El Sol aparece y desaparece con un resplandor azul, aquí te contamos por qué

Hemos enviado más naves espaciales para estudiar el entorno de Marte que el de cualquier otro planeta. No tenemos evidencia de que exista vida en el planeta rojo, o de que alguna vez haya existido, pero eso no impidió que algunas personas se hicieran preguntas. Principalmente debido a las imágenes que los astromóviles Perseverance y Curiosity de la NASA han tomado de la superficie de Marte. Siéntete libre de buscarlas en Internet, son gratuitas. Con el tiempo, han aparecido algunas formas extrañas aquí y allá en estas imágenes, lo que hace que algunos crean que ya hay algún tipo de criatura viviendo allí. En 2008, uno de los astromóviles tomó una fotografía de una roca que se parecía mucho a una figura femenina. Otras fotos parecían mostrar figuras con forma de animales, utensilios u otros objetos similares a cosas de la Tierra. Una vez más, hay poca o ninguna prueba de esta teoría, ya que las rocas pueden tener todo tipo de formas y tamaños. Pero al mirarlas, uno no puede evitar que la mente vuele.

Gran parte de la comunidad científica ve a Marte como un mejor lugar para un asentamiento a largo plazo, a pesar de que nuestra Luna está más cerca. En primer lugar, porque se cree que efectivamente hay agua en Marte. Solo que está atrapada en lagos subterráneos congelados. El suelo no parece ser rico en nutrientes y puede tener químicos dañinos. Por otro lado, en el planeta rojo, la atracción gravitacional es de solo el 38 % de la de la Tierra, por lo que es fácil transportar objetos pesados. En nuestra Luna, en comparación, la fuerza gravitacional representa solo un 16 % de la terrestre.

Ya hay gente estudiando cómo podríamos vivir en Marte, aquí mismo en nuestro planeta, dado que ciertas regiones de la Tierra tienen condiciones similares a las de Marte. La isla de Devon, por ejemplo, es la isla deshabitada más grande de nuestro planeta, ubicada en el archipiélago ártico canadiense. Es fácil ver por qué nadie quiere vivir allí: el suelo permanece congelado todo el año. La parte oriental de la isla está siempre cubierta por una gruesa capa de hielo. Los veranos duran menos de 50 días y no son tan cálidos. No pueden crecer muchas plantas en este sitio, por lo que ningún animal puede adaptarse, prosperar y multiplicarse. El Proyecto Haughton Mars comenzó en 1997 para ofrecerles a los astronautas oportunidades de estudio únicas. Aquí hay pocas opciones en términos de logística y transporte, y comunicarse con personas que viven fuera de la isla también es un poco más difícil, debido a la temperatura y el suelo estéril. Piénsalo: si podemos encontrar soluciones para vivir aquí, ¡también podríamos hacerlo en Marte!

Independientemente de nuestro entrenamiento en la tierra, las condiciones en Marte son totalmente inhóspitas. Eso se debe a que hace mucho frío. En promedio, la temperatura es de 63 grados bajo cero. Incluso durante el verano, nunca hace más de 30 grados. Y para colmo, la atmósfera del planeta está compuesta por un 95 % de dióxido de carbono, por lo que no hay manera de respirar allí sin aparatos especiales. Marte también carece de un campo magnético en su superficie, por lo que es golpeado por la radiación solar. Debido a las variaciones de temperatura, a menudo experimenta poderosas tormentas de polvo, que pueden rodear todo el planeta. Estas tormentas no son destructivas, pero el polvo puede obstruir los aparatos electrónicos y hacer que los instrumentos que funcionan con energía solar sean inestables.

Ahora sabemos que la vida tal como la conocemos es imposible en Marte, pero ¿alguna vez existió? Esta es una pregunta sobre la que los científicos han debatido durante mucho tiempo, ya que las investigaciones de la NASA han determinado que algunas partes de Marte fueron habitables en algún momento. No sabemos por cuánto tiempo, o hace cuánto. Y que haya sido posible la vida allí no significa que realmente haya existido. Otras fotos recientes de Marte mostraron una puesta de sol nublada. ¿Significa que también llueve en el planeta rojo? Bueno, en realidad no. Para empezar, en nuestro planeta las nubes son vapores de agua, y una vez que empieza a llover, el agua llega a la superficie de nuestro planeta en forma líquida. Este proceso no es igual en Marte. Sorprendentemente, hay más agua en las nubes de Marte, pero en estado sólido. Forma una fina niebla helada. Combinada con la delgada atmósfera y las bajas temperaturas, hace imposible que las nubes caigan a la superficie.

