En el espacio nadie puede oírte gritar... ¿O sí?
“En el espacio, nadie puede oír tus gritos”. Sabemos que las supernovas, los asteroides y los planetas en llamas no hacen ruido en el espacio. ¿O sí? ¿Qué pasaría si realmente pudieras escuchar algo ahí afuera? ¡Bien, veamos!
Muy bien, de vuelta a la secundaria. “El sonido es una onda mecánica que se origina a partir de la vibración”. Umm... ¿qué significa eso exactamente? El ejemplo más simple son las cuerdas de guitarra. Saquemos una de ellas. La cuerda de metal comienza a vibrar y golpea a las moléculas de aire que la rodean. Estas moléculas se empujan constantemente entre sí, hasta que llegan a nuestros oídos. Es como la ola que se produce cuando arrojamos una roca a un estanque. Y sucede muy rápido, ¡a una velocidad de alrededor de 0,33 km/s! Entonces nuestros tímpanos comienzan a vibrar a la misma frecuencia. Y los pequeños huesos ubicados dentro de nuestros oídos transmiten esta vibración al cerebro. Luego, el cerebro hace su magia, reconoce el patrón y lo convierte en sonido.
¡Excelente! Ahora sabemos que necesitamos algunas partículas para crear sonido. Y podemos encontrar estas partículas en gases, líquidos y sustancias sólidas. ¿Y el espacio? ¡No! Es un vacío casi perfecto. Probablemente ya hayas escuchado que “no hay sonido en el espacio porque es un vacío”. Pero ¿qué significa realmente? Un vacío perfecto es un área completamente desprovista de materia. Significa que no hay nada allí. ¡Sí! A pesar de todos esos cuerpos celestes que hay en el espacio, en realidad no hay aire entre ellos, ni átomos ni partículas... Nada.
Bueno, casi. Para ser honesto, el “vacío perfecto” en realidad no existe. No podemos deshacernos de los átomos por completo. Pero el espacio está muy cerca de eso: en promedio, hay entre 15 y 80 átomos por cada 16 cm cúbicos. Puede parecer un gran número, pero ten en cuenta que estos átomos son pequeños. Y la distancia del vacío que hay entre ellos es enorme. En comparación, ¡16 cm cúbicos de aire contienen alrededor de 16 000 átomos! Entonces, por supuesto, con una densidad tan baja, estos átomos no pueden empujarse entre sí. Y aunque la vibración fuera muy fuerte, como, no sé, en una supernova, tampoco podrían hacerlo.
¡Oh, no, las películas nos han estado mintiendo! ¡Todas esas escenas espaciales épicas tienen lugar en un silencio incómodo! ¿Quién lo hubiera adivinado? ¡Pero no te enojes! ¿Qué pasa si te digo que, de hecho, hay algunas formas de escuchar el sonido en el espacio? En primer lugar, hay sonido en otros planetas. Si hay una atmósfera en un cuerpo espacial, o al menos algo de gas, agua o una superficie sólida, habrá sonido. En nuestro caso, la atmósfera se vuelve completamente silenciosa a unos 100 km sobre la superficie de la Tierra. Ahí es donde el cielo deja de ser azul y comienza un velo estrellado negro.
En cualquier caso, tendríamos que aterrizar en otro planeta o al menos acercarnos a su atmósfera para escuchar algo. Pero sea lo que sea, sonaría muy diferente. Tomemos como ejemplo a nuestro vecino Venus. La atmósfera allí es muy densa; los científicos lo llaman en broma “sopa química espesa”. Entonces, si de alguna manera lograras mantenerte con vida y hablar allí, tu voz sería MUY diferente. Se volvería mucho más fuerte y sonaría más profunda. Por lo tanto, si quieres ser un barítono, ya sabes qué hacer. Me pregunto qué pasaría si la Tierra tuviera una atmósfera más densa. ¿Qué escucharíamos entonces? Bueno, puedes imaginarlo vagamente si alguna vez has estado en el agua. El agua es muy densa. El sonido se mueve allí mucho más rápido y mejor que en el aire, ¡a una velocidad de más de un km por segundo!
Me pregunto qué pasaría si la Tierra tuviera una atmósfera más densa. ¿Qué escucharíamos entonces? Bueno, puedes imaginarlo vagamente si alguna vez has estado en el agua. El agua es muy densa. El sonido se mueve allí mucho más rápido y mejor que en el aire, ¡a una velocidad de más de un km por segundo! Si te sientas en una habitación vacía sin fuentes de sonido, no escucharás mucho, ¿verdad? Ahora, mete la cabeza en el agua y escucha cómo suena el mismo “silencio” aquí. ¡No es nada silencioso! Aunque ignores los sonidos propios del agua, inmediatamente notarás lo bien que puedes escuchar tu propio cuerpo. Cómo pulsa tu sangre en las venas, cómo late el corazón, el más mínimo movimiento de tus dedos. Un poco espeluznante, ¿no?
