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Guía básica para emprender un huerto en casa (y consejos para empezar a sembrar fácilmente)
Realizar algo con nuestras propias manos tiene un toque extra de gratificante, además de que nos brinda la oportunidad de ser creativos. Un lugar donde pueden surgir un montón de ideas es el hogar, y si te gusta la jardinería, entre los proyectos que podrías emprender se encuentra un huerto. Plantar una despensa orgánica es muy conveniente; se pueden aprovechar tanto los lugares pequeños, como el balcón de un apartamento, y las más grandes al aire libre, como el jardín. Pero, ¿te has preguntado qué alimentos puedes tener fácilmente siempre frescos y a la mano?
Genial.guru preparó una guía básica para empezar un minihuerto en casa, con algunos consejos enfocados en la planificación, para ayudarte a trabajar en tu propia idea y poner manos a la obra. Al final del artículo encontrarás un bono con algunos tips útiles para comenzar.
Consideraciones importantes antes de empezar
1. Disponibilidad de espacio y ubicación del huerto
Antes de llevar las manos a la tierra, es importante organizar y planificar. Para ello, conviene considerar el espacio disponible y los recursos alrededor. Por ejemplo, si se trata de un balcón o ventana, resulta práctico diseñar un huerto vertical. Por otro lado, si se cuenta con un área en el patio, se puede elaborar un cantero o jardinera donde organicemos las plantas. Otra alternativa es usar directamente el suelo.
Para elegir un sitio apropiado, ten en mente aspectos como:
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Disponibilidad de agua: es preferible elegir un lugar donde la fuente hídrica esté cercana, bien sea para utilizar por irrigación, manguera o a mano.
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Luz natural: es recomendable un área que reciba al menos 8 horas de sol. Esto, además, facilitará la selección de plantas y el desarrollo pleno de las mismas en función de sus requerimientos. Como norma general, las especies que producen frutos o granos necesitarán más horas de sol que aquellas de las que se aprovechan las hojas o raíces.
2. Experiencia y objetivos: selección de plantas
Parte de la planificación se trata de reconocer cuánto tiempo vamos a dedicar al proyecto y valorar nuestra experiencia en el cuidado de plantas. Si la idea es tener algo simple, una opción viable es empezar con un minihuerto de hierbas aromáticas, las cuales resaltan el sabor de las comidas y poseen flores coloridas que son un verdadero elemento decorativo. Además, tienen como ventaja que pueden cultivarse en diferentes recipientes en interiores o a la intemperie en canteros o jardines; asimismo, pueden aprovecharse prácticamente durante todo el año. Otra alternativa para iniciar es elegir hojas para ensaladas, como las lechugas, debido a la gran variedad de especies disponibles que se pueden ir alternando, y plantas de crecimiento rápido que ocupan poco espacio, como los rábanos.
3. Cuándo empezar: calendario de siembra
Establecer fechas o momentos clave para realizar labores favorece la productividad. En referencia a esto, puede servir de guía seguir el calendario lunar y considerar las estaciones climáticas.
Las evidencias del uso efectivo del calendario lunar se tienen generalmente por conocimiento tradicional, atribuyéndose a este enfoque resultados con excelentes beneficios. La teoría se basa en relacionar el reflujo y el flujo de la savia en cada una de las fases lunares. En el momento en que la luz de la luna aumenta, también lo hace el flujo de la savia. En contraste, cuando la luz nocturna disminuye en la fase menguante, el flujo de la savia también se ve disminuido, y por ello concentra su energía en la raíz. Como recomendación, siguiendo estos planteamientos, se deben sembrar en la fase lunar de cuarto menguante hortalizas cuya parte comestible crece por debajo de la tierra, como las zanahorias, rábanos, cebollas y ajos. En la fase de cuarto creciente, sembrar hortalizas cuya parte comestible crece sobre la superficie del suelo, como el pepino y los chiles.
Para organizar el calendario de siembra, especialmente en zonas templadas donde se manifiestan las cuatro estaciones climáticas, conviene iniciar el huerto en la primavera, ya que las plantas estarán en su momento de mayor vigor y florecimiento. Desde una perspectiva general, las cosechas que se esperen para el verano y principios de otoño deberían empezar su ciclo justamente en esta estación; además es la época más favorable para podar, plantar y fertilizar. La época de verano se puede considerar la propicia para las cosechas, mientras que en las estaciones de otoño e invierno hay que aprovechar para trabajar los terrenos y prepararlos para el frío, así como proteger las plantas de las heladas.
