
  • Acepta las diferencias que existen entre las personas, especialmente entre hombres y mujeres, ya que el ángulo en el que vemos las cosas puede cambiar la manera de interpretarlas.
  • Cuando hay objetividad y claridad en un hecho, como podría ser la responsabilidad de sacar la basura o hacer un encargo, es más fácil abordar un problema de manera positiva, para que no se repita.
  • Recuerda que la razón principal de abordar de forma distinta los recuerdos no es ganar una discusión, sino entender por qué la otra persona recuerda un mismo evento de forma distinta y cómo eso puede afectar el presente o el futuro.

¿Cómo reaccionas cuando te das cuenta de que tus recuerdos sobre un evento no coinciden con los de otra persona? Cuéntanos en los comentarios.

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