Esto nos da una idea de lo que nos pasaría en un planeta con una atmósfera más densa. Y eso es una locura: escucharíamos TODO. ¡Desde animales que corretean hasta el movimiento de las placas tectónicas! “Oh, vamos”, dirías. “Es obvio que hay sonido en otros planetas. ¿Pero no dijiste que podemos escuchar algo en el espacio abierto?”. ¡De hecho, sí! ¡Por ejemplo, en una nube de polvo! Hay polvo espacial en casi todos lados. Pueden ser los restos de una estrella o alguna otra cosa. Y en estos lugares, todo es un poco más denso que en el resto del espacio. Esto significa que probablemente haya nubes de polvo en las que las partículas están muy cerca unas de otras, ¡lo que significa que pueden producir sonidos! Por supuesto, serán muy suaves y se transmitirán a una distancia muy corta. Pero es mejor que nada, ¿verdad?
Además, ¡ya tenemos grabado un sonido espacial real! Provino de la galaxia de Perseo, que se encuentra a 250 millones de años luz de nosotros. La NASA lo grabó en 2003. Suena como una nota de si bemol 57 octavas por debajo del do central del piano. Tendrías que agregarle 6600 teclas al teclado. Su frecuencia es tan baja que, lamentablemente, el oído humano no puede oírla. Pero además de eso, solo podemos escuchar algo dentro de las naves espaciales. Después de todo, son pequeñas “bolsas de aire”. En un traje espacial, también escucharías MUY bien los sonidos, incluida la respiración o la circulación sanguínea.
Pero dos astronautas flotando uno al lado del otro no se escucharían, aunque se acercaran mucho y gritaran muy fuerte. Es bastante divertido: si tú, siendo astronauta, chocas contra algo, sería muy ruidoso para ti, pero tu amigo no escucharía nada. Es por eso que los astronautas usan dispositivos de radio. Ahora, solo en teoría, si de alguna manera pudieras salir de tu traje espacial y sobrevivir, ¡serías capaz de escuchar el parloteo y los ruidos dentro de la nave espacial! ¿Pero cómo? Mira, tenemos algo de aire dentro de la nave, y transmite sonido. Alcanza la carcasa de metal y la atraviesa. Y luego, si te apoyas contra la nave, preferiblemente tocándola con el codo o la rodilla, el sonido se transmitirá al cerebro DIRECTAMENTE a través de tus huesos, ¡ignorando los oídos!
¡Sí, nuestros huesos conducen el sonido! Así es como, por ejemplo, las personas sordas escuchan música. Se llama “conducción ósea”. Se utiliza en algunos auriculares y otras tecnologías. Puedes hacer un pequeño experimento. Coloca tus dedos sobre tus oídos. Ciérralos para que escuches lo menos posible. Luego intenta tocar una fuente de sonido (puede ser cualquier cosa que vibre, por ejemplo, un altavoz que reproduzca música) con alguna parte de tu cuerpo que tenga el hueso cerca de la piel. Ahora, mira cómo sucede el milagro. ¡Puedes escuchar el sonido no a través de tus oídos, sino directamente en tu cerebro! Pero, por favor, ¡no repitas este experimento en espacios abiertos!
Ahora, probablemente hayas oído hablar de cosas como “Los sonidos del espacio”, donde puedes escuchar, por ejemplo, los sonidos que hace el Sol o diferentes planetas. ¿Cómo los grabamos? ¡Fácilmente! Esta es otra forma de escuchar el sonido en el espacio: las ondas electromagnéticas. En otras palabras, ¡una radio! La radio es la misma forma de radiación electromagnética que la luz. Estas ondas pueden viajar en el vacío sin ningún problema. Los transmisores de los astronautas funcionan de esa manera. Un astronauta le dice algo a su amigo. Las ondas de sonido se convierten en ondas de radio, llegan a la otra persona y luego se vuelven a convertir en sonidos.
Y así es como obtenemos los llamados “sonidos espaciales”. Nuestro planeta es realmente muy ruidoso en ese sentido. Estamos enviando una gran cantidad de ondas de radio al universo: todas las señales de radio que hemos emitido. Es una pena que viajen solo hasta 110 años luz de nosotros. Pero sabes, creo que es bueno que no escuchemos todo lo que sucede en el espacio. Imagina si el sonido pudiera viajar fácilmente a través del universo. ¡Escucharíamos TODO, desde erupciones solares hasta supernovas cercanas! Horripilante, ¿verdad? Entonces, quizá tengamos suerte.