4. Manos a la tierra: selección de sustrato
Otro punto a destacar es el medio donde se van a desarrollar las plantas. Idealmente, debe poseer algunas propiedades claves, como drenar correctamente el agua, conservar la humedad, permitir la aireación y movilidad de las raíces, y ser tanto nutritivo como sano. ¿Cómo obtener todo esto? Se pueden adquirir sustratos universales, o bien, preparar una “receta” particular incorporando algunos elementos que le aporten mayor calidad a la tierra. También resulta idóneo diferenciar el lugar donde será utilizado, por ejemplo, en macetas o semilleros. En el primer caso, será de mayor relevancia el aporte de fertilizantes, y en el segundo, la oxigenación para un correcto desarrollo radicular.
En cuanto a los complementos más comunes que se pueden agregar se tienen:
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Turba: aporta nutrientes, acidez al suelo y favorece la retención de agua.
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Fibra de coco: favorece la porosidad y ligereza del sustrato.
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Compost: aporta nutrientes y retención de líquidos.
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Perlita: esta roca volcánica resulta útil para aportar a nuestro sustrato ligereza y aireación, y en menor medida, retención de agua.
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Vermiculita: facilita la retención de humedad del sustrato.
5. Elegir la maceta correcta
En el mercado existe una gran variedad de macetas, pero también podemos personalizar algún diseño. Por ejemplo, en madera o simplemente reutilizar y acondicionar botellas de plástico o cajones que sirvan de jardineras. Como factores clave para la selección de contenedores, se debe asegurar la existencia de orificios para el drenaje, tener en cuenta la ubicación, ya que, si es un lugar donde dará mucho sol, será mejor elegir materiales como el barro o el hormigón; y otro detalle importante es el tamaño del recipiente, ya que debe ser proporcional al de la planta.
Una guía para identificar el tamaño apropiado de la maceta es tener en mente la profundidad aproximada que alcanzará la raíz. Por ejemplo, en suelo y sin barreras, se consideran raíces superficiales (45 a 60 centímetros) la cebolla, el ajo, el brócoli y la lechuga; moderadamente profundas (90 a 120 centímetros), el pepino, el pimiento, las zanahorias; y raíces profundas (más de 120 centímetros), el tomate, la sandía y los espárragos.
6. Cómo saber la cantidad que se necesita de agua
De acuerdo a un manual sobre el cultivo de verduras, se puede revisar la humedad de los contenedores introduciendo un dedo a unos 2,5 centímetros (en la primera pulgada) de tierra en la superficie; si se siente seca, conviene regar hasta que salga agua por debajo del recipiente. Es preferible realizar esta labor por la mañana y así evitar hojas húmedas durante la noche, cuando el moho y los organismos que causan enfermedades quizás prosperen.
Para semillas pequeñas a una profundidad inferior a los 0,6 milímetros (3/4 pulgadas) se aconseja regar después de plantar, alcanzando la semilla o hasta la mitad de la profundidad a la que se encuentra, con el fin de asentar el suelo y comenzar la germinación. Por otro lado, para cultivos de semillas más grandes, regar unos días antes de la siembra y, después de plantar, hasta unos 5 centímetros aproximadamente (2 pulgadas).
Una idea útil para conseguir un chorro lento y evitar que la tierra se deslave es elaborar una regadera reutilizando una botella de plástico; para ello, simplemente se abren algunos agujeros en la tapa del recipiente.
7. Comienza con lo más accesible
Dar los primeros pasos, sobre todo en algo que no hemos intentado, requiere de motivación. En el caso de un huerto en casa, es aconsejable despejar dudas con un esquema de trabajo y, aunque esto suena a que será complicado, la flexibilidad y el aprendizaje paulatino también serán clave para avanzar en un camino lleno de gratificación. Es posible familiarizarse con el mundo vegetal, desde la semilla a otras formas de reproducción de alimentos, hasta llegar al momento de una cosecha utilizando elementos accesibles, como semillas de frutos que ya forman parte de la cocina y dieta regular. Además de ahorrar, significa que tendrás a la mano aquello que te gusta. En ese sentido, la próxima vez que vayas al mercado o estés cocinando, recuerda que ese puede ser el inicio de un nuevo proyecto para tener alimentos frescos y a la mano.
