11 Famosos que aplicaron todo su ingenio para salir de una situación incómoda

Famosos
hace 5 años

Acorralados por una situación desagradable, muchos de nosotros nos sentimos perdidos y no sabemos ni cómo actuar ni qué responder. El tiempo pasa, reconstruimos lo sucedido en nuestra mente y, por supuesto, encontramos la solución acorde a las circunstancias. Pero ¿qué hacer si eres una persona famosa y cualquier demora te puede costar la reputación o incluso tu trayectoria profesional? Al final de este artículo, encontrarás una historia al borde del abismo sobre una celebridad que, gracias a su compostura e ingenio, salió magistralmente de una situación cuanto menos embarazosa.

Genial.guru ha reunido para ti 11 hechos divertidos de la vida de personajes famosos, cuyo lema es: “¡En cualquier situación confusa, pon luz a tu ingenio!”.

Un hombre celestial

En julio de 1961, Yuri Gagarin llegó a Inglaterra, lugar en donde mantuvo un encuentro con la reina Isabel II. La monarca se sentía simplemente fascinada por el joven cosmonauta. Tras una cena, ella quiso tomarse una foto con el hombre. Sin embargo, atendiendo al protocolo interior de seguridad, la reina tenía prohibido fotografiarse con personas comunes, solo podía hacerlo con quienes albergaban su misma posición social o con la nobleza.

“Es una persona normal y tenemos reglas estrictas con eso”, le advirtieron. A lo que la reina respondió: “Habiendo volado al espacio, Gagarin se convirtió en un hombre celestial. Las normas terrenales no pueden aplicársele a él”.

El desayuno de Guy de Maupassant

Guy de Maupassant siempre dijo que la Torre Eiffel estropeaba la vista de París. El autor inclusive había firmado peticiones en reiteradas ocasiones solicitando la demolición de esa estructura de hierro. Una vez, un periodista parisino encontró a De Maupassant directamente en el restaurante de dicho lugar, en donde estaba comiendo. Le preguntó con una sonrisa astuta: “¿Por qué está usted aquí? ¿Ha cambiado de opinión respecto a la torre?”.

A lo que el escritor respondió con calma: “Este es el único lugar en donde no puedo ver esta fea construcción”.

Corran, Beatles, corran

En noviembre de 1963, los Beatles ofrecieron un concierto en el teatro Birmingham Hippodrome. El recinto estaba locamente repleto. Asistieron a tal evento muchos aficionados para ver al legendario grupo, tanto así que la policía apenas podía hacer frente a la multitud exaltada.

Después del concierto, la situación se agravó: una masa rabiosa de estos seguidores acordonó un autobús turístico y se concentró en la puerta, esperando a los músicos. Para los Beatles, abandonar las instalaciones del teatro se convirtió en algo demasiado peligroso. Por lo que, para esconderse de la gente, los ingeniosos músicos recurrieron al truco de disfrazarse. Se pusieron unos cascos de policía y lograron salir desapercibidos del lugar. Incluso pudieron bromear con la situación haciéndose una foto con los agentes de verdad.

La etiqueta es una cosa personal

Napoleón invitó al papa Pío VII a su coronación en la catedral de Notre Dame. Cuando el hombre llegó a la celebración, se suponía que el anfitrión estaba obligado a besar su mano en público, como señal de respeto y reverencia, pero el futuro emperador lo consideraba una humillación. Especialmente, después de haber llevado a cabo numerosos intentos para debilitar la influencia de la Iglesia en su imperio.

Cuando Pío VII asistió a la celebración, Napoleón lo recibió en su carruaje. El futuro emperador invitó al hombre a su interior, y una vez allí, con las cortinas cerradas, besó su mano.

Liane de Pougy vs. La Bella Otero

La bailarina Liane de Pougy y su principal rival, Carolina Otero, fueron invitadas a una cena de gala en el mismo restaurante. A la primera de estas no le gustaba la otra por haber alcanzado rápidamente mucha popularidad y una gran riqueza. La ciudad de París siguió día a día la lucha implícita entre ambas durante mucho tiempo.

De Pougy tramó un plan astuto para derrotar a su rival. Liane decidió volver la principal debilidad de Carolina (las joyas y los atuendos de lujo) contra ella misma. Así, esta se puso un vestido sencillo y sin adornos, pero llevó consigo a una doncella, a la cual vistió exactamente como Otero. Cuando Liane entró en el salón acompañada de su criada, las risitas se extendieron por todo el pasillo, solo que la broma no le resultó nada divertida a Carolina.

La propina generosa de Einstein

Albert Einstein estaba en una habitación del Hotel Imperial de Tokio cuando un mensajero llamó a su puerta. Este le traía la correspondencia. El científico quiso agradecerle al hombre su labor, pero no encontró billetes adecuados en su bolsillo, así que arrancó dos hojas de su cuaderno y en cada una de ellas escribió una nota en alemán. Tras esto, se las entregó al mensajero añadiendo lo siguiente: “Toma estos escritos. Cuando pase un tiempo, se volverán mucho más valiosos que las propinas habituales”.

