15 Historias reales que nos dieron más escalofríos que las películas de terror

A muchos de nosotros nos gusta jugar con nuestros nervios viendo películas de terror o leyendo thrillers. Sin embargo, algunos se enfrentan con cosas místicas en la vida real. Quizás exista una explicación lógica para estos casos, pero eso no los hace menos atemorizantes.

A Genial.guru de verdad le dieron escalofríos mientras leía estas 15 historias, por ello te ofrecemos una dosis de adrenalina a ti también.

• Cuando tenía 10 años, mis abuelos vivían con nosotros porque su departamento se estaba renovando. Se quedaron en mi habitación y todas sus pertenencias estaban allí, incluyendo una caja con joyas de oro. Una vez, cuando se iba a trabajar por la mañana, mi abuela vio que la caja estaba vacía. Hubo un pánico tremendo, hasta me culparon a mí, ya que en casa no había nadie más que los de la familia. Ocho años después, cuando estábamos renovando nuestro departamento, las joyas se encontraron debajo del zócalo detrás de un armario enorme. Hasta el día hoy no podemos entender cómo llegaron allí. © Oídoporahí / Ideer
• Me desperté por la mañana, fui al armario y noté unas huellas de manos infantiles en el espejo. Pero vivo sola y no he tenido visitas de niños. Me asusté en serio y borré las huellas, pero primero les tomé una foto. © hxnnxhrxhn / Reddit

• Mis padres se habían ido, una amiga se quedó a dormir en mi casa. Aproximadamente a las 3 de la mañana, ella estaba durmiendo desde hacía bastante tiempo, cuando de repente se sentó muy rápido y pronunció mi nombre en voz baja. Después se volvió a dormir. Fue horripilante. © Pingvin*** / Twitter
• Trabajé como guardia de seguridad en una escuela, las obligaciones eran regulares: asegurarme de que los niños no corrieran demasiado durante los recreos y por la noche recorrer los 3 pisos de la escuela. Los guardias debían sentarse en una pequeña cabina hecha de vidrio y madera cerca de la entrada del edificio. Entonces, estaba sentado por la noche en la cabina y se escuchó un ruido terrible en toda la escuela. Era una sensación como si golpearan la pared con una barra de hierro muy cerca de mí. Y el ruido se iba acercando poco a poco a mi cabina. A unos 5 metros antes de llegar a mí, el ruido se detuvo. En el siguiente turno, esos ruidos se repitieron. Y al día siguiente me enteré de que mi reemplazo renunció porque alguien había tocado la puerta de vidrio de la cabina de seguridad. Era de noche y no había nadie detrás de la puerta. © korgon2001 / Pikabu
• Anoche tuve un sueño: mi madre me estaba besando. Parecía tan real que me desperté. Miré el reloj: 12:40 a. m. ¡Vaya! Fue justo la hora en la que nací hace 52 años. ¿Cómo puede ser? © VikChek / Twitter

• A menudo, cuando entro al edificio, las puertas del elevador se abren solas. Y siempre después de eso, se detiene en el sexto piso, abre las puertas, como si dejara salir a alguien, y después sigue hasta mi piso. Cada vez digo “gracias” y “adiós” a mi vecino invisible. © Oídoporahí / Ideer
• Recibí una carta escrita a mano, muy personal, había unos detalles de mi vida, como si la escribiera un amigo muy cercano. Y al final de la carta, el nombre Patty y un número de teléfono desconocido. Llamé y pedí hablar con Patty. La mujer que me atendió suspiró profundamente y dijo que Patty es su madre, pero que había fallecido un año y medio atrás. Confundida, le expliqué que había recibido una carta extraña con un nombre y un número de teléfono. Pero la mujer dijo que ese era un número de teléfono nuevo, solo tenía 6 meses. Colgué y decidí buscar en Google la dirección del remitente, y resultó ser uno de los parques de la ciudad. Nunca encontré explicación alguna y sigo un poco preocupada. © CatiCom / Reddit
• El reloj de nuestra cocina se averiaba constantemente y comenzaba a retroceder. Todo estaba en orden con la batería y los mecanismos, lo revisaron. Pero quedaba colgado un mes y empezaba a retroceder de nuevo. Al final, sacamos todos los relojes mecánicos de la casa. Y de vez en cuando, escucho ruidos extraños en la habitación donde dormía. © angrbodah1 / Twitter