Diez alimentos con los que puedes empezar tu huerto:
1. Utiliza las semillas de los frutos que usas en la cocina
Algunos alimentos, como los pimientos, son una opción viable en la huerta. En principio, y una vez separada la parte comestible, lo ideal es lavar y dejar secar las semillas en un sitio ventilado a temperatura ambiente por aproximadamente 3 días. Con ello se evita que luego se pudran y también permite almacenar aquellas que no aprovecharemos de momento.
Coloca las semillas preferiblemente en un recipiente con sustrato de poca profundidad. Luego, simplemente húndelas con el dedo índice ligeramente sobre la tierra y cúbrelas. Las plantas aparecerán dentro de una o dos semanas. Ten presente que este rubro requiere un periodo cálido para germinar, siendo ideal que estén expuestas a luz solar directa. Para llevar al contenedor final o a suelo directo, espera a que les salgan sus primeras hojas verdaderas.
2. Especies de menta
Existen diferentes especies de menta como lo es la Mentha piperita y la Mentha spicata. Esta última es conocida comúnmente como hierbabuena. Ambas son de producción vigorosa, de modo que, en caso de ser cultivadas en suelo, probablemente se extiendan; por ello, una opción para limitarlas es tenerlas en un contenedor.
Su cultivo es sencillo, reproduciéndose principalmente por dos métodos. El primero, tomando un esqueje o ramita de unos 10 cm que se lleva a un recipiente con agua hasta ver crecer algunas raíces. En el segundo caso, se toma un brote lateral o estolón, el cual ya tiene sus propias raíces, y por lo tanto se puede trasplantar directamente a tierra. En caso de elegir tenerla en una maceta, el tamaño apropiado es de 30 a 40 cm de ancho. Para ambas opciones, hay que enterrar a una profundidad de aproximadamente 5 cm con luz solar directa o sombra parcial.
3. Reproducción de piñas
Para plantar una piña, busca un fruto con hojas firmes y verdes, con una cáscara entre marrón y dorado y firme al tacto. Comienza arrancando la corona o parte superior de la piña y quitando algunas de las hojas inferiores para dejar parte del tallo expuesto. Luego, deja secar durante una semana con las hojas mirando hacia abajo. Pasado esto, colócala en un recipiente con agua recibiendo sol hasta que crezcan las raíces. Finalmente, puede ser sembrada en una maceta de unos 15 cm, idealmente con tierra ligera en una proporción de 30 % de contenido orgánico.
4. Rebrote de cebolletas
Algunas hortalizas de hoja, como las cebolletas o puerros, pueden ir al huerto después de aprovechar el tallo de estos en la cocina. Para ello se corta la base (que normalmente desechamos) y se pone en agua hasta que salgan las raíces. Al observar los primeros brotes, puede pasar a una maceta. En caso de que el vegetal aún posea raíz, se puede hidratar una noche y luego plantar en tierra.
5. Los sobres de manzanilla como fuente de semillas
Otra planta que podemos incorporar en nuestro huerto, y posiblemente ya tengamos guardada en la despensa, es la manzanilla. El contenido de estos paquetes comúnmente adquiridos en el supermercado es justamente flores secas con muchas semillas.
Para la siembra, basta con aprovechar el contenido de uno o dos sobres; igualmente, se recomienda utilizar un semillero o maceta con sustrato de buen drenaje. El proceso consiste en incorporar las semillas al sustrato cubriendo con una fina capa de tierra (aproximadamente 3 veces el tamaño de la semilla) sin hacer presión sobre la superficie, luego se riega inmediatamente y se procura mantener la humedad. El brote de las plántulas debería aparecer en unas 2 semanas.
6. Ver crecer el huerto con fresas
Una forma de ver crecer el huerto es seleccionar plantas que nos permitan replicar especies fácilmente. Una de las opciones son las fresas, debido a que se propagan por estolones, o tallos verdes que van creciendo a ras del suelo. Una vez que las raíces van creciendo y dando una nueva planta, se puede cortar el tallo y plantar en un nuevo sitio.