Los atardeceres también son diferentes aquí. Según los especialistas de la NASA, hay un polvo fino que hace que el azul de la parte del cielo donde se pone el Sol sea mucho más visible, por lo que las puestas de sol tienen un tinte más azulado. Al igual que la Tierra, Marte también está inclinado sobre su eje, lo que significa que tiene estaciones. Debido a que el hemisferio sur está alejado del sol cuando Marte está más alejado de él, los inviernos son mucho más fríos y los veranos, más calurosos. Los calendarios también funcionan de manera diferente en Marte. Un año aquí dura alrededor de 1,88 años terrestres. Un día tiene un poco más de 24 horas. Si alguna vez nos mudáramos a Marte, igual tendríamos que comunicarnos con nuestra Tierra. Sería un poco difícil hacerlo, ya que un mensaje tardaría unos 15 minutos en llegar a su destino. No es tan malo, teniendo en cuenta la distancia, pero las videollamadas serían un poco molestas.

Por más difícil que sea por ahora vivir allí, hay muchas cosas para tener en cuenta. Algunos científicos creen que si colonizáramos Marte por completo, varios lugares pronto serían declarados parques nacionales. Como la zona que rodea al monte Olimpo, que es el volcán más grande conocido del sistema solar, con una extensión de más de 25 km. El Valles Marineris sería otro lugar genial; es un enorme complejo de valles que tienen la misma distancia que hay entre Los Ángeles y Nueva York. Marte también tiene casquetes polares que a veces experimentan nevadas de hielo seco. Saturno y Urano son planetas únicos en nuestro Sistema Solar por sus anillos. Puede que Marte carezca de ellos ahora, pero podría tenerlos en el futuro. No te emociones demasiado, se estima que podría tardar decenas de millones de años. La luna más grande de Marte, llamada Fobos, se hará pedazos en algún momento. Los escombros resultantes se asentarán y formarán un sistema de anillos rocoso alrededor de Marte, parecido a los de Saturno y Urano.

Hablando de lunas, Marte tiene dos, hasta donde sabemos. Además de Fobos, también hay un objeto más llamado Deimos. Ambos fueron descubiertos por un astrónomo estadounidense llamado Asaph Hall en 1877. Un día, el científico estuvo por renunciar a su búsqueda de lunas en Marte. Pero afortunadamente, se le instó a continuar con el proyecto. La noche siguiente, se topó con Deimos. Seis días después de ese hallazgo, Hall encontró a Fobos. Estos dos objetos espaciales pueden ser, de hecho, asteroides capturados por la gravedad de Marte. Otra teoría sugiere que se formaron en órbita alrededor de Marte aproximadamente al mismo tiempo que se creó el planeta.

El hecho de que Marte tenga una gravedad realmente débil también puede ser la razón de este fascinante suceso. Marte fue golpeado por grandes asteroides hace muchos años, al igual que nuestro planeta. Muchos de esos escombros regresaron a la superficie, pero algunos fueron expulsados ​​​​al espacio, ya que la gravedad de Marte no era lo suficientemente fuerte como para atraerlos. Tuvieron un gran viaje, y algunos de ellos incluso terminaron en la Tierra. Estas piezas de Marte también nos han ayudado a comprender las características únicas del planeta. Hemos estado enviando robots al Planeta Rojo con bastante éxito en las últimas décadas. Pero aún sigue siendo bastante difícil imaginar que la humanidad pueda aterrizar en Marte. Incluso considerando la tecnología de cohetes actual, el viaje nos llevaría seis meses, y ese es un escenario optimista, contando con que todo salga bien a bordo. Después del aterrizaje, los humanos estarán expuestos a la radiación del espacio profundo y a la microgravedad. Ambas cosas tendrían efectos graves en el cuerpo humano, y aún tenemos que descubrir cómo contrarrestarlos. Es por eso que continuamente se realizan investigaciones en la Estación Espacial Internacional sobre los efectos a largo plazo de la microgravedad.