15 Historias impactantes que se vuelven más escalofriantes cuanto más las conoces

¿Alguna vez has sentido algo tan específico que te cuesta explicarlo porque simplemente no existe una palabra en español? Desde el impulso de hacer la maleta e irse sin rumbo claro hasta esa mirada entre dos personas que se gustan, pero no se lo dicen, estas palabras de otros idiomas ponen nombre a emociones y momentos que todos vivimos, pero que el diccionario en español aún no se ha atrevido a traducir.
Kilig es regocijarse por una experiencia emocionante o romántica. Las mariposas en el estómago cuando pasa algo romántico. ¿Cómo no tenemos una palabra para esto?
Cafuné significa acariciar suavemente el cabello de alguien con los dedos. ¡Ternura pura!
Un chiste tan malo, sin gracia, y mal contado, que no puedes evitar reírte. “¡Es tan jayus!”.
Tartle refiere a esa pausa incómoda cuando olvidas el nombre de alguien justo antes de presentarlo. ¡Qué término tan específico!
Pana Po’o significa rascarse la cabeza para ayudar a recordar algo que se ha olvidado. ¡Probablemente lo has hecho de forma inconsciente!
Meraki es hacer algo con el alma. Poner parte de ti en lo que haces. Por ejemplo, el amor que alguien pone en la decoración de su espacio sagrado, su hogar o en preparar una comida.
Casi todos hemos experimentado iktsuarpok, la frustración de esperar a que alguien aparezca, como esa inquietud de asomarse a la puerta una y otra vez, esperando que llegue alguien.
Tsundoku es el hábito de comprar libros que se acumulan sin ser leídos. Un placer culposo muy común.
Hiraeth es esa sensación de estar incompleto, cuando se es plenamente consciente de que le falta algo en la vida. Una especie de nostalgia por un hogar que tal vez nunca existió o que ya no se puede recuperar. En el fondo, el hiraeth se reduce a la conciencia de la presencia de la ausencia.
Abbiocco refiere a esa somnolencia feliz que te invade después de disfrutar de una buena y abundante comida, captando ese sentimiento de satisfacción y contento mezclado con una sensación de sopor.
Mångata es el reflejo de la luna sobre el agua que forma un camino brillante. Poesía visual.
Dépaysement es la sensación de estar fuera de lugar al encontrarte en un entorno completamente ajeno.
En la estética tradicional japonesa, refiere a la belleza de lo imperfecto, lo efímero y lo incompleto. Prevalece en muchas formas de arte japonés, como tazas modernas para el té de estilo wabi-sabi.
Lagom significa “ni mucho, ni poco”. Es el arte de encontrar un equilibrio perfecto en todos los aspectos de la vida: el trabajo, los estudios, la vida social e incluso la relajación.
Gökotta significa levantarse temprano para escuchar el canto de los pájaros y apreciar la naturaleza. Un lujo tranquilo.
Sisu es una mezcla de coraje, determinación y fuerza interior frente a la adversidad, incluso en situaciones en las que el éxito es poco probable.
Quizás el español no tenga una palabra para cosas que sentimos y vemos, pero eso no significa que no las sintamos. Al final, estas palabras extranjeras no solo amplían nuestro vocabulario, sino también nuestra forma de ver el mundo. Y quién sabe... tal vez después de leerlas, empieces a usarlas como si fueran tuyas. Total, si el sentimiento ya lo tenías, ¿por qué no ponerle nombre? ¿Qué palabra te hizo decir “¡eso me pasó a mí!”?