10 Signos de que eres una persona mentalmente fuerte

Psicología
hace 2 años

Por mucho tiempo han existido creencias de que algunas cosas, como ser amables o mostrar nuestros sentimientos, nos convierten en personas débiles. Crecimos con esos mitos y, sin querer, los integramos a nuestra vida como si fueran reales. Pero, sin duda, estas creencias adquiridas pueden llegar a ser más contraproducentes que buenas.

En Genial.guru reconocemos que la fortaleza mental se encuentra en las pequeñas acciones genuinamente humanas, por lo que te compartiremos estos 10 signos que en realidad dicen cosas muy bellas sobre ti.

1. Ser gentil

La amabilidad es un gesto que a menudo se confunde con debilidad, pero en realidad es todo lo contrario. Ser amable implica sobreponerse a las dificultades y estar dispuesto a apoyar a otros, a pesar de todo. Incluso si la otra persona no necesita ayuda, y ello implique que no la acepte, alguien amable está dispuesto a asumir esos riesgos.

Contrario a lo que muchos piensan, ser amable es signo de fortaleza. Ser gentil implica que eres capaz de apoyar a los demás, y eso siempre se agradece.

2. Pedir ayuda

Anteriormente se creía que asistir a terapia psicológica era para personas débiles, y que alguien fuerte debía poder solo con todo. En cambio, hoy sabemos que buscar ayuda profesional es señal de fortaleza, ya que no todos están dispuestos a trabajar en ellos mismos para ser mejores personas.

Aunque la psicoterapia no es el único ámbito donde pedir ayuda es señal de fortaleza. Tal vez, antes de tomar la decisión de asistir con un psicólogo, acercarse a los amigos y la familia puede ser una señal de que se va por buen camino. Solicitar ayuda no es un signo de debilidad. Por el contrario, solo alguien valiente se atreve a pedirla.

3. Tener dificultades

Piensa en el ejercicio físico: a veces, trabajar un músculo implica dolor. Desarrollarlo conlleva un poco de molestia. Pero los resultados son asombrosos. Lo mismo pasa con las emociones y los sentimientos, o algunas emociones incómodas. En ocasiones, los momentos difíciles pueden parecernos muy largos y desanimarnos, pero al igual que con el ejercicio, en la medida en que podamos sobreponernos a ellos, finalmente habremos crecido como personas.

Debemos entender que una vida sana no implica algo libre de dolor o incomodidad. La vida está llena de esos momentos y emociones. Pero aprender a convivir y a salir de ellos, sin negarlos u ocultarlos, es una señal de fortaleza. Creer que todo irá siempre bien es falso. La vida está llena de emociones incómodas, pero aceptarlas nos hará fuertes.

4. Cambiar de opinión

A veces creemos que tomar una decisión o habernos familiarizado con algún punto de vista implica que no debemos cambiarlo por nada del mundo, porque hacerlo nos haría contradictorios, incongruentes o débiles. Pero cambiar de opinión puede significar que estás dispuesto a aprender y a escuchar otras ideas.

En una era en la que cada vez es más común desacreditar la opinión de otro, atreverse a escuchar y quizá a modificar nuestra propia percepción no es señal de debilidad; al contrario, indica que somos capaces de escuchar al otro y de crecer como personas. Es de sabios cambiar de opinión.

5. Reconocer tus debilidades

Aunque por mucho tiempo hemos creído que reconocer nuestras debilidades es señal de poca fortaleza, la verdad es que no es igual ser sinceros que menospreciarnos. Reconocer que no somos buenos en algo o que no lo sabemos todo nos da la posibilidad de trabajar en ello para ser mejores.

Reconocer que nos falta trabajar en algo no nos hace peores. Nos empuja a no dejar ese cabo suelto. Quizá no podamos erradicar nuestras debilidades, pero sí podemos trabajar en ellas. Y eso es un signo de fortaleza, porque es algo que no cualquiera está dispuesto a hacer. Implica mucha fuerza y valentía.

6. Ser paciente

En una era en la que todo es inmediato, tanto en el trabajo como en la escuela, o incluso con amigos y familiares, desarrollar paciencia puede ser una señal de mucha fortaleza. Esta es una gran aliada para enfrentar al mundo y sus dificultades.

Piensa en las veces en que has logrado objetivos que parecían inalcanzables, por ejemplo, salir de una deuda, hacer ejercicio o alcanzar alguna meta. Muchas veces, ello requiere tiempo. Ser paciente ayuda a conseguir fuerza para seguir adelante y conseguir lo que nos proponemos.

7. Estar mal

Al igual que con las emociones incómodas o con los cambios de opinión, sería bueno que aprendiéramos que no siempre estaremos bien. O sea, no siempre nos sentiremos plenos y contentos, así como tampoco tendremos siempre todas las respuestas. Pensar de ese modo es poco realista.

La verdad es que muchas veces nos equivocamos, no siempre lo sabemos todo, y en ocasiones experimentamos emociones incómodas, pero cometer errores y equivocarnos muchas veces nos hace mejores. Significa que estamos aprendiendo, y aprender es un claro signo de fortaleza.

8. Expresar tus emociones

No siempre es fácil decir cómo nos sentimos. Una de las razones por las cuales nos cuesta mucho trabajo es porque no siempre es fácil reconocer cómo estamos. A veces confundimos la tristeza con el enojo, por ejemplo. Pero dedicarse a comprender cómo nos sentimos nos acerca a crecer emocionalmente.

Poder definir las sensaciones que experimentamos, como “me siento triste”, “estoy molesto”, etcétera, es un signo de fortaleza, ya que no es una tarea sencilla y requiere de mucha entereza.

9. Tomar distancia

Es una creencia común que quedarnos en un lugar que no nos gusta es señal de fuerza, ya que estamos intentando demostrar que no nos afecta. Esto se puede aplicar a trabajos o relaciones de amistad, pareja o familiares. Nos han enseñado que aguantar y soportar es señal de madurez, pero esto no es así.

Es sano alejarnos de los lugares que nos hacen sentir incómodos. La verdad es que no tenemos por qué aguantar malos tratos solo por intentar demostrar que no nos incomodan. Siempre es más valiente y requiere mayor fortaleza ponernos a nosotros primero, antes que a los demás.

10. Mostrar empatía y compasión

La empatía y la compasión suelen asociarse con debilidad, ya que se las confunde con la lástima. Pero ser compasivo no exige estar siempre de acuerdo con los demás. En cambio, implica aprender a entender cómo se siente el otro, cómo piensa y actúa. Requiere abrirse al otro, y ello exige un gran valor.

La compasión implica que una vez que entendemos a los demás, podemos comprender las batallas que están librando o por qué actúan como lo hacen, y lejos de juzgarlos, entenderlos. Esto nos ayuda a crecer a nosotros y a los demás.

Bono: Tips para desarrollar tu fortaleza mental

Nunca olvides que una cosa necesaria para crecer y lidiar con las dificultades de la vida es acudir a un profesional de la salud mental, pero poner en marcha estos consejos podrían comenzar la transformación hacia una vida mucho más equilibrada:

  • Escribir un diario de gratitud, en el cual agradezcas por todo lo aprendido, incluso por lo que ha costado trabajo o ha sido incómodo.
  • Hablar contigo como si fueras un viejo amigo, alguien con quien te sientes y tienes mucha confianza.
  • Reconocer tus sentimientos y enunciarlos: me siento triste, contento, enojado o feliz, etc.

¿Qué otras actitudes crees que definen a una persona mentalmente fuerte?

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