• Estábamos en la habitación de la casa de una amiga, jugando. Vimos a su madre pasar a la cocina. Recuerdo claramente que llevaba un vestido verde claro. Mi amiga dijo: “Mamá, dame un poco de agua”. No hubo respuesta. La llamó unas cuantas veces más. Entramos a la cocina y no había nadie. Gritamos de horror. En ese momento, su madre entró al departamento, vestida con ropa completamente diferente. Han pasado más de 20 años y aún lo recordamos. © Yuliya Perevoznikova / Facebook
• Yo tenía 13 años y mi hermano 10. En un pueblo chiquito, temprano en la mañana, estábamos esperando en la parada de autobús para ir a la escuela. De repente, apareció de la nada una figura alta y delgada con una sotana negra, parecida a la que visten los sacerdotes y monjes, un poco encorvada, sin poder ver el rostro. Con pasos grandes y rápidos, mucho más rápidos que los pasos de otras personas, con la impresión de que no llegaba a tocar la tierra en absoluto, pasó a nuestro lado y desapareció igual de rápido como había aparecido. Pensé que era un sacerdote, pero la iglesia más cercana estaba a 30 minutos y no había ningún sacerdote viviendo en el pueblo. Además, los sacerdotes no podían aparecer de la nada y desaparecer en un instante. Ambos vimos ese fenómeno, mi hermano y yo. Sigo sin saber qué fue. © Alena Wenske / Facebook

• Mi abuela falleció y yo me mudé a su habitación. Cuarenta días después de su muerte, la vi en un sueño y me dijo que había 6 mil dólares escondidos en su colchón. Al despertarme por la mañana, abrí el colchón y encontré el dinero. © Podslyshano / Twitter
• Cuando tenía 9 años, mi familia y yo nos mudamos, era un antiguo departamento en una vecindad para 2 familias. Después de un tiempo, me daba miedo dormir sin luz: en la cocina, por la noche, a menudo escuchaba a dos personas susurrando. Mis padres no me creían. Crecí, me mudé de la casa de mis padres. Hace poco, papá me llamó y me dijo: “Hija, perdón por no haberte creído. Me desperté por la noche y los escuché”. Ahora sí supo de lo que se trataba. © Oídoporahí / Ideer
• A las 2 de la mañana, escuché golpes en la ventana, estando yo en el cuarto piso. Vivía en un edificio horrible con viejas ventanas de madera. Aguantando las ganas de gritar con una voz enloquecida, fingí no escuchar nada y seguí acostada. Tenía el teléfono en la mesita de noche, un poco más lejos del largo de mi brazo, y era imposible conseguir llegar a él sin delatarme. Pensamientos salvajes pasaron por mi cabeza. ¿Hombre Araña? ¿Freddy Krueger? Luego se repitieron los golpes, de una manera persistente y audaz, y debido al vidrio roto en el marco, el golpe parecía aún más fuerte. En mis ojos aparecieron lágrimas del miedo que tenía, pero como no quería delatarme, seguí sin moverme. De alguna parte escuché el bajo maullido de mi gato, empecé a llorar aún más pensando que a mi Píxel le podía ocurrir algo malo. Fingiendo que solo estaba cambiando de posición mientras dormía, me di la vuelta y traté de abrir un poco los ojos y mirar por la ventana. Ahí fue cuando vi a mi gatito entre las ventanas. Como estaba abierta solo la ventana de arriba, el gato trepó y se quedó bien atorado entre los vidrios de la ventana doble; es bueno que se atoró en paralelo y no al revés. Aparentemente, como no podía salir (los maullidos se escuchaban muy mal), no encontró nada mejor que golpear furiosamente el vidrio con la cola. Miré a ese gordo tonto y me dieron ganas de llorar y reír al mismo tiempo. © SpoiledVersion / Pikabu

• Escuchaba chirridos raros en la alacena por la noche. Me cubría la cabeza con la manta y repetía el padrenuestro, esperando ser atacado por algún demonio. Después, una noche, en la alacena se escuchó un ¡bum! Mi corazón dejó de latir por 5 segundos. Agarré una linterna y subí. Resultó que el frasco de pepinos en vinagre primero hacía chirridos y después explotó. Casi me da mi primer infarto. ©***14 / Pikabu
• Era de noche. Me desperté después de un par de horas de sueño y fui amodorrado al baño. No prendí la luz. De repente, algo afuera tiró con fuerza la manija de la puerta. Me quedé duro del susto mirando la puerta. Después, otro tirón y un golpe seco. Empecé a entrar en pánico: vivía solo. Al tercer tirón, la cerradura se abrió, la puerta se abrió lentamente. Entró una sombra muy rápido, casi salté del susto que tenía. ¡Era mi gato! Había aprendido a saltar y tirar de la manija para poder entrar. © GazTen / Pikabu

¿Qué cosas inexplicables te han pasado a ti?