13 Historias de secretos familiares que nadie esperaba descubrir

La menopausia es una parte natural del envejecimiento, que suele producirse entre los 45 y los 55 años, pero los primeros signos, conocidos como perimenopausia, pueden empezar antes. Saber qué esperar puede marcar una gran diferencia en la forma de gestionar tu salud y comodidad durante esta transición.
He aquí 12 signos tempranos de la menopausia que debes tener en cuenta, con enlaces a fuentes fiables debajo de cada punto.
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Durante la transición a la menopausia, tu cuerpo puede experimentar una mezcla de cambios sutiles y perceptibles. Uno de los más comunes es la menstruación irregular. Como la ovulación es menos constante, el intervalo entre menstruaciones puede variar: a veces es más corto, a veces más largo. El flujo menstrual también puede variar, de ligero a abundante, y no es raro que se salte alguna regla.
La edad típica de la menopausia oscila entre los 42 y los 58 años. Para algunas mujeres, los 35 años marcan el ecuador de su etapa reproductiva; para otras, es ya el final. Por ejemplo, Angelina Jolie dijo en una entrevista que experimentó la menopausia a los 39 años (un efecto secundario de la operación de ovarios), lo que se considera una edad temprana. En cambio, la actriz Susan Sarandon llegó a la menopausia a los 54 años.
Como muchos otros síntomas de la menopausia, el ardor de boca puede estar relacionado con un descenso de los niveles de estrógenos. Este cambio hormonal también puede provocar otras alteraciones bucales, como sequedad o cambios en el sentido del gusto y el olfato. Sin embargo, el ardor de boca no siempre está relacionado con las hormonas; también puede deberse a otros problemas de salud o a factores del estilo de vida que afectan a la salud bucal, como las infecciones bucales.
Durante la perimenopausia y la menopausia, los cambios hormonales pueden afectar al funcionamiento de los nervios y provocar sensaciones cutáneas inusuales. Algunas mujeres experimentan entumecimiento, hormigueo, pinchazos, picor o incluso una sensación de arrastre en la piel, una sensación conocida como formicación. Estos síntomas suelen estar relacionados con el descenso de los niveles de estrógeno que se produce durante este periodo.
Muchas mujeres dicen experimentar sensaciones de descarga eléctrica durante la menopausia, a veces por sí solas o como señal de alarma justo antes de un sofoco. Dado que el cuerpo depende de los impulsos eléctricos para enviar señales a través del sistema nervioso, los cambios hormonales que se producen durante la menopausia pueden alterar estas señales, provocando sensaciones extrañas o inesperadas.
Oleadas repentinas de calor, especialmente en la cara o el pecho, a menudo seguidas de sudoración o escalofríos.
Durante la menopausia, los niveles de la hormona andrógeno disminuyen, lo que puede afectar a las glándulas meibomianas y lagrimales de los párpados. Estas glándulas se encargan de producir los aceites y fluidos que mantienen lubricados los ojos. Cuando su función se ve alterada, los párpados pueden inflamarse, lo que reduce la producción de lágrimas y empeora su calidad, provocando en última instancia sequedad ocular.
A medida que disminuyen los niveles de estrógeno durante la menopausia, muchas mujeres experimentan cambios relacionados con el estado de ánimo, como irritabilidad, fatiga, ansiedad y trastornos del sueño, que pueden influir en su bienestar emocional general. Los cambios hormonales también pueden afectar a sustancias químicas cerebrales como la serotonina y la norepinefrina, que desempeñan un papel clave en la regulación del estado de ánimo y están relacionadas con la depresión.
La menopausia desencadena cambios hormonales -especialmente una disminución de los estrógenos- que pueden alterar el olor corporal. Esto suele deberse a un aumento de la transpiración y a cambios en la composición del sudor, que pueden atraer más fácilmente a las bacterias productoras de olores.
La reducción de los niveles de estrógenos puede provocar sequedad vaginal, picor o molestias.
La menopausia comienza oficialmente un año después de la última menstruación y suele provocar cambios notables en la piel y el cabello. A medida que disminuyen los niveles hormonales, la piel puede volverse más seca, más fina y menos firme.
También puedes notar un aumento del vello facial y una disminución del cabello. ¿La buena noticia? Con los cuidados y la atención adecuados, muchos de estos cambios pueden controlarse y minimizarse.
La pérdida de memoria asociada a la menopausia suele denominarse “niebla cerebral”. Puede que te resulte más difícil concentrarte en el trabajo, seguir el argumento de una película o recordar los nombres de las personas. Incluso las tareas cotidianas, como recordar dónde te has dejado las llaves, pueden resultar más frustrantes de lo habitual.
La menopausia es una fase natural de la vida y, aunque conlleva cambios, también abre la puerta a un nuevo capítulo de autoconocimiento y empoderamiento. Con el conocimiento, el apoyo y el cuidado adecuados, puedes atravesar esta transición con confianza y gracia.