12 Historias de papás que podrían formar parte de una telenovela en horario estelar

hace 1 mes

La paternidad es un viaje en constante evolución, lleno de retos, sacrificios y amor sin límites. No hay dos días iguales y, a veces, las experiencias y los momentos inesperados que conlleva ser padre son tan extraordinarios que podrían servir de inspiración perfecta para una película.

Mi hija, de 7 años, llegó a casa llorando. La profesora le dijo: “¡Tu padre debe arrepentirse de haberte tenido!”. Yo estaba furioso. Fui a enfrentarme a esa mujer.
Me miró tranquilamente y me preguntó: “Señor, ¿ha visto lo que ha escrito sobre usted? ¿Ha mirado siquiera en el bolso de su hija?”. Me quedé helado cuando me enseñó un papel arrugado con la letra de mi hija. Las palabras “Odio a mi papá” estaban garabateadas cientos de veces.
La maestra me explicó que eso era todo lo que mi hija hacía en clase. Aquella noche abrí su mochila y me quedé helado cuando encontré una carpeta llena de páginas en las que había escrito que me odiaba a mí, a su madre y a sus hermanos.
Me sentí fatal. Mi esposa y yo queremos mucho a nuestra hija y siempre hemos sido unos padres entregados. Preocupados, la llevamos a un psicólogo. Después de unas cuantas sesiones, el psicólogo nos aseguró que no había nada de qué preocuparse: nuestra hija era simplemente un alma creativa que necesitaba una válvula de escape para sus emociones.
Siguiendo el consejo del psicólogo, la apuntamos a clases de pintura, y prosperó. Hoy estudia Arte en la universidad y nuestro vínculo es más fuerte que nunca. Lo que antes temíamos que fueran problemas profundos resultó ser una expresión de su profundidad artística y emocional.

A los 8 meses de embarazo, descubrí que mi esposo me engañaba. Mi madre me dijo que no podía dejarlo, que tenía que pensar en mi hijo. Así que me quedé.
El día del parto, yo no paraba de llorar. Mi padre vino al hospital y me dijo: “Nunca volverás a llorar. Tu nueva vida empieza hoy”. Al principio, no entendí lo que quería decir. Pero entonces me enseñó la llave de un departamento que había alquilado para mí y mi recién nacido.
Me dijo que ya había hablado con un abogado especializado en divorcios y que podía visitarle cuando estuviera lista. Sentí un gran alivio. Sabía que no quería pasar mi vida con un hombre infiel, y saber que mi padre me apoyaba fue el mejor regalo que pude haber recibido. No era un hombre rico, lo que hizo que su sacrificio fuera aún más significativo.

Cuando era estudiante de primer año en la escuela secundaria, tenía la manía de leer libros en clase en lugar de prestar atención. En la Noche de Padres y Maestros, mi papá fue a las conferencias con mi mamá, y cuando hablé con mi maestra de estudios sociales, ella mencionó que le gustaría que yo ya no leyera en clase. Él respondió: “Bueno, tal vez si tu clase fuera más interesante, dejaría de leer”.
Mi padre dejó de ir a la Noche de Padres y Maestros después de eso. © dewey-defeats-truman / Reddit

Cuando mi madre estaba embarazada, encontró pintalabios rojo en el cuello de mi padre. No dijo nada. Un par de días después, le encontró marcas de base de maquillaje en la mano y se peleó con él. Él confesó que asiste a cursos de maquillaje, tras lo cual mi madre se asustó aún más, como ¡¿cómo se puede mentir tan descaradamente?
En lugar de excusas, ¡mi padre me llamó y me maquilló de manera más cool! Entonces papá demostró su punto y dijo: “Tengo una hija mayor, una hija de 6 años y una tercera que está por nacer. ¡Tengo que ser un buen padre para ellas y poder hacer todo!”. © Ward #6 / VK

Cuando tenía 12 años, puse en broma “nitrógeno líquido” en mi lista de Navidad. La mañana de Navidad, mi padre me lleva al coche, abre el maletero y, he aquí, un bidón de 10 galones de LN2.
Pasamos las dos semanas siguientes congelando cosas al azar. Sin duda, fue lo más cool que hizo en su vida, literal y figuradamente. © aeflash / Reddit

Mi padre trabajaba desde casa en una época en la que no se trabajaba desde casa. Era vendedor de equipos industriales y su territorio abarcaba tres estados. Era literalmente el único empleado de la empresa en 800 km a la redonda.
Tenía problemas en la escuela, y esta no quería ocuparse de ello porque, ¿cuándo se han preocupado de que un alumno sea maltratado?
Al final, mi padre subió lo suficiente en la cadena para hablar con alguien del distrito, pero esa persona seguía esquivándolo. Concertaba una cita, llegaba y, según la secretaria, el administrador tenía que irse antes para ocuparse de otra cosa.
Una vez es mala suerte, dos es casualidad, pero tres es acción enemiga.
Así que mi padre reunió un montón de trabajo que podía hacer en su coche, esperó a que el administrador llegara a su plaza de aparcamiento por la mañana y... lo bloqueó. Mi padre se comunicó con la secretaria y le dijo que esperaría en su coche hasta que regresara el administrador, indicándole cuál era su vehículo. Y así estuvo sentado en su coche desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Y por fin pudo reunirse con el administrador porque, sorpresa, no estaba fuera de la oficina atendiendo una emergencia. © Astramancer_ / Reddit

