6 Casos que demuestran que la terapia también puede transformar la vida de los animales

Psicología
hace 12 horas

Durante mucho tiempo, la terapiasalud mental era un tema que se reservaba para lo privado. Sin embargo, con los años se ha vuelto esencial para nuestro bienestar. Tanto así que ha trascendido al ser humano y hoy encontramos terapias para animales como perros, gatos y hasta animales salvajes. Hoy, exploraremos algunos de estos casos e intentaremos reflexionar sobre lo que dice de nosotros como sociedad.

Un pingüino enamorado

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Si bien los animales no experimentan el mundo de la misma manera en que nosotros lo hacemos, es curioso ver cómo en ocasiones suelen tener comportamientos que se esperarían de un humano. Basta con ver el caso de Grape-kun el pingüino. Su historia se hizo famosa en Japón cuando el zoológico donde vivía reportó que este pequeño pingüino se había enamorado nada más y nada menos que de una figura de cartón. La figura había sido colocada en su recinto como parte de una campaña publicitaria para una serie animada. Pero para este pingüinito fue amor a primera vista. Su apego con la figura fue tanto que Grape-kun solía molestarse cuando sus cuidadores intentaban retirarla. Sin embargo, su historia no inició allí.

Antes de Hululu, el personaje que representaba la figura de cartón, Grape-kun tenía como pareja a una pingüina llamada Midori. Juntos, lograron procrear y trajeron a la vida a un pingüino al que llamaron Hanpen. Sin embargo, aun antes de que eclosionara, los cuidadores del zoológico movieron a Hanpen (todavía siendo un huevito) a una familia de acogida y se dice que esto pudo haber dañado los lazos entre Grape-kun y Midori. Posteriormente, Grape-kun tuvo que ser retirado de su recinto por un tratamiento médico y en su ausencia Midori comenzó a emparejarse con otro pingüino más joven. Lo curioso es que los pingüinos suelen ser monógamos y solo tiene una pareja de por vida. Sin embargo, esto no evitó que Midori y Denka formaran una nueva pareja. Y aunque no es posible determinar si Grape-kun sufrió con esta nueva relación (como lo haría un humano víctima de una infidelidad), sí es cierto que dejó de comer cuando regresó al recinto y se encontró solo y sin pareja, al punto de que sus cuidadores tuvieron que alimentarlo a mano porque se negaba a comer.

No fue sino hasta el 2017 que Hululu llegó a la vida de Grape-kun, como parte de un evento colaborativo con una serie animada japonesa. La historia cuenta que antes de su llegada, Grape-kun se había aislado y estaba casi moribundo. Pero cuando vio la figura de cartón llegó al recinto, el ánimo de Grape-kun comenzó a mejorar, recuperó su apetito y ahora hasta se le veía jugar alegremente en su piscina. Lo curioso es que ningún otro pingüino tuvo reacción alguna con Hululu, solamente Grape-kun. Tanto así que cuando el evento colaborativo terminó, se retiraron todas las figuras de cartón, menos la de Hululu, que permaneció junto a Grape-kun hasta el día en que falleció. Y aunque no fue un caso de terapia como tal, el beneficio terapéutico que tuvo la figura de Hululu para Grape-kun fue innegable. Su caso llamó la atención de muchos especialistas en comportamiento animal y aunque nunca se llegó a determinar si Grape-kun estaba enamorado o veía a Hululu como su pareja, hay que rescatar las acciones del zoológico de permitirle estar junto a ella y devolverle la alegría que tuvo antes de perder a Midori.

Perritos ansiosos

A menudo solemos pensar que trastornos como la ansiedad y la depresión suelen ser exclusivos de los humanos, pero eso no podría estar más lejos de la realidad. De hecho, se ha documentado que animales sociales como el perro son propensos a sufrir trastornos como la ansiedad, en especial en casos de separación. Por ejemplo, es normal que razas de perros como el golden retriever lleguen a desarrollar ansiedad, particularmente en ambientes nuevos. Las razones son muy variadas, acá te mencionamos algunas:

  • Ansiedad por separación: al ser razas tan sociales, los golden son propensos a la ansiedad si se les deja solos por largos períodos de tiempo. Este trastorno se puede identificar por comportamientos tales como ladridos excesivos, inquietud y comportamientos destructivos mientras sus dueños no están cerca. Por suerte, hay entrenamientos dedicados a controlar este padecimiento, así como el uso de juguetes interactivos y suplementos calmantes.
  • Estrés y sobreestimulación: la falta de rutina o los cambios constantes de ambiente pueden generar estrés en los goldens. Este estrés se manifiesta por medio de salivación, jadeos y dificultad para estar quietos. Comprometerse a una rutina establecida y proporcionar espacios seguros y calmados pueden ayudar a reducir los niveles de estrés.
  • Falta de ejercicio y estimulación: caso contrario, la falta de estímulos tanto físicos como mentales puede generar nerviosismo extremo. El golden retriever es una raza que requiere ejercicio constante, por lo que si no la recibe no sabrá qué hacer con tanta energía.

