10 Errores que solemos cometer con la ropa interior y que dejan marcas más allá de la ropa
Todos los días y en casi todo momento llevamos ropa interior, pero a veces nos olvidamos de la importancia de prestarle atención. La ropa interior que usamos puede influir mucho en nuestro bienestar, y aunque suele estar oculta a la vista de los demás, es mejor no pasar por alto algunas medidas preventivas que nos podrían ayudar a cuidar cada rincón de nuestro cuerpo.
1. El tamaño es importante
Asegurarse de comprar la talla correcta es más importante de lo que parece. Usar ropa interior muy ajustada puede irritar la zona íntima, comprimir el abdomen y traer consecuencias, como reflujo, o disminuir la circulación sanguínea y provocar entumecimiento en los muslos. Es importante que la ropa no deje marcas y que permita la movilidad.
Hacer caso a las señales de nuestro cuerpo ayuda a reducir riesgos que muchas veces no están a simple vista. No se trata solo de una cuestión de comodidad, sino también de salud.
2. Piensa en la tela
Es importante prestar atención a la tela de tu ropa interior. Algunos materiales sintéticos son irritantes, ya que no dejan que la piel respire. De esta forma, se pueden propiciar ambientes de humedad que podrían derivar en infecciones. Los expertos opinan que lo ideal es usar prendas de algodón o procurar que por lo menos la parte de la entrepierna sea de este material.
3. La lavadora no hace todo el trabajo
Los expertos advierten que las bacterias podrían sobrevivir a un ciclo de lavado y además contaminar otras prendas. Lo mejor para evitarlo es lavar la ropa interior con agua caliente para eliminar los microorganismos. Si por alguna razón se debe usar agua fría, lo mejor es mezclarla con un detergente blanqueador.
También es recomendable lavar la ropa interior por separado para evitar la propagación de gérmenes. Además es importante limpiar la lavadora después de cada ciclo para eliminar posibles bacterias restantes.
4. No es necesario oler a flores
Es común querer que la ropa huela bien recién lavada, pero algunos detergentes usan fuertes químicos que podrían resultar irritantes para tu piel, y sobre todo para tu zona íntima. Es mejor evitar usar una gran gama de productos de limpieza para las prendas. Optar por un detergente neutro libre de fragancias reduce las posibilidades de alergias e irritaciones.
5. Uso excesivo de fajas
Está bien querer verse bien, pero muchos productos con esta promesa también podrían provocar daños a la salud. Aunque puede resultar favorecedor para la silueta, usar fajas y ropa íntima que busca moldear el cuerpo no es ideal, sobre todo cuando está demasiado ajustada.
Usar fajas por periodos largos de tiempo puede provocar la compresión de órganos y nervios. Además, podría ser causante de gases e inflamación después de comer, pues el aire dentro del cuerpo tendrá dificultad para salir. Es preferible usarlas poco tiempo durante el día, no dormir con ellas y no buscar tallas apretadas.
6. Sentarse en la ropa interior sudada
Después de hacer ejercicio, es importante procurar no permanecer mucho tiempo con la ropa interior sudada, pues la humedad favorece el cultivo de bacterias. En estos casos, la mejor opción son las prendas con telas de absorción rápida. Además es recomendable cambiar de calzoncillos tan pronto como se termine la actividad física o haya sensación de sudor.
7. No cambiarse diariamente
Usar los mismos calzones por más de un día puede contaminar seriamente tu zona íntima. Además de ser un ambiente propicio para las bacterias, también podría estar contaminado de materia fecal. Esto, además de ser dañino para el cuerpo, podría provocar olores que uno mismo en ocasiones no es capaz de percibir. Es importante no escatimar en reservas de ropa interior limpia y cambiarse diariamente o más de una vez al día de ser necesario.
8. Usar ropa interior para dormir
Por muy lindas que puedan ser las pijamas, podría ser una mejor alternativa no usarlas. Aunque para muchos resulte extraño, dormir libre de ropa podría tener muchos beneficios. De esta manera la temperatura del cuerpo se regula, lo que permite tener mejores ciclos de sueño y un mayor descanso. También es bueno para la piel, pues deja que respiren todas las zonas de tu cuerpo.
9. No los guardes por años
Podemos tener alguna prenda favorita que guardemos por años, pero para la ropa interior debe hacerse una excepción. Aun con todas las medidas de limpieza, después de varios usos y lavados, es mejor reemplazar nuestras piezas. Para las personas más propensas a las infecciones, lo más recomendable es cambiar las prendas viejas por nuevas después de aproximadamente un año de uso.
10. Seca tus prendas al aire libre
Además de las ya mencionadas bacterias que pueden quedarse en los aparatos, secar las prendas frecuentemente a máquina podría desgastar más rápido la tela, cambiar su forma original y su elasticidad, reduciendo su vida útil. Aunque se puede hacer uso ocasionalmente de la secadora automática, lo ideal para la ropa interior es secarla al aire libre.
¿En qué te fijas al adquirir ropa interior?