Una madre de un alumno se molestó y me llamó en mis vacaciones

Historias
hace 1 año

Para la educación de un menor hay dos pilares que sostienen su aprendizaje, el maestro en la escuela y los padres en casa. La siguiente historia muestra claramente una situación en la que refleja lo que puede pasar cuando uno de esos pilares se cae. Los padres y maestros deberían de ser un equipo, ambos son importantes en la educación del alumno, y deben de aprender a convivir para el bien de este.

Luego le di a su hijo “trabajo de recuperación de calificaciones” para subir su calificación de 5. Le dije al niño y al padre: “este paquete debe completarse con el trabajo y los pasos que se muestran”. También les expliqué cómo elegí específicamente el trabajo que se relaciona con sus calificaciones más bajas para poder justificarlo.

Luego, ese viernes, no tenía el trabajo hecho. Su madre no contestaba su teléfono cuando traté de comunicarme con ella.

¿Qué podemos hacer para que la relación entre padres-maestro sea buena y ayude en el aprendizaje del alumno?

  • Es importante que los padres estén involucrados en la educación de los hijos. Investigaciones encontraron fuertes conexiones entre el compromiso que existe en la familia con el rendimiento académico de los estudiantes.
  • Para que los niños o adolescentes no se atrasen con sus deberes, es importante señalar el tiempo que tienen para entregar los trabajos. Desde poner un calendario marcando una fecha de entrega importante, o agendas semanales, ya sea escrito o en el celular/computadora, puede funcionar.
  • Ya que el estudiante tiene sus deberes marcados en orden de prioridades, el padre también puede apoyar creando un ambiente apto para el estudio. Que la habitación donde esté haciendo sus deberes, o estudiando, esté ordenada, en silencio. También tener snacks saludables es una buena herramienta de apoyo.
  • Déjalo estar. Una vez que el estudiante esté enfocado, no lo sofoques. Incluso preguntarle si quiere un vaso de agua puede distraerlo. Si tiene sed, él irá por ella.
  • No olvidar la comunicación. Como en toda relación, la comunicación es primordial, aquí también.
    Una pequeña pregunta sobre la escuela y su trabajo puede bastar para saber, más o menos, cómo le está yendo.
  • Comunicación con los profesores. Si los padres mantienen una comunicación activa con los maestros de su hijo, y muestran interés, puede mejorar significativamente los logros académicos del estudiante.
  • Participación. No es solamente la comunicación, también influye mucho la participación activa que tenga el padre. Hay muchas maneras de estar presente en la educación del hijo, no solo en casa. Si la escuela tiene conferencias con los padres, deberá atender. También el maestro debería de dar un resumen semanal o mensual del trabajo del estudiante, a lo que el padre deberá revisar y comentar. Llamadas por teléfono o correos electrónicos al maestro o al portal de la escuela también son una opción.
  • La calidad de la interacción es importante. No es solo comunicar y listo, la interacción debe de ser efectiva. Lo primordial es que exista confianza, reciprocidad, afiliación, apoyo, valores compartidos y expectativas y creencias compartidas entre los adultos y el niño.
  • No hacer de menos el rol del maestro. Como padre, muestra apoyo a los profesores de tus hijos. Al hacer esto le enseñarás que tienes un profundo respeto por su profesión y también será más fácil trabajar con el maestro, y juntos encaminar al hijo/estudiante.
  • El tiempo es oro. Una vez que se identifica un problema, los adultos deben de comunicarlo con tiempo para encontrar solución. Esperar mucho puede desencadenar nuevos problemas y generar frustración.
  • Consistencia. Ya teniendo comunicación con el maestro, uno como padre puede preguntar sobre las formas en las que puede trabajar con su hijo. Desde crear rutinas de deberes escolares, hasta proporcionar material. También discutir sobre los mejores métodos para asegurar que tanto el padre como el maestro estén en la misma sintonía en cuanto a los planes y expectativas.
  • Comentar también lo bueno. Una manera del profesor de ganar la confianza y valoración de los padres es no solo llamar para decirle en qué está fallando su hijo. Es bueno escuchar las fortalezas y en qué está destacando. Así hará que atender una llamada del profesor genere más confianza y no sea una alerta.

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