8 Frases que denotan un retraso en el desarrollo psicológico

Psicología
hace 5 años

Los psicólogos de diferentes países del mundo ya están listos para hacer sonar la alarma: el número de personas emocionalmente inmaduras está fuera de escala. Muchos siguen siendo niños psicológicos a los 30, 40 y hasta los 50 años. Sí, pueden tener familia, departamentos, autos y un buen trabajo. Pero en el fondo, estas personas son niños crónicos de edad preescolar o adolescentes que buscan constantemente a alguien que pueda ayudarlos (el estado, los padres ancianos, un psicólogo, los colegas).

Genial.guru se aventuró a recolectar los marcadores principales que te permitirán reconocer fácilmente a un “niño eterno”. Te has cruzado más de una vez con cada uno de estos tipos de personas en la vida cotidiana (y tal vez hasta tú mismo te has comportado de esta manera).

1. “¡Mamá, me tratan mal!”

Una persona que está estancada en la etapa del niño psicológico, ante cualquier situación difícil comienza a quejarse y a pedir ayuda. De esta manera queda atrapado en la posición de víctima que es ventajosa para él, y busca un salvador que pueda resolver todo rápidamente y tomar el control de lo que está sucediendo.

  • ¿A qué se parece? Los niños pequeños de verdad son indefensos sin sus padres. Por eso, cuando se sienten mal, empiezan a gritar y a llorar.
  • ¿Qué hacer? Los psicólogos llaman a esta condición “síndrome de déficit de responsabilidad personal” y aconsejan a los familiares y amigos de esta clase de personas que no asuman sus problemas. Es mejor dejar que el “niño adulto” enfrente las consecuencias de sus quejas y falta de acción.

2. “Cuando crezca, trabajaré de millonario”

Seguramente te has encontrado repetidamente con personas que siempre viven en sus fantasías y sueñan con algo casi imposible. Por ejemplo, quieren ganar un millón en una lotería o convertirse en el gran jefe de una importante empresa. Al mismo tiempo, el soñador puede pasar días enteros calentando el sofá en su departamento alquilado, jugando videojuegos.

  • ¿A qué se parece? Un niño aún no puede evaluar adecuadamente sus capacidades. Por lo tanto, puede declarar fácilmente que se convertirá en presidente. Cuando crezca, por supuesto.
  • ¿Qué hacer? Los investigadores estadounidenses han calculado que las posibilidades de ganar en las loterías más grandes, como Powerball o Mega Millions, son aproximadamente 175 millones contra una. Por lo tanto, es más fácil esperar hasta que los anteojos rosados por fin se caigan de los ojos de tu amigo, y aconsejarle que mejore su situación financiera de manera más accesible (capacitarse, buscar un trabajo bien remunerado).

3. “No he entendido, explícame otra vez”

Cuando nos comunicamos por Internet, casi todos nos encontramos con comentaristas que constantemente dicen: “No entendí esto, explícame”, “Agrega algo más sobre esto”, “¿Dónde puedo encontrarlo?”. Estas personas muchas veces agotan a los capacitadores y a los consultores, pidiéndoles servicio gratuito (“¿Qué te cuesta dar un par de consejos?”). Es tanto una falta de respeto hacia los límites personales del interlocutor como una incapacidad de valorar el tiempo de otra persona.

  • ¿A qué se parece? La persona inconscientemente percibe a su interlocutor como una madre que debe masticar y poner todo en su boca. O como el amiguito del arenero, que debe compartir sus juguetes con ella.
  • ¿Qué hacer? No correr a rescatar a nadie que se esté ahogando en un vaso de agua. Es mucho más fácil aprender a responder con la frase “Google podrá ayudarte”.

4. “Solo me siento tan triste”

Estas personas no son capaces de soportar la soledad. Se vuelven emocionalmente dependientes de los demás y tratan de complacerlos constantemente. En el matrimonio, estos “niños eternos” le delegan todas las decisiones al cónyuge, y luego no pueden dejar ir a sus hijos adultos.

