Hace mucho tiempo, aproximadamente hace unos 66 millones de años, un enorme meteorito cayó a la Tierra. Alrededor de 3/4 de las plantas y animales murieron, entre ellos los dinosaurios. Pero no todos: algunos lograron sobrevivir y adaptarse a las nuevas condiciones. Es suficiente con mirar por la ventana para encontrarse con los descendientes de reptiles extintos: las aves.

Los lejanos ancestros de las aves, los manirraptores, lograron hacer frente a las consecuencias del cataclismo. Estos chicos lograron evolucionar con tanto éxito que pronto sus descendientes se asentaron en toda la Tierra. El principal secreto de los manirraptores es la pérdida de peso. Al reducir el peso a 1 kg, las protoavis lograron no solo mantenerse a flote en tiempos difíciles para el planeta, sino también, en cierto sentido, sobrevivir hasta el día de hoy.

Los dinosaurios tienen otro pariente lejano: el cocodrilo. Sin embargo, a pesar de su apariencia, los caimanes y cocodrilos tienen mucho menos en común con los dinosaurios que las aves.

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