Por supuesto, la terapia en estos y otros casos no es equivalente a la terapia que recibimos nosotros como humanos. Es decir, no es que llevaremos a nuestro perrito a sentarse en una habitación durante una hora a hablar de sus problemas, pero sí hay ciertos hábitos y prácticas que podemos aplicar para que nuestro amigo peludito no desarrolle ansiedad. Pero, ¿por qué sería importante tratar la ansiedad en nuestros perros? Bueno, considerando que los ladridos constantes son uno de los síntomas, evitar que desarrollen este tipo de comportamientos puede darles una vida más tranquila y saludable no solo a las mascotas, sino también a las personas que viven con ellos y cerca de ellos. En especial si vivimos en un vecindario donde el ladrido de un perro pueda causar roces con nuestros vecinos. Un perrito tranquilo es parte de una tenencia responsable.

Los gatitos también sufren

A pesar de que solemos asociar a los gatos con animales mucho más independientes y solitarios, también pueden ser afectados por trastornos como la ansiedad. Esto porque, al igual que los perros, los gatos también pueden desarrollar vínculos muy profundos con sus dueños. Sí, son más independientes que un perro, pero también siguen siendo animales sociales que necesitan atención, y si ese lazo con sus dueños se ve perjudicado, es posible que desarrollen ansiedad por separación.

De igual manera, las causas de este tipo de ansiedad pueden ser muchas. Por ejemplo, si al gatito se le separa muy pronto de sus madres, es menos probable que desarrollen mecanismos de defensa. Los cambios de rutina, como una mudanza o la introducción de una nueva mascota al hogar, también pueden ser causa de ansiedad debido al estrés que les produce. Además, si hay un historial de maltrato o trauma, hará más probable que la ansiedad se manifieste. Esto, de cierta manera, desmiente el mito de que los gatos son más sencillos de mantener que un perro. Sí, de nuevo, podrán ser más independientes, pero igual necesitan una tenencia responsable y cuidados adecuados, en especial si se trata de un animal rescatado.

Entre los síntomas más comunes de ansiedad se encuentran los maullidos excesivos, comportamientos agresivos o destructivos, pérdida del apetito, defecar u orinar fuera de la caja o en lugares no acostumbrados y aseo excesivo. Por suerte, y al igual que los perros, tampoco necesitamos llevarlos a un psicólogo (en la mayoría de los casos) para poder trabajar estos problemas. Crear rutinas como hacer que se familiaricen con el sonido de las llaves o tener espacios seguros para ellos, con juguetes y productos calmantes, pueden ayudar a mantener a raya los síntomas de la ansiedad. En los casos más extremos, se recomienda acceder a un terapeuta de comportamiento que pueda determinar las necesidades de tu gatito y así poder darle la vida que se merece.

Santuario de elefantes

Muchas veces, en el reino animal, lo que a simple vista parece una buena iniciativa, cuando se le mira más de cerca encontramos que esconde secretos llenos de dolor. Desgraciadamente, esto es algo muy común en Tailandia, donde muchos sitios turísticos ofrecen experiencias únicas con elefantes, sin tener consideración por el bienestar de estos animales. Por ejemplo, según un estudio de la organización World Animal Protection, alrededor de un 63% de los elefantes en Asia que viven en cautiverio, lo hacen en situaciones inadecuadas. Muchos viven en condiciones poco éticas, mal alimentados y hasta en ocasiones son obligados a hacer trucos para así entretener a los turistas. Además, también suelen ser aislados los unos de los otros, lo cual puede causar traumas en los elefantes más jóvenes y hacer que desarrollen síndrome de estrés postraumático, ya que son animales muy sociales y dependen mucho de las interacciones sociales con los miembros de sus manadas y en especial sus madres.

