Muy interesante. A veces los padres somos los últimos en enterarnos
Cómo saber si nuestro hijo está pasando por una mala experiencia en la escuela y qué hacer para ayudarlo
Es común que los padres se interesen por la educación de sus hijos e insistan en que tienen que ir todos los días a la escuela, pero también es normal que haya ocasiones en las que los niños no quieran ir y pierdan el interés en las clases. Cuando demuestran emociones de rechazo constante al estudio que son preocupantes para los padres, muchos empiezan a buscar ayuda. Es crucial para el bienestar emocional y social de los niños que los papás aborden las situaciones difíciles de la mejor manera.
Teniendo en cuenta que no querer ir a la escuela es un fenómeno usual, Genial.guru quiere ayudarte contándote las mejores maneras de apoyar a tus pequeños en estas situaciones.
Razones por las que prefieren quedarse en casa
Si un niño pide de vez en cuando quedarse en casa y no ir a la escuela, ya sea porque está cansado o necesita despejar un poco la mente, está bien. El verdadero problema empieza cuando estas ganas de ausentarse son seguidas. Lo importante es entender el porqué y saber qué responder.
- Cómo saber si pierde el interés. El niño suele tener mala actitud sin motivo alguno, puede que esté pasando por un mal momento reciente o ser el objeto de burla desde hace tiempo. La frase “no tengo ganas de ir” es señal de que esto podría estar pasando. En este caso, se le puede preguntar si quiere quedarse en casa porque algo le incomoda y, si es así, hay que hablar del problema y tratar de buscar la solución.
- Qué pasa cuando dice que está cansado. Aun si se está consciente de que el niño duerme lo suficiente, en algunos casos puede que sea cierto, ya que hay escuelas que pueden ser agotadoras y hacer que a algunos alumnos les cueste mantener el ritmo. A veces la preocupación cansa, y preguntar si está haciendo algo que le consume mucha energía es lo mejor, para así ayudarle a mantener el ritmo.
- A veces puede ser solo drama. “Odio la escuela”, esta frase nos indica que está exagerando. En ocasiones, un problema en específico de la escuela puede llegar a opacar todos los demás aspectos en ella. Una manera de alentar al niño es recordando las cosas que le gustan y preguntando qué es lo que lo hace sentir tan mal para decir eso.
- Cómo saber si está exagerado o no. Si dice: “Los niños de mi escuela son malos”. Tenemos que estar alerta y entender de qué se trata, ya que puede estar sufriendo acoso escolar o teniendo dificultades con interacción social y, por lo tanto, problemas para encajar. Lo más importante en estos casos es hacer un seguimiento, hacerle entender al niño que nos preocupa y actuar de inmediato.
- Cuando no quiere esforzarse. En este caso, al niño podría irle bien académicamente, lo que no quiere es trabajar duro. Si se excusa diciendo “la escuela es muy difícil”, entonces lo que necesita es motivación. Una manera de abordarlo puede ser diciéndole que está bien; que se entiende que la escuela es difícil y preguntarle qué es lo que más le cuesta hacer. Así se puede hacerle ver que puede hacerlo mejor.
- Asegurarse de si de verdad es responsable. Por alguna razón, hay algunos niños que, sin importar cuánto se esfuercen, organizarse y llevar un control de las tareas puede ser difícil para ellos. Si siempre está diciendo “olvidé hacer la tarea” y se ve preocupado al respecto, los olvidos pueden llegar a avergonzarlo.
Darle diferentes formas de organización para que se adapte a la que más le sirva puede ayudar a que cumpla con su deber y a que se sienta mejor.
1. Cómo ayudar a los niños de preescolar
Cuando pasa de estar todos los días junto a su familia en casa a un lugar nuevo, desconocido, por un largo período, el día puede llegar a ser abrumante. Por lo tanto, una de las maneras de ayudar a que se sienta más seguro es seguir este plan de acción.
- Antes. Hablar con el niño antes de comenzar la escuela, hacerle saber que es algo bueno y que todos los niños lo hacen, de esta manera se va familiarizando con su nueva rutina.
- Durante. Preguntarle todos los días cómo le fue, si se siente bien y qué hizo. Esto demuestra que tenemos interés en su bienestar y, por lo tanto, se sentirá más cómodo.
- Después. Hacerle saber al niño que, después de clases, mamá o papá siempre estarán allí para recogerlo y llevarlo a casa. Le dará la seguridad de saber que siempre volverá al ambiente al que está acostumbrado.
