Qué pasaría si la Tierra se volviera un planeta interestelar

Curiosidades
hace 10 meses

Imagina esto: todos los planetas del sistema solar se reúnen y deciden que la Tierra debe trasladarse a otra galaxia. ¿Qué sucedería? Bien, amigos míos, si la Tierra fuera expulsada del sistema solar, tendríamos un viaje agitado. Como sabrás, cada planeta ocupa su propia órbita con respecto al Sol, lo que garantiza un perfecto funcionamiento de nuestro sistema solar. Pero no siempre fue así. Hace miles de millones de años, los planetas y los asteroides chocaban constantemente entre sí. Pasó un buen tiempo antes de que cada planeta encontrara su propia órbita personal y nuestro sistema adoptara la disposición que tiene hoy.

Como ya sabrás, el factor organizador más importante del sistema solar es la gravedad, que atrae cada cúmulo de materia a cualquier otro cúmulo de materia en el universo. Cuanto mayor sea la masa, mayor será su gravedad. El Sol representa el 99,75 % de toda la masa del sistema solar, y es precisamente la atracción gravitatoria solar la que ha mantenido a la Tierra en una trayectoria estable y confiable. Pero no hace falta un encuentro interplanetario surrealista para que la Tierra se desvíe: es una posibilidad real. Improbable... pero real. Por ejemplo, si algún planeta o estrella errante se acercara al sistema solar, su fuerza gravitatoria podría alterar nuestra organización planetaria. ¿Sabías que esto ya ha pasado antes?

Hace unos 70 000 años, una enana roja atravesó la nube de Oort y arruinó todo. La nube de Oort es un círculo exterior de desechos espaciales ubicado en el límite de nuestro sistema solar. Se encuentra mucho más allá de Plutón y del cinturón de Kuiper, y rodea al Sol en una gigantesca coraza esférica. Además de los 8 planetas y el cinturón de Kuiper, existe otro cinturón de asteroides entre MarteJúpiter. Actualmente, los científicos esperan que otra enana roja pase por el sistema solar. Se trata de una estrella naranja de la constelación de Serpens Cauda. Los astrónomos esperan que pase cerca del Sol en unos 1,29 millones de años, a una distancia de unos 160 000 millones de kilómetros. Esta estrella tiene aproximadamente el 60 % de la masa del Sol, lo que sería suficiente para causar grandes perturbaciones en nuestro sistema.

Una vez que la estrella ingrese al sistema, podremos verla en el cielo nocturno sin ningún instrumento. Sería como ver un pequeño punto anaranjado en el cielo. A lo largo de los meses, se hará cada vez más grande, hasta que podamos observarla durante el día. En algún punto, se hará tan grande y brillante que no podremos mirarla directamente. Es como la gente que dice que no debemos mirar hacia el Sol, pero lo hacemos de todos modos, ¿no? En ese momento, el cielo nocturno se llenará de un inquietante resplandor rojo. Después de unos meses, la estrella naranja comenzará a encogerse. Se hará más pequeña que el Sol, pero entonces... Esperen, el Sol también está encogiéndose. Bueno, sí. El paso de Gliese 170 sacó a la Tierra de su órbita, su fuerza gravitacional nos desplazó de nuestra alineación natural. Ahora, la Tierra vagará por el sistema solar hasta llegar al espacio exterior.

¿Qué pasaría con nuestro planeta si esto se hiciera realidad? En primer lugar, la Tierra saldría de lo que se conoce como la “zona Ricitos de Oro”, también conocida como la zona de habitabilidad. Es una región bastante estrecha del sistema solar donde la vida humana puede prosperar. ¿Cuál es el secreto de su éxito? El agua en estado líquido. Los astrónomos han descubierto que Mercurio también tiene agua, pero solo en sus polos norte y sur, donde nunca llega la luz. Plutón, el planeta enano ubicado en el otro extremo del sistema solar, tiene un 30 % de agua, pero buena parte de ella se esconde bajo una gruesa capa de hielo. Si la Tierra abandonara su lugar privilegiado, viajaría por la galaxia a su velocidad orbital de 100 000 kilómetros por hora, 1000 veces la velocidad máxima de un guepardo. Bastante rápido, ¿no? En más o menos un mes, la humanidad vería al gigante rojo llamado Marte en el horizonte. Para entonces, estaríamos recibiendo alrededor del 44 % de la luz solar que antes teníamos.