Mi padre es ingeniero de automoción. Cuando estaba en la escuela primaria, hubo un concurso de disfraces de Halloween. Me hizo un disfraz de robot totalmente funcional con materiales de desecho de su garaje. Tenía botones, luces y de todo. Gané el concurso. © Unknown author / Reddit

Iba a la escuela a unas cuatro horas de casa. Llevaba saliendo con esta chica unos dos años cuando descubrí que me había estado engañando durante las últimas semanas. Terminé la relación y conté lo sucedido a mis amigos y a mi familia.
Llamé a mi padre y me preguntó si podía hacer algo. Como era un estudiante sin blanca, le dije que adoro buena comida. Me dijo que estaba ocupado, pero que comprobara mi cuenta después de clase porque me iba a enviar algo de dinero.
Pasaron cuatro horas y llamaron a mi puerta: era mi padre, que quería invitarme a cenar. Si puedo ser la mitad de padre que él, mis hijos estarán bien. © Philbo_andthe_Ents / Reddit

Cuando cumplía 10 años, mi padre me regaló uno de mis cumpleaños más memorables. Me despertó a las 8 de la mañana de un día de escuela y me dijo que no tenía que ir al colegio y que me pusiera ropa normal. Nos subimos a su camioneta y me llevó a desayunar al McDonald’s.
Luego nos detuvimos en la pista de hockey local; resulta que había alquilado la pista por una hora. Jugamos juntos, él y yo solos. Pero el día aún no había terminado. Cuando volvimos a la camioneta, puso su casete de Boston y empezó a conducir. Una hora más tarde, llegamos a un lago helado. Puso la camioneta en 4×4 y se adentró en el hielo.
Nos detuvimos al cabo de unos minutos y bajamos del vehículo. Yo estaba muy confuso. Sacó un taladro gigante de la parte trasera y empezó a perforar el hielo. Aquella tarde me enseñó a pescar en el hielo. Estuvimos allí sentados durante horas, pescando unos cuantos peces, comiendo un almuerzo para llevar y escuchando la radio.
Sorprendentemente, aún no había terminado el día. De camino a casa, me preguntó si quería ver jugar a los Oilers esa noche. Dije “sí” sin pensármelo mucho; supuse que veríamos el partido por la tele, como siempre. Pero un rato después, llegamos al Coliseum y, sorprendentemente, había conseguido entradas. Era mi primer partido de la NHL.
Aquel fue, con diferencia, uno de los mejores días de mi vida, y me encantaría poder revivirlo. © LuckyCanuck13 / Reddit

Mi padre es obrero de la construcción y solo ha estudiado hasta sexto de primaria. Conduce una excavadora y lo ha hecho durante toda mi vida: se levanta a las 4 de la mañana, vuelve a casa a las 5 de la tarde y se duerme a las 9. Nunca se ocupó de criarnos (soy la menor de 8 hermanos), aunque solo fuera porque estaba demasiado cansado.
Cuando yo tenía unos 12 años, Madonna estaba de moda y todas las chicas llevaban esas pulseras negras de goma. Mis hermanas y yo las deseábamos con todas nuestras fuerzas, pero nunca podíamos permitírnoslas.
Un día, mi padre llegó a casa con un montón de juntas tóricas que había tomado del mecánico, de todos los tamaños, para que las usáramos como pulseras. Estaban cubiertas de aceite y la mayoría eran demasiado pequeñas para que nos cupieran en la muñeca, pero fue TAN DULCE por su parte que nos las pusimos hasta que las manos se nos pusieron azules (y negras de aceite) y desfilamos orgullosas por el barrio. © MrsMudskipper / Reddit

Me obligaron a ir a un campamento de verano cuando estaba en 4.º curso. Me sentí miserable todo el tiempo. No fui feliz allí ni una sola vez. No tenía ninguna habilidad atlética en ese momento. Odiaba a los niños. Odiaba la organización de nuestras actividades diarias.
De todos modos, a pesar de que escribí innumerables cartas a mis padres sobre cómo quería irme a casa y lloraba todo el día y toda la noche, nunca me respondieron porque el director del campamento les dijo que estaba bien y que empeoraría las cosas si me comunicaba con ellos.
Durante la última semana del campamento, caminaba sin rumbo por el campo de softball cuando vi una figura a lo lejos. Tardé un momento en darme cuenta de que era mi padre. Venía a rescatarme.
Corrí hacia él lo más rápido que pude y le di un abrazo. Los dos lloramos. Condujo siete horas para venir a buscarme, solo para darse la vuelta y conducir hasta su casa. © gayguy / Reddit

Cuando estaba en tercer curso, estaba sentado en clase cuando me llamaron al despacho del director. Me preocupé porque eso nunca pasaba.
Cuando llegué, mi padre estaba en el despacho. Fue un gran acontecimiento porque casi nunca podía verlo. Trabajaba de noche, 6 o 7 días a la semana, para que pudiéramos salir adelante.
Les dijo a los de la escuela que había una emergencia en la familia, no grave, pero que no habría nadie para llevarme a casa, así que tenía que recogerme ahora.
Firmo por mí y nos dirigimos al coche. Le pregunté qué pasaba y me respondió: “Juegan los Mets y sería un pecado desperdiciar estas entradas”. Entonces me dio una entrada, metió la mano en el coche y sacó mi primera camiseta de los Mets y un guante de béisbol nuevo. © ADIDAS247 / Reddit