12 Maestros que demostraron estar ahí cuando más se les necesitaba

Gente
hace 9 horas

Nuestros maestros juegan un papel muy importante en nuestras vidas. A menudo tienen un gran impacto en nuestra forma de pensar, en nuestro comportamiento y en nuestro crecimiento personal. Algunos incluso van más allá de sus obligaciones y se quedan a nuestro lado cuando más los necesitamos, como lo hicieron los siguientes maestros en estas historias.

  • Yo era un niño bastante raro en la secundaria. Me gustaba el metal, estaba súper hormonal y solía expresar mis emociones sin filtros.
    Cuando la escuela se enteró de que tocaba la guitarra y amaba la música, me pusieron en contacto con un profesor nuevo que también era muy bueno con la guitarra. Él pasaba tiempo conmigo, me mantenía ocupado, me mostraba música nueva, salíamos a comer, me enseñaba técnicas, efectos de pedal, etc.
    Gracias a él, no solo adopté una actitud más positiva y amable, con una mente más abierta hacia distintos estilos musicales, sino que también llevé muchas de sus enseñanzas a mis futuras bandas de metal. Le agradezco por haber pasado tiempo con un niño como yo. © obeythegiant / Reddit
  • Durante primero y segundo año de preparatoria, tuve al mismo maestro de historia. Era un hombre muy alto, callado y, me atrevería a decir, un tanto misterioso.
    Fue el primer maestro que tuve que hablaba de forma objetiva, nunca nos decía su opinión sobre los temas (a menos que insistiéramos mucho y fuera algo sin mucha importancia). Siempre trataba de hacernos formar nuestros propios puntos de vista y evitaba que cayéramos en el hábito de hacer las cosas solo para complacerlo.
    Si estabas pasando un mal día, emocionalmente agotado o con algún problema, te dejaba sentarte al fondo del salón, en un espacio que él mismo había destinado para eso, y nunca te obligaba a participar ni se molestaba si ponías la cabeza sobre la banca. © tierneymichele / Reddit
  • Un día, mientras daba clase de matemáticas, nuestra maestra de pronto se detuvo. Caminó rápidamente hacia el escritorio de una compañera y le arrebató algo: “¿¡Qué es esto!?”
    Cuando vi lo que tenía en las manos, me quedé impactado y rompí en llanto. ¿Cómo se atrevía a robar el dibujo de mi mamá difunta? ¡Yo creía que éramos amigas!
    Pero entonces, la maestra me devolvió el dibujo con mucho cuidado. Sabía que era mío, lo había visto en mi escritorio todos los días. Ese momento se quedó grabado en mi corazón. Fue mucho más que recuperar un dibujo.
    Me demostró que ella notaba las cosas silenciosas, el duelo que no se dice, los pequeños tesoros a los que nos aferramos. No dijo mucho, pero en ese instante, me sentí aliviada. Aún la recuerdo, no solo como maestra, sino como alguien que realmente se preocupaba.
  • Tengo recuerdos muy firmes de varios maestros de ciencias que amaban tanto su materia que se quedaban después de clase para explicarnos cosas y hablar sobre temas científicos que me fascinaban tanto. Fue por eso que decidí estudiar Bioquímica.
    Y sí, me gradué con un título en Bioquímica y hasta obtuve una especialidad en Química, todo gracias a esos maestros. © campbellsco / Reddit
  • En esos tiempos, yo era uno de esos chicos skaters que preferían andar en patineta que estar atrapados en una clase que no les interesaba. Me creía muy cool.
    Cuando empecé segundo año, vi que me había “tocado” con la maestra de historia más difícil y estricta de toda la escuela. Me quedé sorprendido y estaba convencido de que iba a reprobar.
    Si faltaba un día, ella me ofrecía quedarme después de clase para dictarme sus larguísimas notas... ¡de memoria! Al principio lo encontraba molesto. ¿Por qué iba a esforzarme en una clase que ni me gustaba?
    Entonces llegó el primer examen. Lo hice, y ¡vaya que estaba difícil!
    Cuando nos devolvió los exámenes la semana siguiente, me entregó el mío y me dijo: “Puedes hacerlo mejor.”
    Volteé la hoja... ¡y tenía un 10! La maestra, que se suponía era la más dura de la escuela, me guiñó un ojo, me sonrió, me dio una palmada en la espalda y se rio con una alegría que nunca olvidaré.
    Ella me puso en el camino del esfuerzo y la excelencia. Todo gracias a que dedicó unas horas más de su tiempo y me dio un empujoncito. © RoyalSilver / Reddit
  • Estaba en cuarto grado y acababa de mudarme de Indiana al norte del estado de Nueva York. Fue el peor cambio de escuela que viví.
    Pasé de una escuela privada a una pública, completamente distinta. Los compañeros eran terribles, y lo único que me hacía ilusión era mi maestra. Era increíble.
    Me enseñó qué cosas hacían los niños en esa zona.
    Me apoyó cuando mi papá estuvo en coma durante un año. Ella consiguió que mi hermana mayor y yo fuéramos a un campamento de verano totalmente gratis. Ese campamento costaba unos 400 dólares por niño.