Afortunadamente, hay santuarios que se encargan de rescatar elefantes en estas condiciones y les dan una vida digna, proporcionándoles el refugio y las comodidades que se merecen. Uno de ellos es el santuario de elefantes Samui, que se encarga de proveer un hogar natural y libre a elefantes que fueron usados como animales de carga o también como forma de entretenimiento para turistas. El santuario como tal fue diseñado específicamente para los elefantes, donde pueden explorar tranquilamente y socializar entre ellos. Además, las interacciones que tienen con turistas siempre son éticas, respetando a cada una de estas increíbles criaturas. De hecho, una de las características que tiene el santuario es que no ofrecen baños con elefantes, ya que es un tiempo social para ellos donde suelen jugar, revolcarse en el lodo y sumergirse en el agua. La presencia de los seres humanos durante estos momentos solo les causaría estrés, puesto que son animales muy empáticos y modificarían sus comportamientos para no lastimarnos.

Orangutanes huérfanos

Por supuesto, los elefantes no son los únicos con esa clase de problemas. Los orangutanes, por ejemplo, son otra especie animal que es víctima del ser humano. Ya sea por la destrucción de sus hábitats para formas insostenibles de agricultura, o también por otras actividades ilícitas, muchos orangutanes terminan huérfanos y siendo vendidos como mascotas en mercados ilegales.

Justo así le sucedió a Félix, un bebé orangután que fue rescatado en enero del 2025 y cuya historia de sufrimiento se dio a conocer en el mundo. Félix pasó alrededor de 6 meses en cautiverio, donde vivió encerrado en una jaula que le causó heridas físicas y emocionales. Afortunadamente, un equipo de veterinarios y cuidadores se han dado a la tarea de sanar a este bebé orangután y darle una segunda oportunidad para vivir la vida que se merece. De la mano de organizaciones como The Orangutan Project, Félix y otros orangutanes están siendo rehabilitados con la esperanza de que puedan ser liberados de vuelta a la naturaleza. Este proyecto se encarga no solo de cuidarlos y sanarlos, sino también de enseñarles las habilidades que necesitan para valerse por sí mismos. Y aunque es un proceso lento, es necesario para la protección y supervivencia de estas criaturas.

¿Terapia para caballos de terapia?

Muchos habremos escuchado sobre el uso de animales en terapia, algo así como un animal que funciona de asistente y acompaña a las personas en medio de su recuperación. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado qué pasa con esos animales después de la terapia? Bueno, justo esto quisieron averiguar un grupo de científicos expertos en comportamiento animal, específicamente en el uso de caballos en la equinoterapia.

La equinoterapia, o terapia asistida con caballos, es un tipo de terapia en el que se acompaña a una persona con caballos en su proceso terapéutico. Por supuesto, en este caso no es el caballo quien lleva a cabo el estudio del paciente, sino que simplemente forma parte de las actividades del proceso de sanación. Quienes participan en este tipo de terapia pueden cepillar a los caballos, darles de comer e incluso caminar con ellos, todo bajo la supervisión de un profesional de la salud mental. Y aunque sus beneficios se han estudiado en detalle, poco se ha hecho para estudiar los efectos que tiene la equinoterapia en los mismos caballos. ¿Podría la salud mental de un humano influir en la salud mental del animal que los asiste? Esta fue la pregunta que se hicieron los científicos a la hora de llevar a cabo esta investigación. El estudio consistía en estudiar el ritmo cardiaco de los caballos al estar al lado de una persona con estrés postraumático. Al principio, se encontró que el ritmo cardiaco de los caballos aumentó cuando estuvieron cerca de una persona con TEPT (trastorno de estrés postraumático) y que el aumento en el ritmo cardiaco se mantenía aun cuando la persona ya no estaba, lo que parecía indicar que el estado emocional de los pacientes sí podía tener cierta influencia en los caballos. No obstante, el estudio concluyó que el estado mental de los pacientes no es lo que determina el aumento en el ritmo cardiaco, sino la experiencia que tenga el paciente con caballos. Es decir, que los cambios que presentaron los caballos se debían más a si la persona tenía experiencia previa manejando caballos y no en si padecían de algún trastorno emocional. Y aunque esta investigación no arrojó los resultados que tal vez esperaríamos (o sea, que si tuvieran influencia en los caballos), si nos hace preguntarnos si pasaría lo mismo con otros animales como perros o gatos en situaciones similares o incluso cuando nosotros pasamos por un mal momento.

La terapia y la salud mental han recorrido un largo camino. Aún falta camino por recorrer, pero el hecho de que en la actualidad pensemos también en el bienestar emocional de los animales que nos rodean dice mucho de nosotros como sociedad. El cuidar de los animales que nos acompañan en nuestros peores momentos, y también de aquellos que pasan por momentos traumáticos, solo hace que estemos un poco más cerca de construir una sociedad realmente empática e inclusiva.

¿Tú qué opinas al respecto? ¿Te gustaría saber más sobre estrategias terapéuticas que puedas aplicar en tus mascotas?

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