La estrategia de mi mamá para comprar su primer coche sin financiamiento

Consejos
Hace 2 semanas

Jennifer, una de nuestras queridas lectoras, nos envió una carta sobre la mejor lección sobre el dinero que le enseñó su madre. La forma en que la aprendió es tan dulce e inesperada. Esto podría cambiar tu forma de pensar sobre el ahorro.

Tenemos una historia personal de una querida lectora

Hola, Genial.guru,

Al cobrar mi primer sueldo, me sentí en la cima del mundo. Había tantas cosas que quería (ropa nueva, una escapada de fin de semana, quizá el último modelo del móvil). Antes de que pudiera empezar a gastar, mi madre me sentó y me dijo: “Antes de tocar un centavo, págate a ti primero”.

Puse los ojos en blanco. “Mamá, he trabajado mucho para ganar este dinero. Me merezco disfrutarlo”.

Ella sonrió. “Y lo harás. Pero créeme, tu yo del futuro agradecerá al yo del presente si empiezas a ahorrar ahora”.

Para demostrarlo, sacó un viejo cuaderno. Adentro estaban sus ingresos y ahorros de cuando tenía mi edad. Hizo un círculo alrededor de un número y dijo: “Esto es lo que ahorraba cada mes. Parecía poco en aquel momento, pero al cabo de unos años, tenía suficiente para comprarme mi primer coche, ¡sin pedir un préstamo!”.

Eso me impactó. Nunca había pensado en el ahorro como una forma de comprar libertad.

Así que seguí su consejo. En cada nómina, guardaba un 20 % antes de gastar nada más. Al principio, fue duro: quería utilizar ese dinero para cosas divertidas. Pero con el tiempo, vi que mis ahorros crecían y la sensación fue increíble.

Un año después, cuando mis amigos estaban buscando tarjetas de crédito para pagar un viaje, yo reservé mi billete en efectivo. Sin estrés, sin deudas, solo con ilusión. Fue entonces cuando me di cuenta de que ahorrar primero no significa perder el tiempo, sino tener el control de tu vida.

Ahora, cada vez que ahorro, oigo la voz de mi madre: “Págate tú primero”. Y sé que ella tenía razón todo el tiempo.

— Jennifer

He aquí cinco errores presupuestarios frecuentes y cómo evitarlos

Elaborar un presupuesto y ceñirse a él es esencial para la estabilidad financiera, pero muchas personas caen en trampas comunes que pueden hacer que la elaboración de un presupuesto resulte ineficaz o frustrante. Tanto si acabas de empezar, como si estás intentando perfeccionar tus hábitos financieros, evitar estos errores puede ayudarte a mantener el rumbo y alcanzar tus objetivos financieros.

1. No hacer seguimiento de los gastos

El error: Estableces un presupuesto, pero no controlas el destino real de tu dinero. Asumes que estás siguiendo tu plan, pero las pequeñas compras diarias -como el café, las suscripciones o las compras impulsivas- se van acumulando poco a poco. Antes de que te des cuenta, has gastado más de la cuenta y no tienes ni idea de adónde ha ido a parar tu dinero.

Cómo evitarlo: Utiliza la tecnología, una simple hoja de cálculo o un registrador de gastos escrito a mano. Acostúmbrate a revisar tus gastos semanalmente para poder detectar los problemas antes de que se descontrolen. Clasifica tus gastos y compáralos regularmente con tu presupuesto. La clave está en la conciencia: si sabes adónde va tu dinero, podrás controlarlo mejor.

2. Establecer objetivos poco realistas

El error: Creas un presupuesto demasiado restrictivo, eliminando todos los gastos no esenciales. Aunque parezca inteligente eliminar por completo las salidas a cenar, el ocio o las compras, un presupuesto tan estricto puede ser insostenible. A la larga, puedes sentirte privado, lo que te lleva a derrochar por impulso y desviar tus finanzas.

Cómo evitarlo: Sé realista sobre tu estilo de vida y tus hábitos de gasto. En lugar de eliminar por completo los gastos divertidos, asigna una cantidad razonable para ellos. Un buen punto de partida es la regla de 50/30/20:

  • El 50 % de tus ingresos se destina a cubrir necesidades (alquiler, servicios, comida, seguros).
  • El 30 % se destina a gastos discrecionales (ocio, salir a cenar, aficiones).
  • El 20 % se ahorra o se utiliza para pagar deudas.

Si permites cierta flexibilidad en tu presupuesto, es más probable que lo mantengas a largo plazo.

3. Olvidarte de presupuestar los gastos ocasionales

El error: Presupuestas tus gastos mensuales, pero te olvidas de los ocasionales, como las reparaciones del coche, las facturas médicas, las compras navideñas o las suscripciones anuales. Cuando surgen estos gastos, el presupuesto se convierte en un caos y a menudo nos vemos obligados a recurrir a los ahorros o a las tarjetas de crédito.

Cómo evitarlo: Planifica estos gastos con antelación creando fondos de reserva, es decir, pequeñas aportaciones periódicas para gastos futuros. Por ejemplo, si sabes que el seguro del coche vence cada seis meses, divide el importe total entre seis y ahorra esa cantidad cada mes. Lo mismo puede decirse de los regalos de Navidad, las vacaciones o el mantenimiento del hogar. Disponer de un colchón para estos gastos ayuda a evitar sorpresas financieras.

4. No ajustar el presupuesto con regularidad

El error: Estableces un presupuesto una vez y nunca lo actualizas, ni siquiera cuando cambia tu situación financiera. Con el tiempo, tus ingresos, gastos y objetivos financieros pueden cambiar, y no ajustar tu presupuesto en consecuencia puede hacerlo anticuado e ineficaz.

Cómo evitarlo: Trata su presupuesto como un documento vivo, algo que evoluciona con tu vida. Reevalúalo mensualmente o cada vez que se produzca un cambio financiero importante (como un aumento de sueldo, la pérdida del trabajo o un gasto nuevo). Si te das cuenta de que gastas más de lo previsto en una categoría y menos de lo previsto en otra, ajusta tus asignaciones para que se ajusten a la realidad. La flexibilidad garantiza que tu presupuesto siga siendo práctico y pertinente.

5. Ignorar un fondo de emergencia

El error: Te centras en saldar deudas o ahorrar para grandes objetivos, pero olvidas reservar dinero para emergencias inesperadas. Sin un fondo de emergencia, un gasto inesperado -como una factura médica o la reparación de un coche- puede desorganizar tus finanzas y obligarte a endeudarte.

Cómo evitarlo: Dé prioridad a la creación de un fondo de emergencia que cubra al menos entre tres y seis meses de gastos esenciales. Si eso te parece abrumador, empieza con poco: apunta a reunir al menos entre 500 y 1000 dólares para cubrir pequeñas emergencias. Guarda este dinero en una cuenta de ahorros separada a la que puedas acceder fácilmente, pero en la que no te sientas tentado a echar mano. Contar con esta red de seguridad financiera te ayudará a evitar el uso de tarjetas de crédito o préstamos en caso de emergencia.

Elaborar un presupuesto no consiste solo en hacer un seguimiento de los números, sino en tomar decisiones financieras intencionadas que respalden tus objetivos a largo plazo. Si evitas estos errores comunes, podrás crear un presupuesto que te funcione, reduzca el estrés financiero y te ayude a alcanzar la libertad financiera. Recuerda que la elaboración de un presupuesto es una habilidad que mejora con el tiempo, así que seas paciente, mantén la constancia y realiza los ajustes necesarios.

Imagen de portada Cameron Gawn / Pexels

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