  • ¿A qué se parece? El niño necesita protección constantemente y solo se siente seguro en presencia de los padres.
  • ¿Qué hacer? Los médicos llaman a esta condición “trastorno de personalidad dependiente” y señalan que las sesiones de psicoterapia pueden ayudar a las personas que la padecen. Cuanto menos, allí se les enseñarán formas más productivas de resolver situaciones.

5. “Dime con urgencia qué debo hacer ahora”

Los “niños eternos” siempre creen que en cualquier situación hay una solución ideal, sin un solo aspecto negativo, con puras ventajas. Pero nunca logran encontrarla solos (dándose cuenta internamente de que todos los regalos y bonificaciones las reciben quienes trabajan y hacen esfuerzos).

  • ¿A qué se parece? El niño siempre está esperando un milagro y sabe que en algún lugar hay un buen mago que agitará su varita, y todo se arreglará mágicamente.
  • ¿Qué hacer? Si a tu amigo algo le sale mal, tú serás quien tendrá la culpa. Por lo tanto, es mejor pensar 20 veces antes de apresurarse a rescatarlo y darle consejos.

6. “Nada nuevo. Te bloqueo”

Esta clase de comportamiento es más frecuente en los comentarios en foros o debajo de los posteos. Son frases como “No estoy de acuerdo” o “Las personas inteligentes lo escribirían de una manera completamente diferente”. En estos diálogos hay una depreciación de la opinión del interlocutor. Muchas veces, los comentaristas acuden a insultos personales, hablando de la apariencia, la edad y la posición financiera del otro, o amenazan con encontrar al oponente por su dirección IP.

  • ¿A qué se parece? Al intento de un adolescente de mostrar “quién está a cargo aquí” y de afirmarse en un territorio ajeno, incluso mediante la desacreditación de los demás.
  • ¿Qué hacer? Es mejor no perder el tiempo y la energía con un interlocutor agresivo.

7. “Puedo hacer cualquier cosa. E, incluso, un poco más”

En cualquier equipo hay personas que hacen la mitad del trabajo de todo el departamento. Y otros que, por el contrario, se pasan la mitad del día bebiendo café y revisando sus redes sociales. Los psicólogos dicen que son dos lados de la misma moneda. El “niño grande” muchas veces no sabe evaluar sus posibilidades reales. O bien asume demasiado, o, por el contrario, demasiado poco.

  • ¿A qué se parece? Un niño necesita la aprobación de los adultos. En la escuela, levanta la mano, tratando de ser el primero en decir la respuesta correcta para ser elogiado y felicitado. Aunque, si lo regañan por algo no terminado, no importa. Porque igual lo siguen amando.
  • ¿Qué hacer? El jefe debería distribuir la carga de sus subordinados según las obligaciones de sus puestos. Y los amantes de esforzarse mucho, deberían recordar descansar de vez en cuando.

8. “¿Y qué me harás?”

Esta clase de personas no se siente responsable por sus acciones. Esta categoría también incluye a las personas que aman engañar a la policía de tránsito usando camisetas con un cinturón de seguridad estampado, y a las personas que, consciente o inconscientemente, causan incomodidad a los demás (“Sí, puse el carrito lleno de productos en el medio del pasillo, ¿acaso es difícil esquivarlo?”, “Sí, le pregunté por qué sigue sin poder dar a luz, ¿qué tiene de malo?”).

  • ¿A qué se parece? Un adolescente agresivo solo acepta obedecer a un miembro fuerte de la manada. Percibe la debilidad imaginaria de quienes lo rodean como otra razón para afirmarse.
  • ¿Qué hacer? En el caso de las camisetas, es aconsejable recordar que ninguna de las reglas de seguridad ha nacido porque sí. Y sobre cómo combatir la grosería ajena ya hemos contado en este artículo.

¿Y tú has tenido que lidiar con estos “niños psicológicos”?

Imagen de portada depositphotos

Comentarios

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“No he entendido, explícame otra vez” es una frase que todo el mundo utiliza en algún momento...

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Yo tengo alguna amiga que utiliza frases de este artículo. Igual es inmadura e infantil pero no me importa.

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