Mujer obsesionada con pesar 450 kilos cambió su radical forma de vida al descubrir que estaba embarazada

Historias
hace 10 meses

La obesidad es un tema que afecta a millones de personas en todo el mundo, y hoy te contamos la historia de una mujer que ha enfrentado desafíos significativos debido a su peso. Este es el viaje de Mónica Riley, una mujer valiente y decidida que ha encontrado la motivación para cambiar su estilo de vida.

Hace algunos meses, Mónica Riley, una mujer de 27 años, atrajo la atención de los medios de comunicación al convertirse en una de las personas con obesidad extrema debido a una fantasía compartida con su pareja, Sid Riley, quien la apoyaba en su objetivo.

En ese entonces, Sid no solo se encargaba de cocinar para Mónica, sino que también preparaba batidos cargados de calorías y la alimentaba mediante un embudo, ya que su peso de 317 kilos dificultaba sus movimientos.

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En aquel momento, su meta principal era alcanzar los 454 kilos, por lo que consumía hasta 10 mil calorías al día. Sin embargo, una noticia cambió drásticamente su perspectiva.

“En una etapa de mi vida soñaba con ser la más gorda del mundo, pero ahora que estoy embarazada no. Ha sido como un llamado de atención”, expresó en una entrevista para Mirror.

Inicialmente, Mónica no era consciente de los riesgos que su mala alimentación representaba para su bebé, hasta que sufrió dos pérdidas devastadoras previas que la impactaron profundamente y a su esposo también.

Sin embargo, el destino le brindó una tercera oportunidad cuando descubrieron que estaban esperando otro hijo. A partir de esa noticia, la estadounidense se embarcó inmediatamente en una campaña para perder peso y convertirse en una madre saludable para su pequeño.

Aunque el camino fue difícil y largo, en tan solo 10 semanas, Mónica logró perder 91 kilos, reduciendo su ingesta calórica diaria de 10 mil a dos mil calorías. “Hay comidas saludables que disfruto mucho, como las coles de Bruselas o el pollo con vegetales salteados para la cena, aunque debo admitir que extraño las pastas y el queso”, añadió.

Es importante destacar que todos estos esfuerzos valieron la pena, ya que su bebé se encuentra en perfecto estado de salud. Además, Mónica afirmó que, junto a su pareja, solo ofrecerán alimentos saludables a su hija para asegurar su crecimiento pleno y sano.

La buena noticia es que Mónica perdió casi 90 kilos para dar a luz a su hija de manera segura. En la imagen, se muestra con un peso de 210 kilos después del parto.

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