Si alguien quisiera crear una nueva civilización, este sería el momento perfecto. Con la reducción de la luz solar, sería más difícil para las plantas seguir haciendo la fotosíntesis, por lo que la mayor parte de la flora de nuestro planeta comenzaría a perecer. Unos días después de haber abandonado la órbita de Marte, nuestra nave espacial planetaria se enfrentaría a su primer desafío: atravesar el cinturón de asteroides. Se trata de un conjunto de pequeños cuerpos rocosos y metálicos. Son básicamente restos del Big Bang que creó nuestro sistema solar hace 4600 millones de años. En cierto modo, es casi como si viajáramos en el tiempo, ¿no crees? Por suerte para nosotros, la distancia entre un asteroide y el siguiente es de unos 960 000 kilómetros. Así que, después de pasar cerca de un asteroide, puede que tardemos un tiempo en encontrarnos con el siguiente. Si logramos superar este viaje intactos, veremos el primer gigante gaseoso de nuestra galaxia: ¡Júpiter! Hasta este momento, nuestra fiel luna nos ha seguido mientras viajamos por el sistema solar. Pero... oh, oh.

¡La enorme masa de Júpiter podría robarnos la Luna! Después de todo, su gravedad es dos veces más fuerte que la de la Tierra. Si nuestra luna se uniera a su órbita, sería nada menos que su luna número 80. Demasiadas, si me preguntas a mí. En este punto de nuestro viaje, la temperatura atmosférica de la Tierra descendería drásticamente, hasta unos −125 °C. Por lo tanto, la vida en la Tierra solo sería posible en lugares muy específicos. La mayor parte del agua de nuestro planeta estaría congelada, pero solo en la superficie. La actividad del núcleo de la Tierra calentaría nuestros océanos desde abajo, lo que permitiría que el calor escape y mantenga parte del agua en estado líquido. De hecho, el núcleo terrestre seguiría activo durante miles de millones de años después de haber salido de la órbita. En este escenario, los microbios que viven cerca de las fuentes hidrotermales prosperarían. Pero quizá también podría haber algo de vida cerca del calor proporcionado por las fuentes que se encuentran por encima de la superficie, en lugares como el parque nacional de Yellowstone.

Una gran opción para la humanidad sería construir ciudades subterráneas, nuestra mejor alternativa si quisiéramos preservar la vida humana en la Tierra. 10 años después de nuestra partida, estaríamos en lo más profundo del viaje interestelar. Nos encontraríamos a más de 4500 millones de kilómetros del Sol. El sistema solar no sería más que un recuerdo lejano. Si siguieras viviendo en la Tierra para entonces, probablemente convivirías con grandes avances tecnológicos. Los humanos podrían construir ciudades subterráneas enteras utilizando la energía geotérmica. Hasta podríamos descubrir cómo convertir el hielo en energía, con lo que crearíamos un suministro sustentable y abundante de combustible. El hielo también sería nuestra principal fuente de agua y, para entonces, el proceso de transformación no sería tan caro.

Los cultivos subterráneos prosperarían, pero algunas plantas serían mejores que otras. El musgo, los hongos y las algas serían algunas de las grandes alternativas, ya que son mucho más fáciles de cultivar en grandes cantidades. Esto significaría que la mayor parte de nuestra dieta estaría compuesta por plantas, dado que podría ser difícil mantener a los animales de pastoreo debajo del suelo. La humanidad podría seguir viviendo miles de años de esta manera. Si la Tierra pasara cerca de alguna estrella con un planeta habitable, hasta podríamos intentar crear un hogar en otro planeta. El vuelo espacial sería más fácil sin nuestra atmósfera en el camino. Así que sí, la idea de aventurarse hacia otros planetas ya no parecería demasiado irreal en este escenario. Lo único que preferiríamos es que la Tierra no se acerque a un agujero negro. Si eso sucediera... digamos que nos convertiríamos en espagueti.

No literalmente, pero pasaríamos por un proceso conocido como “espaguetización”. En ese caso, la Tierra (y todos los que aún vivan en ella) se estiraría verticalmente hasta, bueno, desaparecer. Pero ese es un tema para otro video. Por suerte, incluso si todo esto pudiera suceder, no nos tomaría por sorpresa. Gracias a los avances científicos y tecnológicos, podríamos predecir el paso de una estrella cerca de nuestro planeta. ¡Y si bien no podríamos detenerla, de seguro haríamos todo lo posible para prepararnos! Quién sabe, puede que las generaciones del mañana vean este video sorprendidas por la precisión con que hemos predicho el futuro.

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas