Había una vez un niño perfecto que conoció por Internet a la niña perfecta, y se enamoraron, pero nunca se vieron en persona porque temían decepcionarse. Victor Lomakin
Había una vez un niño que no necesitaba nada. En realidad, eso le dijeron sus padres. Es muy cómodo cuando una persona no necesita nada. Y es bueno para el presupuesto. Cyril Zimin
Un niño pensaba que era un obsequio para este mundo. Estaba en su caja de regalo, esperando a que el mundo lo abriera. Esperó durante mucho tiempo, se cansó y se enojó. Sacó la cabeza del recipiente y gritó: “¡¿Por qué no me abren?!”. Y el mundo se sobresaltó con sorpresa y dijo: “Pensé que la caja estaba vacía”. Ilya Bakhtin
Había una vez un niño honesto que tenía el sueño de conocer a una niña hermosa para empezar una relación. La buscaba por todas partes: en el transporte, en las fiestas de sus amigos y hasta en los sitios de citas. Pero había algo de él que no les gustaba a las niñas. Tal vez sus tres hijos y su esposa, que figuraban en su ficha de datos, o tal vez la barriga de cerveza y los anteojos. Quién entiende a esas niñas. Cyril Zimin
Había una vez una suegra que temía que su hijo se gastara todo el dinero que ganaba en su desagradecida nuera. Así que hacía todo lo posible para que se quedara en casa y no hiciera nada. Pero la ingrata nuera aún así lograba gastarse el dinero que ella misma ganaba. Pasaron 30 años. El hijo nunca gastó ni un centavo en la nuera, y ella se convirtió en CEO de su propia empresa, así que gastaba su salario en sus nietos, en ella misma y en su marido. Y también le hacía regalos caros a su suegra, lo que le molestaba mucho a esta última. Porque, después de todo, estaba gastando el dinero de la familia en tonterías. Elvira Nabiullina

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