Una conocida psicóloga contó sobre 3 rituales que ayudarán a un niño a sentir tu amor incluso en la distancia
Los niños pequeños están muy apegados a sus padres y quieren pasar tanto tiempo como puedan con ellos. Diversos estudios revelan que los niños, en los kínder y las escuelas, experimentan un alto nivel de estrés por la separación prolongada de sus padres, lo cual conlleva un efecto negativo al desarrollo de su cerebro. Pero este indicador se puede reducir si sabes cómo actuar. Sobre esto profundiza nuestro articulo.
La psicóloga clínica Deborah MacNamara, en su libro “Rest, Play, Grow: Making Sense of Preschoolers (Or Anyone Who Acts Like One)”, explica la importancia que tiene para el niño el apego a sus padres y otros seres queridos. Esto es extremadamente importante para el desarrollo del pequeño como persona.
A Genial.guru le gustaron las ideas de Deborah y decidimos compartir contigo tres sencillas reglas que ayudarán al niño a pasar por una separación.
1. Capta la atención del niño
Captar la atención, así se llama uno de los rituales de apego que utiliza Deborah McNamara. Con la ayuda de éste, puedes satisfacer la necesidad de los niños de una relación cálida con las personas que lo rodean. Para conseguirlo, debes entrar en el espacio personal del niño y mostrar tu simpatía: establece contacto visual con él, asiente con la cabeza y abrázalo. Tu comunicación debería provocarle alegría y una sonrisa.
Por ejemplo, puedes acercarte al niño y unirte a su juego o bien preguntarle cómo le fue ese día. Esto te ayudará a establecer una relación más estrecha y cálida.
2. Construye el círculo social del niño
Los padres no pueden pasar el 100 % de su tiempo con su hijo. El ritual de presentación ayuda a construir adecuadamente un círculo de personas que ayudan a los padres en la crianza de sus hijos. Lo más importante en estos casos es saber construir una relación segura entre el niño y la persona a quien se lo vamos a confiar.
Los niños tienen instintos naturales de timidez, los cuales los hacen resistirse al contacto y las relaciones cercanas con personas con las que no existe apego. Así las cosas, el mejor modo de superarlo será una presentación benevolente: en los niños, con este ritual, se activa su deseo de confraternizar.
Por ejemplo, el ritual de presentación puede hacerse así:
- Sé líder, toma la iniciativa con tus propias manos.
Son los padres quienes deben presentar a sus hijos a las personas con quienes quieren que establezcan relación. Esto ayuda al niño a comprender que mamá y papá aprueban tales relaciones, pero al mismo tiempo conservan el papel de líderes para el niño.
- Busca características similares.
Los niños sienten mejor su conexión con otra persona encontrando cosas en común. Para esto, el padre debe hacer que el niño se fije en las similitudes con la persona necesaria, enfatizando las mismas. Esto puede referirse a la apariencia, intereses similares, pasatiempos, experiencias y sentimientos.
- Mantén la sensación de confianza y relación entre adultos.
Los niños tienden a adoptar la actitud de los adultos hacia otras personas. Cuando el niño ve que los padres están genuinamente contentos de comunicarse con otra persona es muy probable que experimente sentimientos similares por ésta.
- Mantén la jerarquía de apegos.
No importa cuán amplio sea el círculo social del niño, los padres deberían ser capaces de mantener su papel de líder. Para conseguirlo, es necesario explicarle al niño a quién tiene que contactar y acudir para obtener ayuda en caso de que sea necesario.
- Crea tradiciones y rituales que fortalezcan la relación.
Las tradiciones y los rituales provocan que el ambiente para el niño sea seguro y comprensible, ayudándolo a tener más confianza en sí mismo. Si, por ejemplo, cada mañana, cuando te separas y cuando te reencuentras con el pequeño en el kínder, realizas el mismo ritual, eso ayudará a fortalecer la actitud del niño hacia este ambiente y el educador. Puede ser un saludo inusual, un abrazo, un beso o una conversación sobre los planes para la noche.
3. “Cubre” la separación del niño
A los niños menores de 6 años les resulta particularmente complicado soportar la separación, para ellos se convierte en un verdadero reto. Si el padre o la madre van a separarse del niño por un tiempo, se puede confiar a una persona cercana, tu sustituto, tratando de “cubrir” la distancia que hay entre tú y el niño. Esto se puede hacer con ayuda de fotos, cartas, comunicación por Skype, juguetes con tu olor, todo aquello que el niño asocie contigo.
Enfatizando los planes conjuntos sobre el posterior reencuentro o una visita al zoológico, por ejemplo, ayudará al niño a llevar más fácilmente la separación.
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