10 Hechos científicos que demuestran que todos tenemos demonios interiores

Psicología
hace 5 años

¿Alguna vez has pensado por qué las mujeres a menudo se sienten atraídas por los “chicos malos”? A pesar de que en este caso el desenlace es obvio, las chicas deciden empezar esta relación. Resulta que para esto hay una explicación científica: los hombres de este tipo son percibidos como más seguros de sí mismos y dispuestos a asumir riesgos. ¿No estás de acuerdo? Lee nuestro artículo y descubrirás 10 hechos inesperados sobre la naturaleza humana.

En Genial.guru creemos que cuanto más nos conozcamos a nosotros mismos, más fácil será para nosotros deshacernos de las ilusiones y responsabilizarnos de nuestras vidas. Hoy te hemos preparado los hechos sobre la verdadera naturaleza humana que quizás te obliguen a cambiar tu percepción de las cosas cotidianas.

1. Elegimos líderes con señales psicopatológicas

La gente es propensa a elegir personas con rasgos psicopáticos para los cargos directivos. A menudo, su agresividad e insultos tienen para muchos de nosotros el “atractivo primitivo” y se perciben como un signo de superioridad sobre los demás.

Una encuesta entre los líderes financieros de Nueva York también mostró que apreciaban los rasgos psicopáticos más que la inteligencia emocional. Al mismo tiempo, existe un vínculo directo entre los signos psicopáticos y el liderazgo: cuanto más alto es el nivel de psicopatía, peores son los indicadores de liderazgo.

2. Preferimos ser electrocutados en lugar de perder el tiempo pensando

Un estudio demostró que para una persona la oportunidad de pasar tiempo a solas con sus propios pensamientos es una de las actividades más desagradables. Es tan desagradable que muchos están incluso más dispuestos a someterse a descargas eléctricas que a estar a solas con sus propios pensamientos. Esto puede explicarse por el hecho de que a las personas no les gusta la monotonía y hacer algo les brinda mayor placer que solo pensar.

3. Creemos que las personas que no se parecen a nosotros no son del todo normales

Hay muchos ejemplos en la historia de la humanidad en los que las personas fueron crueles con los demás simplemente porque no eran como ellas. Esto puede explicarse por el hecho de que solemos tomar por inferiores a ciertos grupos de personas que son muy diferentes y vulnerables a nosotros.

Por ejemplo, en un estudio, los estudiantes registraron actividad baja en la corteza prefrontal de cerebro al ver fotos de personas sin hogar o drogadictos. Pero esta misma actividad se intensificó cuando se les mostraron fotografías de personas de estatus social más alto.

Además, los jóvenes tienden a tratar peor a las personas mayores, y los niños de hasta 5 años de edad tratan mal a las personas que de alguna manera son diferentes a ellos.

4. Encontramos atractivas a las personas con rasgos de personalidad desagradables

El atractivo de un hombre ante los ojos de una mujer es mayor si su personalidad está llena de rasgos “oscuros” (por ejemplo: un manipulador codicioso e insensible). Nos atraen, al menos a corto plazo, personas con tres peculiaridades “oscuras”: narcisismo, psicopatía y maquiavelismo. Una posible explicación es que los rasgos “oscuros” son cualidades de un macho dominante que demuestran su confianza en sí mismo y su disposición a asumir riesgos.

5. Solemos sobrestimar nuestras virtudes

En la vida real, muchos de nosotros tendemos a sobreestimar nuestras habilidades y cualidades, como la inteligencia, el atractivo o las habilidades de conducción. Esta tendencia se ha denominado “el efecto del lago Wobegon”, en honor a una ciudad ficticia donde “todas las mujeres son fuertes, todos los hombres son hermosos y todos los niños están por encima del nivel promedio de desarrollo”.

Además, las personas incompetentes son más propensas a la arrogancia (el efecto Dunning-Kruger). Por ejemplo, los delincuentes en prisión están seguros de que son más humanos, más honestos y más confiables que la mayoría de las personas en libertad.

6. Disfrutamos del sufrimiento de los demás

Resulta que el regodeo es un rasgo característico incluso de los más pequeños. Por ejemplo, los niños de 4 años: se complacen cuando ven el sufrimiento de otra persona, especialmente si piensan que la persona recibió lo que merecía.

7. Creemos que los mendigos merecen su destino

Muchos de nosotros tenemos una necesidad increíblemente fuerte de creer en el orden mundial justo. Nuestra fe es tan fuerte que incluso la utilizamos para justificar las desgracias que les suceden a otras personas. Creemos que “se lo merecen”. Nos resulta más fácil mantener esta posición que compadecer a otra persona.

Además, tendemos a culpar a las víctimas de violación, los necesitados, a las personas con SIDA y a otras personas por lo que les sucedió; nos resulta más fácil mantener un delicado equilibrio de nuestras visiones del mundo. Sin embargo, a los ricos solemos atribuirles más mérito y cualidades positivas de lo que realmente merecen.

8. Somos hipócritas y moralistas

La sabiduría convencional se confirma por la investigación: el que condena más enérgicamente las malas acciones de otras personas, a menudo tiene algo que esconder de los demás. Las personas tienden a explicar los errores de otras personas por sus deficiencias, y no por las circunstancias. Pero hacen exactamente lo contrario cuando se trata de ellos mismos. Por ejemplo, las personas tratan su propia traición con mayor tolerancia que la traición de su pareja.

También nos duelen más las mismas manifestaciones de grosería cuando son cometidas por extraños que cuando las cometen nuestros amigos o nosotros mismos.

9. Todos tenemos troles en nuestro interior

Las redes sociales pueden potenciar los rasgos negativos de la personalidad humana. Esto se debe al anonimato y el “ingenio” consiguiente que se logran fácilmente estando en línea. Son los factores que aumentan la tendencia a un comportamiento inmoral, ya que los usuarios confían en que su comportamiento quedará impune. Por esta razón, se permiten decir las cosas que en la vida ordinaria son inadmisibles para ellos.

Además, las personas a menudo se permiten trolear, copiando el comportamiento de otras personas o se dejan llevar por su mal humor. Resumiendo, los usuarios ordinarios también son propensos a troleo cuando el estado de ánimo y el contexto de la discusión sugieran este comportamiento.

10. Creemos que nuestra opinión es superior a la de los demás

En la mayoría de los casos, las personas insisten en su opinión incluso cuando hay argumentos importantes a favor de una opinión diferente sobre el tema de discusión. Los participantes de un estudio que apoyaron o se opusieron a la pena de muerte ignoraron completamente los hechos que ponían en duda sus puntos de vista comenzando a mostrar una mayor perseverancia en sus argumentos.

Esto se debe al hecho de que creemos que los hechos que ponen en tela de juicio nuestra opinión socavan nuestro sentido de identidad. Nuestra arrogancia nos hace creer que nuestra opinión es superior a la opinión de los demás y ni siguiera buscamos argumentos adicionales.

¿Estás de acuerdo con las conclusiones de los científicos? Si es así, ¿cuál de los hechos fue una verdadera sorpresa para ti?

Imagen de portada The Mask / Warner Bros.

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