¿Qué estaba escrito en esas notas? Sencillos secretos sobre la felicidad. La primera decía: “Una vida tranquila y modesta trae más alegría que una búsqueda de éxito ligada a un constante descontento”. En la segunda destacaba la siguiente frase: “Donde hay voluntad, hay un camino”. Décadas más tarde, ambas fueron subastadas por el sobrino del mensajero, y se vendieron por 1,5 millones de USD.

Así retocó Miguel Ángel la nariz de “El David”

En 1502, un oficial de Florencia, Piero Soderini, encargó la escultura del David a Miguel Ángel. Durante una visita al taller del gran escultor, al hombre no le gustó el aspecto del rostro de la estatua, por lo que ordenó hacer su nariz más estrecha y corta. Miguel Ángel no consideró necesario corregir nada, ya que entendía con claridad que esto respondía solo a un capricho de Soderini.

Cuando el cliente volvió para dar el visto bueno a la escultura, Miguel Ángel subió a ella, llevando consigo un raspador y un puñado de polvo de mármol. Fingió que trabajaba con diligencia, pero ni siquiera tocó dicha estatua, sino que arrojó el polvo al suelo, simulando estar inmerso en pleno proceso creativo. Cuando el escultor le mostró a Soderini el resultado, este exclamó: “¡Ahora está mucho mejor!”.

¿Cuánto cuesta el aire hoy?

Alexander von Humboldt exploraba la naturaleza de los gases junto a otro científico, Joseph-Louis Gay-Lussac, en París. Para los experimentos, ambos pidieron que les llevasen tubos de ensayo procedentes de Alemania. En el proceso, descubrieron que tenían que pagar impuestos especiales para recibir esos instrumentos, y que no disponían de suficiente dinero para costear eso. Pero tuvieron el ingenio para salir de la situación e idear un plan que les permitiera evitar los gastos innecesarios.

Los científicos pidieron sellar los tubos y ponerles una etiqueta con la siguiente afirmación: “¡Precaución! Aire alemán”. Para darle mayor veracidad, adjuntaron a ellos una nota aclaratoria que indicaba la localidad de donde los científicos tomaron el aire. Cuando el paquete llegó a la frontera, los funcionarios franceses no pudieron hacer nada porque no existía ningún impuesto al aire. Así que los científicos obtuvieron el material necesario y, además, se ahorraron una buena suma de dinero.

¿No te has olvidado de tus manos?

Alexander Ostuzhev recordó cómo el gran actor italiano Tommaso Salvini logró evitar brillantemente pasar por una situación de vergüenza en público. Se trataba de una producción teatral en la que el actor interpretaba el papel de Otelo. Durante su actuación, notó con horror que había olvidado pintarse las manos de negro. Los espectadores también se dieron cuenta de eso.

Fue necesario entonces inventar algo urgentemente. Durante el intermedio, Salvini pintó sus manos con el color deseado y se puso unos largos guantes blancos. Cuando el actor se subió al escenario, se desprendió con entusiasmo de estos y los arrojó al suelo. Todo pareció ser parte del guion. ¡Bravo, Salvini!

Winston Churchill vs. Bernard Shaw

Nadie sabe aún si esta historia realmente sucedió así o si forma parte de otra leyenda urbana sobre la vida del inigualable Winston Churchill. En cualquier caso, este es un gran ejemplo de una respuesta ingeniosa.

En 1949, Bernard Shaw invitó a Winston al estreno de “Buoyant Billions”.

Shaw dijo: “Le he reservado un par de entradas para el estreno de mi obra. Venga junto a un amigo, si es que lo tiene”. A lo que Churchill respondió: “No puedo asistir a su estreno, pero iré a la siguiente representación, si esta sucede”.

Manual de instrucciones para Marilyn Monroe

Un día, Marilyn Monroe llamó a Jacqueline Kennedy a la Casa Blanca y expresó su intención férrea de convertirse en la primera dama de Estados Unidos tan pronto como eso fuera posible. Kennedy aguantó toda su ira y supo contestar con elegancia a la arrogante Monroe: “Bueno, tome un bolígrafo y apunte”.

Jacqueline enumeró una lista impresionante de citas importantes para la próxima semana y luego le preguntó a Monroe:

J. K.: “¿Habla español y francés?”.

M. M.: “No”.

J. K.: “¿Sabe sobre pintura española del Renacimiento?”.

M. M: “Tampoco”.

J. K.: “Si quiere convertirse la primera dama, aprenda idiomas e historia para el lunes”.

M. M. (confundida): “¿Para qué?”.

J.K.: “Esta pregunta hágasela personalmente al señor Kennedy”.

El silencio reinó en el otro extremo del cable y Jacqueline colgó el teléfono.

En tu opinión, ¿quién de todos los protagonistas de este artículo merece un brillante aplauso por su ingenio? ¿En tu vida también se han producido situaciones vergonzosas de las cuales conseguiste salir victorioso? Comparte tus experiencias y opiniones en los comentarios.

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