13 Mitos sobre los caballeros medievales que los cineastas se empeñan en hacernos creer

Curiosidades
hace 3 años

Estamos muy acostumbrados a las películas de valientes caballeros o a las de fantasía ambientadas en lugares inspirados en la Edad Media, y a veces no percibimos ciertos mitos sobre ellos que seguimos creyendo. Es muy habitual ver a un joven príncipe en una reluciente armadura, o que se tenía que usar una suerte de grúa para ayudarlos a montar el caballo, cuando la evidencia parece indicar que no era tan así en esa época.

En esta ocasión, Genial.guru te comenta 13 mitos habituales sobre los caballeros de la Edad Media que se narran en las películas situadas en esa época.

1. La armadura no era tan pesada en realidad

Si bien estas armaduras estaban hechas con placas de acero, esto no quería decir que la persona en ella tuviera un movimiento limitado o casi nulo, sino al contrario. En un experimento de la Universidad de Leeds, se sometió a expertos en combate con armaduras medievales a diversas pruebas en caminadoras para medir su agilidad y su nivel de fatiga. Los investigadores observaron que, si bien las armaduras son pesadas y requieren el doble de energía para moverse con ellas, no impiden completamente la movilidad.

2. No se usaban grúas para ayudarlos a subir al caballo

Otra de las imágenes clásicas de justas (duelos entre caballeros a caballo) y otras batallas es que los caballeros debían emplear una especie de grúa para montarse en el caballo, cuando no era así. Al parecer, este mito surgió en el siglo XIX a modo de burla y fue inmortalizado en 1944 en la película Enrique V, de Laurence Olivier.

3. La realeza y la nobleza no eran los únicos con armaduras

Se podría pensar que un traje hecho de acero era un objeto de lujo que solo los príncipes y otros miembros de la nobleza podían adquirir. Esto se debe a que las corazas más famosas que se exhiben en los museos pertenecieron a personas de la nobleza, y las más sencillas, cuyos dueños eran plebeyos, se han perdido con el pasar de los años.

4. No solo los hombres luchaban y usaban armaduras

En muchas de estas películas, vemos que solo los hombres peleaban usando sus corazas de metal y que las mujeres estaban muy alejadas de las batallas. Si bien hay pocas evidencias de mujeres con armaduras ni tampoco se han hecho muchas ilustraciones sobre ellas, hay algunos casos conocidos como el de la condesa Jeanne de Penthièvre y Juana de Arco, que es la más famosa.

Por otra parte, dentro del folklore vikingo están las doncellas escuderas, guerreras míticas que luchaban con los héroes vikingos, quienes han inspirado a escritores como J. R. R. Tolkien para crear a su personaje Éowyn, la doncella escudera de Rohan en la trilogía de El señor de los anillos.

5. Orígenes del saludo militar

Una de las especulaciones populares acerca de este famoso saludo es que se debe a los visores de los yelmos medievales. No obstante, aún se desconoce su origen, ya que algunos historiadores creen que se comenzó a emplear en el Imperio Romano como una obligación de los ciudadanos para mostrarles a los soldados que no poseían armas.

6. Los caballeros no eran los únicos en empuñar espadas

Dentro de los relatos y las películas de caballería, se ha perpetuado la idea de que solo los caballeros podían llevar espada, cuando no siempre era así, porque no toda persona que portaba una era necesariamente un caballero. Usualmente, estaba prohibido que alguien que no perteneciera a la nobleza llevara públicamente una espada o que la empuñara, pero había una excepción: los viajeros podían utilizarlas por protección en los caminos y en las rutas marítimas.

7. Las espadas no eran demasiado pesadas

En general se cree que las espadas medievales eran muy grandes y excesivamente pesadas, y eso se debe a que desafortunadamente no existen muchas espadas que se hayan excavado intactas como para comprobarlo. Aun así, las pocas que se preservan casi en su totalidad nos pueden indicar que pesaban alrededor de 0,90-1,8 kg, y que aquellas que se empuñaban con las dos manos podían pesar unos 4 kg.

8. Los caballeros no necesariamente pertenecían a la nobleza

Muchos grandes caballeros que conocemos eran nobles o príncipes herederos al trono, pero la verdad es que no todos pertenecían a la nobleza. El título de caballero era otorgado por otro caballero, monarca o inclusive el clero bajo ciertas condiciones y a veces para premiar actos de valentía.

9. No todos los caballeros tenían castillo propio

Habitualmente, los caballeros eran terratenientes y, como tales, administraban y dominaban un terreno y las aldeas que había dentro de él, pero no necesariamente tenían grandes castillos. Solamente los señores feudales y los miembros de la realeza tenían los medios para construir fuertes y castillos, ya que se trataba de edificaciones muy caras que no todo caballero podía costear.

10. La función del ristre no era solo para apoyar la lanza

El apoyalanzas se empezó a emplear en el siglo XIV, luego de que se hiciera el peto de acero. Sin embargo, su propósito estaba lejos de ser un descanso para la lanza, más bien era para que esta se mantuviese estable y no se moviera cuando el caballero ecuestre cabalgara.

11. No se colocaba veneno en las espadas

Las canaletas de las espadas medievales han sido objeto de especulaciones en cuanto a su uso, ya que se puede pensar que se las podía impregnar de veneno. No obstante, estas canaletas tenían una función más simple, que era hacer a la espada más ligera. Durante el Renacimiento, se comenzaron a hacer mucho más livianas, por lo que las perforaciones pasaron a ser decorativas y a ubicarse cerca de la empuñadura.

12. Las armaduras tampoco eran exclusivas de los caballeros

Los caballeros no eran los únicos en usar armaduras, ya que todos los miembros del ejército de la época llevaban una. Normalmente, los caballeros no andaban solos, sino que tenían un grupo de apoyo compuesto por arqueros, escuderos, ballesteros y soldados de infantería.

13. Las armaduras medievales en realidad son renacentistas

Contrario a lo que podemos pensar, la clásica armadura medieval no es del todo de esa época, ya que estas se empezaron a utilizar a fines del Medioevo y durante el Renacimiento. Las armaduras medievales en sí poseían un diseño diferente y no estaban hechas enteramente de placas de acero, más bien se usaban cotas de malla y otras piezas metálicas como el peto. En cambio, la famosa armadura de placas de acero fue desarrollada durante el Renacimiento.

¿Qué otro mito del cine conoces de pies a cabeza?

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