10 Causas cotidianas que están provocando la caída del cabello en mujeres jóvenes

Mujer
hace 6 horas

¿Cuánto cabello queda en tu cepillo después de peinarte? Después de leer esto, vas a querer prestarle más atención. Según la Universidad de Harvard, en la cabeza humana hay entre 150 000 y 90 000 cabellos; ahora imagina que pierdes 125 cabellos al día: unos 57 305 cabellos al año, lo equivalente a más de la mitad de tu melena. Hablamos de alopecia, y suele ser más asociada con hombres, pero afecta a las mujeres mucho más de lo que se habla. Sigue leyendo, a continuación, exploramos los síntomas, las causas y qué puedes hacer prevenir esta afección a tiempo. Tu melena y tu autoestima te lo agradecerán.

¿Qué tan común es la caída del cabello en mujeres?

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Expertos de Harvard aseguran que cerca de un tercio de las mujeres experimentará una pérdida de cabello significativa en algún momento de sus vidas. En el caso de las mujeres posmenopáusicas, hasta dos tercios presentan adelgazamiento visible o zonas con baja densidad capilar. Así que sí, es mucho más común de lo que parece, y en muchos casos puede afectar profundamente el estado emocional de quien lo vive.

Hablamos de alopecia, y ocurre cuando folículos pilosos, las pequeñas estructuras en el cuero cabelludo responsables de hacer crecer tu cabello, comienzan a encogerse de forma gradual, haciendo que los cabellos se vuelvan más finos, cortos y débiles hasta que dejan de crecer por completo.

Tipos de alopecia en mujeres

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Existen distintos tipos de alopecia, y conocerlos te ayudará a entender mejor qué está pasando en tu cabeza —y, sobre todo, qué puedes hacer al respecto—:

  • Alopecia androgenética o de patrón femenino: Es la más frecuente y la que suele avanzar sin que te des cuenta. El cabello comienza a afinarse, sobre todo en la parte superior de la cabeza y en los costados. No hay entradas marcadas como en los hombres ni zonas calvas evidentes al principio, pero sí un adelgazamiento progresivo que termina por afectar la densidad total de la melena. Este tipo está influenciado por factores hormonales y genéticos.
  • Efluvio anágeno: Este tipo aparece cuando ciertos medicamentos (como los que se usan en quimioterapia) interrumpen de forma abrupta el crecimiento del cabello. Como los folículos están activos y en plena fase de crecimiento, la caída es rápida y notoria. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, el cabello vuelve a crecer una vez finalizado el tratamiento.
  • Efluvio telógeno: Aquí el problema ocurre cuando un número anormal de cabellos entra en la fase final del ciclo capilar (la telógena), es decir, la fase en la que se caen. ¿La causa? Puede ser el estrés, una cirugía, una enfermedad, cambios hormonales fuertes (como el posparto) o incluso una dieta muy restrictiva. Es más común de lo que crees, pero también suele ser reversible una vez que se identifica y se trata el desencadenante.

¿Tienes alguno de estos síntomas?

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En las mujeres, la caída del cabello no siempre se nota de inmediato, hasta que un día te miras al espejo y algo ya no se ve igual. Para ayudarte a identificarlo a tiempo, aquí te dejamos los síntomas más comunes de la alopecia femenina:

  • Adelgazamiento del cabello en la parte superior de la cabeza, especialmente en la zona de la raya.
  • La línea del cabello se mantiene estable, sin retrocesos marcados en la frente (a diferencia de los hombres).
  • La raya del pelo se va ensanchando poco a poco, formando lo que se conoce como el patrón “árbol de Navidad”.
  • No hay picazón ni heridas visibles en el cuero cabelludo, lo que suele diferenciarla de otros problemas capilares.

Hablemos de las causas

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Cuando la pérdida del cabello pasa el límite de lo saludable, las causas están relacionadas con varios factores:

  • La edad: A medida que cumplimos años, es normal que el cabello comience a afinarse. De hecho, después de la menopausia, las probabilidades de perder cabello suben a casi dos tercios. Sin embargo, la caída del cabello también puede aparecer incluso en los 20 o 30 años, sobre todo si hay antecedentes familiares.
  • Las hormonas (en especial el DHT): El culpable hormonal más señalado es el DHT (dihidrotestosterona), una forma de andrógeno que, aunque está presente en pequeñas cantidades en el cuerpo femenino, puede aumentar después de la menopausia. Este desequilibrio puede hacer que los folículos pilosos se encojan, produciendo cabellos cada vez más delgados... hasta que dejan de crecer.
  • La genética: Si tu mamá, papá o abuelos perdieron cabello con el tiempo, hay más probabilidades de que tú también lo experimentes.
  • Infecciones en el cuero cabelludo: Algunas infecciones por hongos —como la tiña— pueden afectar directamente la salud del cuero cabelludo, debilitando los folículos y provocando caída.
  • Peinados muy ajustados: Coletas tirantes, trenzas apretadas o extensiones puede generar alopecia por tracción, que con el tiempo daña el folículo y puede impedir que el pelo vuelva a crecer.
  • Procesos químicos agresivos: El uso frecuente de tintes, alisados, decoloraciones o permanentes puede debilitar la estructura del cabello.
  • Tratamientos médicos o medicamentos: Quimioterapia, radioterapia y ciertos fármacos como los anticoagulantes o los usados para tratar la hipertensión, la depresión o trastornos hormonales.
  • Deficiencias nutricionales: Una dieta baja en hierro o proteínas puede alterar el ciclo de crecimiento del pelo.
  • Eventos de mucho estrés: Cambios grandes en la vida pueden desencadenar una caída repentina de cabello, que a veces ocurre meses después del evento.
  • Problemas de tiroides: Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden afectar el ciclo del cabello.

La buena noticia es que se puede prevenir

Aunque no todos los tipos de alopecia se pueden prevenir, puedes reducir el riesgo de pérdida en gran medida practicando hábitos saludables. La clave está en cuidar el cuerpo desde adentro hacia afuera y prestar atención a las señales que nos va dando el organismo (y el cuero cabelludo).

Una alimentación equilibrada es fundamental. También lo es encontrar maneras de manejar la tensión diaria —ya sea con ejercicio, meditación o simplemente teniendo momentos de pausa— puede marcar una gran diferencia.

Si tienes un diagnóstico de trastornos de la tiroides, seguir el tratamiento indicado es esencial; y si sospechas que algo no está bien, consultar con un especialista cuanto antes puede ayudarte a frenar el problema a tiempo. Dale al cabello espacio para respirar y evita estilos de peinados que generen demasiada tensión en el cuero cabelludo.

Y si estás por atravesar un tratamiento como la quimioterapia, la gorra fría, también conocida como cooling cap, podría ser una opción. Este dispositivo enfría el cuero cabelludo durante la sesión para reducir el impacto de los medicamentos en los folículos. No es infalible, pero en algunos casos ha dado buenos resultados. Hablarlo con tu equipo médico es un primer paso.

Atravesar la caída del cabello no es fácil, es especial cuando llega antes de lo esperado. Si estás pasando por eso, no tienes por qué hacerlo sola. No dudes en buscar ayuda profesional para afrontar la situación de forma informada y acompañada. Y si te nace, siéntete libre de compartir en los comentarios cómo ha sido tu experiencia. Tu historia puede ayudar a otras mujeres que están viviendo lo mismo.

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