2. Cómo apoyar a los niños en la primaria
Los niños que van a la primaria también tienen sentimientos de ansiedad por separación, pero en este caso, la habilidad verbal está más consolidada. Esto lleva a la imaginación de escenarios poco favorables en su mente. Apoyarlo es fundamental y lo logramos así:
- Haciendo que se sienta protegido. Explicarle verbalmente que sus papás siempre estarán allí para lo que necesite, y que juntos buscarán la manera de que él pueda resolver cualquier situación que se presente.
- Generando confianza en sí mismo. Alentarlo al cumplimiento de sus actividades académicas de manera positiva, felicitarlo en sus logros, por muy pequeños que sean, y encontrar una actividad extracurricular donde se sienta a gusto y motivado para que pueda desarrollar confianza social.
3. Cómo guiar a los adolescentes en la secundaria
Todos sabemos que, en la etapa de la adolescencia, ocurren muchos cambios tanto físicos como en la personalidad. Por lo general, los chicos y chicas en esta etapa son más sensibles emocionalmente.
- Estas son sus posibles preocupaciones. Principalmente, la incertidumbre sobre su futuro y la presión social. Aunque muchas veces se cree que no están al tanto, se preocupan por la estabilidad profesional y económica de sus padres.
- Cómo apoyarlos. Los grupos sociales en donde el adolescente pueda encajar, ya sea una actividad deportiva o artística, son de gran ayuda. Generalmente, son la mejor manera de hacer que se sienta mejor, mejora su capacidad de relacionarse y trabaja su autoestima.
Diferentes maneras de entender las emociones de los niños
En el momento en el que hablamos con los niños, la mejor forma de guiar la charla es dirigir la conversación a los momentos positivos en la escuela y la solución de los problemas para así hacerle ver que no todo es malo y que note por sí solo el lado bueno.
- Dejar que se exprese, no reprimir sus sentimientos. Cuando les decimos a nuestros hijos cómo deberían sentirse, de una u otra manera estamos reprimiendo sus sentimientos y haciendo que drenen de otras maneras esas emociones, que, generalmente, se convierten en ira. Lo mejor es buscar la manera de abordar al niño con empatía.
- Enseñarle que deben hacerse cargo de todo. Un niño debería lograr entender que evitar una situación o los problemas no los hace desaparecer, por lo tanto, es importante darle las herramientas necesarias para que él mismo pueda enfrentar las situaciones.
- Enseñarle a controlar sus emociones. Es fundamental que normalice y entienda los sentimientos, explicarle que a veces la ansiedad puede ayudarnos a mantenernos motivados, pero que demasiada también puede ser paralizante. Siempre se debe buscar el equilibro en las emociones.
Cómo hacer para que nos hablen más del colegio
A los padres se les puede dificultar descubrir si sus hijos están pasando por un mal momento en la escuela, y si el niño es reservado o tímido y no le gusta hablar de su día, se debe buscar la manera de hacer que ellos sean más comunicativos. Hay preguntas claves que pueden hacer que el niño se anime a hablar un poco más. Estos son los aspectos que se deberían tener en cuenta:
- Compartirle cosas de nosotros mismos. Cuando mantenemos una conversación con alguien y compartimos aspectos personales, es natural que la otra persona también quiera comentar algo de ella misma.
- Encontrar momentos naturales para iniciar una charla. Lo más adecuado es hablar con el niño cuando no haya nada que lo distraiga, como en el auto o en la merienda, así la conversación se hace más larga y amena.
- Hacer preguntas positivas y evitar las negativas. Las preguntas positivas, como “¿Cuál es tu clase favorita?” o “¿Con quién te gusta hablar más?”, permiten que los chicos expresen sus pensamientos.
- Guiarlo con una pequeña intervención. A veces, a los niños se les dificulta responder preguntas que parecen surgir de la nada, por esto es recomendable hacer una observación para que el chico tenga algo con qué identificarse y poder responder abiertamente.
- Formularle preguntas abiertas. Hacer preguntas cerradas que se pueden responder con un sí o un no pueden llevar al fin de una charla fructífera; por este motivo, las preguntas deben ser más amplias, para que la conversación pueda fluir.
¿Cuál crees que es la edad más complicada en la escuela? ¿Por qué? ¿Has tenido que aconsejar a algún niño o adolescente con respecto a la escuela?
Comentarios
cuando era pequeña tampoco me gustaba ir a la escuela
es muy difícil guiar a nuestros hijos adolescentes
tenemos que prestar mucha atención a nuestros hijos, porque las señales no siempre son claras