    En casa estábamos pasando por un momento muy difícil, y ella movió cielo y tierra por nosotras. © MrsBlackSpinach / Reddit
  • Oh, qué año... Onceavo grado, clase de Inglés avanzado. Nunca encajé del todo con mis compañeros. Yo era esa chica “súper callada, incómodamente rara, con el cabello teñido” que se sentaba en una esquina del salón y siempre sacaba buenas calificaciones. Pero tuve un maestro que realmente se preocupaba. Le importaba enseñar, le importaban sus alumnos. Hoy, años después, seguimos reuniéndonos para tomar café y hablar sobre lo que estamos escribiendo. Jamás olvidaré el lazo que nos une. Es algo único. El hecho de que se haga un espacio entre el trabajo, su esposa y sus hijos solo para asegurarse de que estoy bien y sigo escribiendo... eso, sinceramente, me sostiene. ¡Gracias, Sr. Curet! © DearDeanna4 / Reddit
  • Mi tercer año de preparatoria fue increíblemente difícil. La tercera clase del día era Ciencias Ambientales con el Sr. Torrence. Realmente disfrutaba su clase; era como un lugar seguro.
    Un viernes, pasé gran parte del día llorando. Lágrimas silenciosas, de esas que nadie nota o todos ignoran. El Sr. Torrence repartía una hoja de trabajo, y la mía tenía un pequeño post-it.
    En él solo había una carita feliz dibujada. Dejé de llorar por un momento, completé mi hoja en silencio y aprendí cómo funcionan las plantas de tratamiento de agua.
    Al final de la clase, el Sr. Torrence me pidió que me quedara un momento. Me dio un gran abrazo y me dijo que, fuera lo que fuera, todo iba a estar bien. Lloré el resto del día, pero esta vez de emoción, porque alguien me había visto, porque mi dolor fue notado. © disclaimer_necessary / Reddit
  • El Sr. Morris, mi maestro de física en la preparatoria, estaba increíblemente apasionado por la materia, y logró contagiarme ese entusiasmo. Lo tuve en tercer año, pero fue la razón por la que logré terminar el cuarto.
    Aunque ya no estaba en su clase, siempre se daba tiempo para mí: me escuchaba, me ayudaba a ver mi potencial como física y como persona.
    Yo atravesaba muchos problemas de salud, y él siempre estaba dispuesto a escucharme y darme consejos, a pesar de que su propia hija también estaba entrando y saliendo del mismo hospital, y ella estaba mucho peor que yo.
    Todos los días terminaban con él recordándome que debía seguir sonriendo. Estoy segura de que no habría logrado graduarme sin su apoyo.
    Ahora que me estoy preparando para comenzar mi propia carrera como profesora de física este otoño, solo espero poder tener aunque sea una mínima parte del impacto que él tuvo en mí. © soxfan91 / Reddit
  • Tuve una maestra en tercer grado, la Sra. Gize, que de alguna forma vio un potencial escondido en mí. Antes de estar en su clase, tenía problemas para leer y con las matemáticas básicas. Era tímida, callada y estaba en riesgo de repetir el año.
    Mi memoria es algo borrosa, pero ella vio que podía lograr más.
    Me inscribió en el programa GATE (para alumnos con habilidades avanzadas). Me abrió la mente, y de repente estaba leyendo por encima del promedio, dominando las tablas de multiplicar y alcanzando a los mejores estudiantes del salón.
    A pesar de los años, sigo recordando con cariño la influencia que tuvo en mí. Cambió el rumbo de mi vida para siempre. © Brain124 / Reddit
  • En mi último año de preparatoria, mis padres me dijeron que no podrían pagar la universidad de mis sueños. Como la adolescente emocional que era, lloré toda la noche. Al día siguiente, me veía fatal: los ojos rojos e hinchados.
    Estaba en mi casillero después de clases cuando mi profesor de literatura inglesa se acercó, dejó dos caramelos Starburst sobre el casillero y solo me dijo:
    “Hey, todo va a estar bien, te lo prometo.”
    Era un gran maestro, pero lo que más nos gustaba de él era que realmente le importábamos como personas. © andsuddenlybadgers / Reddit
  • Quinto grado. El Sr. Taguchi fue el primero en tomarse el tiempo para hablar conmigo y ayudarme con la tarea. Descubrió que la razón por la que no hacía mis deberes era porque no tenía un lugar donde estudiar ni alguien que me ayudara.
    No es que no tuviera casa, pero mis papás trabajaban mucho y mis hermanos estaban más interesados en salir de fiesta con sus amigos. Casi nunca tenía apoyo, ni siquiera un rincón tranquilo para estudiar.
    Él empezó a quedarse después de clases solo para darme un espacio donde pudiera hacer mi tarea. Eso me ayudó muchísimo. © silentpower / Reddit

Es realmente conmovedor conocer estas historias de maestros y las cosas tan desinteresadas que han hecho por sus alumnos para hacerles la vida un poco más feliz.
Si quieres leer más historias sobre personas que ayudaron a completos desconocidos, no te pierdas nuestro siguiente artículo: 15 Veces en las que alguien decidió ponerse la capa de superhéroe por un extraño

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