7. Esquejes de plantas aromáticas
En caso de tener acceso a una planta aromática, como lo son el romero o la albahaca, se pueden conseguir nuevas plantas en un proceso de reproducción asexual después de podarlas.
En cuanto al romero, se elige una sección sana y joven (con parte del tallo de la rama de color verde). Para realizar propiamente el esqueje, se cortan entre 10 y 15 cm en la parte inferior de la rama de forma inclinada, siguiendo un ángulo de aproximadamente 30 grados, se retiran 2/3 de las hojas para evitar que se pudra y favorecer el crecimiento de la raíz, se sumerge en agua hasta que surjan nuevas raíces (entre una y dos semanas) y, luego de esto, se plantan en suelo directo o en una maceta.
8. Rizoma de jengibre
Otro alimento que podemos reproducir fácilmente es el jengibre, además de tener como ventaja el ser una planta que puede mantenerse en el interior del hogar.
Para plantar el jengibre, se selecciona un rizoma que tenga una apariencia sana y en donde sea visible algún brote. La forma de colocarlo en el sustrato será enterrándolo con este pequeño brote posicionado hacia arriba, luego se cubre con una ligera capa de tierra y se riega hasta mojarla por completo, manteniendo en lo sucesivo la humedad con riegos moderados.
9. Ajo en maceta o bajo techo
Para incorporar ajos en el huerto, consigue bulbos de ajo preferiblemente orgánicos. Estos, por ser tratados con pocos persevantes químicos, tienen más posibilidades de brotar. Elige los dientes más grandes para plantar sin sacar su cáscara protectora y sumérgelos en agua para iniciar la germinación. Luego, en sustrato, haz agujeros utilizando un dedo o un palito de una medida entre 5 a 7,5 cm de profundidad y 13 cm de distancia para cada diente de ajo. Entierra los dientes de modo que queden cubiertos con aproximadamente 2,5 cm tierra. Coloca el recipiente en un lugar que reciba de 6 a 8 horas de luz solar, y al momento del riego, hazlo hasta ver que el exceso de agua sale de los agujeros de drenaje.
10. Árbol de aguacate
El cultivo de aguacate, si bien requiere de tiempo y espacio por tratarse de un árbol, es algo que vale la pena intentar. Para ello, saca y lava la semilla del fruto y suspende en agua colocándole tres mondadientes hasta que germine en agua durante un lapso de tiempo entre dos a seis semanas. Antes de llevar a tierra, es conveniente promover el desarrollo de raíces y tallos con podas. Una vez realizada la primera poda, y cuando las raíces de la planta de aguacate estén gruesas con un tallo que ya haya producido hojas nuevas, se puede trasplantar a una maceta en un sustrato rico en materia orgánica, retirando los mondadientes.
Bono: tips para el huerto
En el huerto, además de organización, se requiere de paciencia, la cual será recompensada con una buena cosecha. El aprendizaje, además, se irá fortaleciendo en el camino, por lo que es importante mantener la motivación y disfrutar del proceso. Algunos consejos de cierre especialmente para quienes recién se atreven a comenzar un huerto son:
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Para garantizar una cosecha continua, es favorable plantar o sembrar regularmente cultivos de rotación rápida, como el cilantro y la lechuga.
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En caso de adquirir verduras en viveros para plantar directamente en el jardín, estas deben ir a la misma profundidad del contenedor donde vienen.
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Como regla general, siembra las semillas a una profundidad de aproximadamente el doble de su tamaño.
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En cada lote de siembra, etiqueta con la fecha y el nombre de las plantas.
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Si se tiene poca experiencia y se quiere optar por un huerto en macetas, es preferible iniciar con pocos contenedores en la primera temporada e ir agregando más sucesivamente. El éxito estará muy influenciado por las horas de sol, el uso de un sustrato bien drenado con aportes abundantes de materia orgánica y un riego constante.
¿Ya has intentado tener tu propio huerto en casa? Anímate a compartir con nosotros algunos consejos de lo que te ha funcionado y también aquello que consideras que debe evitarse.
Comentarios
Voy a probar a plantar algunas cositas en casa
Yo tengo un minihuerto en mi terraza